Y Más del Black Ice Tour...
Salve César, los que estamos a punto de morir te saludan.
AC/DC, Black Ice Tour 2009.
Don Haskins Center, 15 de Noviembre, El Paso, TX.
Por Alejandro Corral
“¡Máquina ciega y sorda, fecunda en crueldades,
Saludable instrumento, bebedora de sangre!
¿Cómo no te avergüenzas? ¿Todavía no viste
En todos los espejos decrecer tus encantos?
La enormidad del mal, en que te crees tan sabia,
¿No te hizo jamás retroceder de espanto
Cuando la naturaleza, con ocultos designios,
De ti puede servirse, ¡Oh reina del pecado!
-De ti, vil animal- para engendrar un genio?
¡Oh Fangosa grandeza! ¡Oh sublime ignominia! ”
Charles Baudelaire, La Cabellera (fragmento)
42 Flores Del Mal (1857)
“Si no está descompuesto o roto, no tiene que repararse”. ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? En la industria de la música, esto parece ser una antítesis, donde vemos grupos, músicos, solistas, cantantes reinventarse una y otra vez, algunas veces con éxito, otras veces no, pero siempre experimentando con nuevas formas, novedosos sonidos y propuestas. Es casi increíble que los británico-australianos se hayan mantenido fieles a una misma fórmula y a la vez sean el grupo de rock pesado más exitoso de la historia. Nadie en este género ha vendido más discos que ellos y junto con Led Zeppelin, se convierten en las únicas bandas que han rebasado la cifra de los 200 millones de copias vendidas. Pero ¿qué hace de este conjunto un punto de referencia en la historia musical? ¿Será acaso el carisma del Peter Pan enfundado en el eterno uniforme escolar que gesticula y se contorsiona con los acordes de su guitarra? ¿O será la aguardentosa voz de un sesentón con músculos marcadísimos, movimientos lujuriosos y boina que cubre su rizada cabellera? Por fortuna, la respuesta va más allá de estos dos personajes, necesitamos por fuerza centrarnos en lo esencial de esta banda, su música. Con un estilo purista y hasta podría decirse minimalista, este quinteto liderado por los hermanos británicos de nacimiento y australianos por adopción, Angus y Malcolm Young, ha llevado a cuestas su estilo con esa mezcla riquísima de blues y hard rock, fascinando por cuatro décadas a millones de seguidores por todo el mundo. Y dicho sea de paso, esa propuesta no es nada complicada, ni mucho menos. Si uno desmenuza los temas de sus discos de estudio encontrará melodías bien estructuradas, acordes nada complicados y letras que no intentan, ni pretenden ser profundas ni intelectuales. Una vez alguien me dijo: “estos de AC/DC se la pasan hablando de viejas, sexo, desmadre y el diablo” y si, en resumidas cuentas podríamos decir eso.
La historia de esta singular banda puede describirse en dos etapas: Antes de Bon Scott y después de él. La primera podría llamarse la etapa australiana, que vio su punto más alto con el disco que lo cambió todo en 1979, “Highway to Hell” y la segunda que inició con su obra maestra un año después, “Back in Black”, y podría llamarse la etapa internacional. Antes y después de estos discos se encuentra de todo, desde sus primeras y rústicas ediciones como “High Voltage” (1975) o “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” (1976), hasta grandes superproducciones como “The Razors Edge” (1990) o “Ballbreaker” (1995). También es importante mencionar que AC/DC se ha adaptado de manera camaleónica a cada uno de sus productores. Con el hermano mayor de los Young, George (productor de sus primeros discos) su sonido es muy simple, dándole al vocalista Scott una libertad absoluta de interpretación y haciendo de la sección rítmica de la banda una maquinaria de precisión única y sello característico, sin protagonismos, tan solo para acompañar lo de verdad relevante, la guitarra de Angus, el alma y columna vertebral de cada esfuerzo en conjunto. Tal vez el mejor álbum de esa época sea el muy bien logrado “Let There Be Rock” (1977). Después con Robert John "Mutt" Lange (también responsable de los álbumes más famosos de Def Leppard) encontraron gran armonía en la propuesta y una perfección de sonidos en esa trilogía sorprendente y punto de referencia obligado para quienes gustamos del rock pesado, compuesta por los discos “Highway to Hell”, “Back in Black” y “For Tose About to Rock We Salute You”, llevados al mercado entre 1979 y 1981. Otro ejemplo, no tan grandioso, pero muy a la altura de “Mutt” con la banda fue el “Who Made Who” en 1986. Hasta el día de hoy las producciones bajo la batuta de este genial personaje representan lo mejor y más fino de la agrupación australiana. También fue él, quien tras la dolorosa muerte de Scott, se dedicó a persuadir a los miembros restantes de sacar al mercado el álbum comprometido con la voz de un muy serio y profesional Brian Jonson, con el resultado ya de todos conocido.
Otro productor que dio un giro muy interesante fue Bruce Fairbairn, quien acostumbrado a trabajar con bandas de Hard Rock, nos regaló con “The Razors Edge” y el extraordinario álbum en vivo doble “Live”, una versión muy comercial de AC/DC con la grandeza de los monstruos y grandes imanes de taquilla. Un punto aparte tienen los álbumes producidos por ellos mismos, que han sido los menos logrados de su carrera (Flick of the Switch (1983) o Fly on the Wall (1985), son un claro ejemplo de ello)
Pero sin lugar a dudas el disco más extraño es el que produjeron Rick Rubin y Mike Fraser, “Ballbreaker”, en 1995. Con el antecedente de que ambos habían trabajado con bandas como Metallica, Slayer, Red Hot Chili Peppers o Danzig, sacaron a relucir el lado más pesado y oscuro de los australianos; dentro de la misma fórmula, demostraron que era posible llevarlos al límite de su purismo musical. Ahora, con “Black Ice” trabajan por primera vez con el productor Brendan O’Brien y éste hace notar su estilo con un trabajo impecable y sonidos limpios, sin perder la potencia esperada por los seguidores. No en vano ha sido responsable de los grandes éxitos de Rage Against The Machine, Velvet Revolver o The Black Crowes.
Si se escucha a este grupo con el cuidado que se merece, con el respeto al que se han hecho acreedores a lo largo de los años, nos daremos cuenta que no es casualidad que la historia los haya puesto en un lugar tan alto. Es el resultado directo de lustros de lucha constante y un devenir de nombres y personajes, cada uno dejando un mucho o un poco dentro del sonido de AC/DC. Por eso a los que en 2008 o 2009 han sido testigos de su nueva gira, les aseguro algo con todo conocimiento de causa: están haciendo historia. Ante estos grandes, ofreciendo vivos ejemplos de furia, arrebato y profesionalismo, uno se quita el sombrero y hasta los cuernos.
La Crónica
Tal vez la pregunta obligada sea: ¿Por qué después de saber que se presentarían en la Ciudad de México ante más de 50,000 frenéticos seguidores, aceptaron llevar la gira a la ciudad de El Paso, ante apenas 9,000 personas? Los boletos volaron, pero el recinto es tan pequeño para un grupo de la envergadura de AC/DC que los asistentes tendríamos un contacto mucho más personalizado con la banda y qué decir de un servidor que estuvo a escasos metros del escenario, en la fila 10 de la extrema derecha con una visión perfecta, donde pude ser testigo del sudor que exhalaban los poros de Johnson y Angus.
La cita fue a las 8 P.M. (hora de la montaña, como por acá se dice, o sea una hora menos que en la Ciudad de México). Muchas veces uno se pregunta sobre las diferencias entre el primer mundo y el sub-desarrollo. Casi siempre contesto que son los pequeños detalles, esas insignificancias que pueden bien significar un mundo de diferencia, literalmente hablando. Empecemos con el orden en la entrada, el estacionamiento y sobre todo en la entrega de los boletos. Yo tenía un tipo de entrada denominada “paperless ticket”, es decir, no se emitía un boleto físico. Tenía que presentarme con la tarjeta bancaria con la que hice la compra y une vez en la entrada, una señorita muy amable deslizó la misma por un lector que imprimió un pequeño recibo, conteniendo la información del asiento correspondiente y sin más me dejó pasar. El grupo abridor fue uno local tejano (de Dallas si mal no recuerdo) con un sonido pesado muy sureño y los coros de una negraza espectacular. Apenas media hora, unas siete canciones disfrutables, pero nada fuera del otro mundo, con el comentario de vivir un sueño al abrirle a uno de los grandes, que han admirado por años. El escenario estaba repleto de micrófonos, pedales, consolas, distorsionadores y demás aditamentos para emitir o corromper el sonido deseado. Una vez que terminaron, todo esto se removió de la plataforma principal para dejar tan solo la tarima con la batería y dos micrófonos situados a cado lado. A las nueve en punto (otro pequeño detalle) se apagaron las luces y los cuernos intermitentes de los fanáticos del rock pesado comprados a 15 USD brillaban por todos lados. El alarido, los aplausos y en la pantalla un video que resume en unos minutos la postura de los australianos, escenas cargadas de un fuerte erotismo, rayando a veces en lo pornográfico y esa obsesión dantesca por el infierno y el mismísimo Lucifer. Un tren a mil por hora, alimentado por el carbón de Angus Young personificado con cuernos y cola de diablo, los pasajeros despavoridos en el interior, el vocalista disfrutando los placeres de una fémina; las vías por delante anunciando una ciudad próxima y dos muchachas, dignas de cualquier portada de revista para adultos, seduciendo al guitarrista con la intención de amordazarlo y detener la furiosa maquinaria. Sin éxito, la locomotora se dirige hacia su fatal destino (recordando la canción de “Crazy Train” de Ozzy Osbourne) y termina descarrilándose en medio del escenario, de donde intactos bajan los integrantes del grupo para comenzar los acordes de la canción número uno de su nuevo disco Rock N’ Roll Train, penetrando nuestro tímpano con un sonido limpio y esquizofrénico. Todos estábamos de pie y de hecho ya no me sentaría nunca más en mi lugar. El olor a hierba verde psicodélica quemada comenzó a percibirse casi con sincronía con la melodía y era el principio de una noche inolvidable. Con su voz rasposa, camisa cortada por las mangas y esa característica boina, Brian Johnson nos daba la bienvenida y luciendo un traje escolar color verde aterciopelado, Angus Young. Los pantalones cortos dejaban ver unas piernas blancas, casi transparentes y esa expresión desquiciada que con cada nota se hacía más maquiavélica. Ningún pedal, ningún aditamento, nada que distorsionara el sonido puro y limpio de los instrumentos. Cada voz sería interpretada solo por los integrantes del grupo. Al fondo del escenario y sin mayor afán de protagonismo encontramos a Phil Rudd en la batería (con un cigarro en la boca la mayoría de las veces y un guante blanco en la mano izquierda), en uno de los lados al bajista Cliff Williams (que dicho sea de paso, toca el bajo con uña, no con el dedo) y al otro extremo, al hermano de Angus, Malcolm, liderando la sección rítmica del grupo con su guitarra. Solo cuando las circunstancias lo requerían, los dos últimos se acercaban a sus respectivos micrófonos en medio del escenario y de inmediato regresaban a su escondite. Es espectacular ver trabajar a estos tres casi anónimos personajes, ejecutando sus funciones a la perfección y siguiendo la batuta del duendecito vestido de verde que corría por todos lados, con su inalámbrica guitarra que no cambiaría en toda la noche.
Después de una pieza nueva, cambiaron de tono con una de las más viejas, Hell Ain’t a Bad Place to Be (Let There Be Rock), donde la guitarra de Young demuestra la maestría adquirida por los años. Impresionante verlo derrochando energía, como si no trajera a sus espaldas más de cincuenta años y una gira de verdad extensa. Luego una de esas que no pueden faltar, Back in Black (disco homónimo), donde hacen un homenaje al fallecido Bon Scott y como los poetas malditos, convierten su tragedia en una poesía y un pretexto para regalarnos una melodía, en la nada poética realidad de ver a su amigo ahogado en su propio vómito después de una noche de parranda. Big Jack, del nuevo álbum se interpretó con todas las connotaciones sexuales que el “Gran Jack” pueda tener. La cámara enfocó a las muchachas más guapas del público y una de ellas, en estado de euforia y ebriedad, dejó al descubierto sus bien formados y operados senos. La señorita estaba unas filas delante de mí, así que sus encantos fueron vistos por un servidor en varias ocasiones, sin necesidad de la cámara. Esta pieza demuestra lo bien elaborado del nuevo material y vuelvo a insistir en el trabajo impecable de la sección rítmica, refugiada en su guarida. Cuando Angus alzaba la guitarra en todo lo alto, los tres se ponían atentos, con el primer salto dejaban la melodía en suspenso por unos segundos y para el segundo salto los instrumentos se quedaban en silencio. Todo con una coordinación casi mágica, sobrenatural. La velada siguió con uno de esos temas que ponen de buen humor, muy viejo, Dirty Deeds Done Dirt Cheap (disco homónimo), que despertó al monstruo de 9,000 cabezas en un solo grito común y desesperado. La descarrilada locomotora lucía en todo lo alto y el pequeño corredor que partía en dos el piso del gimnasio de básquetbol, recibía a los dos protagonistas principales de la noche (guitarrista y vocalista) una y otra vez en medio de ovaciones y gritos.
Shot Down in Flames, fue una agradable sorpresa rescatada del álbum Highway to Hell dejando el testimonio de la grandeza de este álbum. Algo de lo mejor de la noche llegó con Thunderstruck (único tema del The Razors Edge) y esa gran introducción de guitarra por parte de Angus, que no se cansaba de sorprendernos. En el público donde convivían hasta tres generaciones de fanáticos, la emoción estaba en todo su apogeo. El ritmo siguió con la pieza homónima del nuevo disco, Black Ice, regalándonos un sabroso blues-rock, seguido de manera casi natural por The Jack (T.N.T. – 1975), lo más remoto en el tiempo que podemos escuchar de ellos, aunque con una nueva letra que cambia la partida de póker con una mujer tramposa por una muy “sucia y atrevida fémina” haciendo todo tipo de favores al protagonista de la historia. En el clímax de la melodía, Angus aprovechó para hacer su obligado “striptease”, hasta dejar ver una trusa negra con las letras del grupo y el característico rayo partiendo las letras AC/DC. El flácido, blanco y esquelético torso al descubierto, sería el nuevo atuendo del pequeño ser emergido del inframundo. Del techo del gimnasio bajaron una gran campana de la cual el vocalista se colgaría, dejando escuchar los únicos sonidos pre-grabados de la noche, las campanadas anunciando una de las obras maestras del grupo, Hells Bells (Back in Black), esa bien elaborada pieza, que sacudió hasta mi neurona más aturdida. Del mismo álbum interpretaron a continuación Shoot to Thrill, como demostrándonos las razones por las cuales se han vendido casi 50 millones de copias en todo el mundo, haciéndolo el segundo disco más vendido de la historia, solo detrás de los casi inalcanzables 110 millones de Thriller del recién fallecido Michael Jackson.
Una vez demostrada la grandeza de esas piezas, siguieron con la última rola interpretada del nuevo material, War Machine, bien estructurada pero con un video sin mucho trabajo de edición. Luego otra de esas agradables sorpresas con el tema Dog Eat Dog (Let There Be Rock), aunque en esta si se extraña la tonadita de Scott. Brian Johnson, luciendo unos bíceps bien trabajados en el gimnasio y una sonrisa permanente en la cara, derrochaba simpatía por todas partes y no perdía oportunidad para estrechar las manos de cualquiera que se las extendiera. Curioso ver que ningún tatuaje se asomara por los cuerpos de los integrantes, de menos en las partes visibles. ¿Será que son puristas hasta en eso detalles? Y si faltaban motivos para demostrarnos lo soberbio del Back in Black, nos dejaron sobre el escenario el tema You Shook Me All Night Long, con otra vez todas las referencias eróticas que pueda contener la frase y siguiendo el tono cachondo explotaron con T.N.T. (disco homónimo), de cuando AC/DC era vetado en su natal Australia en las estaciones de radio, precisamente por estas connotaciones de índole sexual y se convertía en acto de rebeldía escucharlos. “T.N.T. soy dinamita, T.N.T. estoy sobrecargado, T.N.T. obsérvame explotar…..” Ya para que de plano no le faltara ningún ingrediente erótico a la noche, una enorme muñeca inflable con enormes senos, medias rasgadas a medio muslo sosteniendo algunos billetes, botas y guantes rojos, anillos en los dedos medios, maquillaje exageradísimo, tatuaje con el nombre del grupo en el hombro y montada de manera literal sobre la locomotora, hacía su aparición al ritmo de Whole Lotta Rosie (Let There Be Rock), que nos cuenta la historia de una prostituta, obesa, muy obesa que es una verdadera máquina sexual. Con ese ritmo ablusado, la melodía haría palidecer de envidia al mismo Baudelaire y a cualquier poeta maldito. Terminadas todas las referencias eróticas, retiraron muñeca y locomotora para dejar en medio una gran pantalla y cerrar con Let There Be Rock (de ya saben cual álbum). Las imágenes de cada disco de estudio y algunos en vivo se apreciaron de manera tridimensional, como haciendo un recorrido por la historia de la banda y cerrar con ese mensaje: dejemos ser al rock, dejémoslo que exista ahora y siempre, dejemos que nos siga emocionando y regalando este tipo de noches. Después de un largo solo por parte de Angus, muy aplaudido por cierto, el aludido se subió en una plataforma circular que lo alzó en medio del gimnasio y con papeles de colores flotando por encima de él, se recostó y dio vueltas sobre su propio eje sin dejar de tocar su instrumento y así despedirse en medio de la ovación de un público sorprendido ante la capacidad del músico, pero a sabiendas que faltaba algo más y lo esperábamos con ansia.
De una pequeña rendija en medio del escenario, salió humo y las pantallas se llenaron de flamas. De ese espacio humeante salió de nuevo Angus luciendo los cuernos, que cientos de seguidores llevaban, para interpretar del disco homónimo Highway to Hell, coreado a todo pulmón y toda garganta por cada uno de los presentes en el Don Haskins Center y cerrar de manera definitiva con el tema del también homónimo disco For Those About To Rock We Salute You, donde seis cañones montados en el lugar que antes ocupaba la locomotora disparaban a cada orden de “FIRE” de Johnson. A cada cañonazo, sabíamos que nos encontrábamos en la agonía del concierto y cuando el último fogonazo retumbó en nuestros oídos, los instrumentos enmudecieron y tras unas breves reverencias los cinco miembros del grupo se fueron a descansar. Se encendieron las luces y cada quien se retiró con su cada cual, llevando en la memoria frescos recuerdos de una de las más grandes bandas que hayan pisado tierra paseña. Al final me quedé reflexionando sobre lo que había pasado en un par de horas y sin duda se puede resumir en una palabra: grandioso. Y así con esa idea en la mente me retiré del lugar para ver las playeras de 35 USD y entender esas diferencias de las que hablé al principio. Y de nuevo agradezco las oportunidades que nos da la vida de llenar nuestra existencia con esa música que nos estremece y emociona. No importa si es el primer mundo o el tercero, ¿qué sería del planeta tierra sin música? No quiero ni pensarlo.
Más de ACDC.
AC/DC: Lo clásico con mayúsculas.
Por Donaciano Fabián
A Nicolás Neil García Ortega,
con la esperanza de que los caminos del Metal
le conduzcan a otras emociones estéticas.
Hace algunos años alguien me preguntó cuál es la quintaesencia del rock, y en ese momento no supe que contestar con precisión. Recuerdo que le di muchas vueltas a la respuesta, pero no contesté algo concreto. Sin embargo, hoy, después de asistir al concierto de AC/DC en el Foro Sol hace algunos días, ya tengo una respuesta precisa a aquella pregunta: La quintaesencia del rock es la música.
Vaya, pues, si nos ponemos un poco académicos, podemos afirmar que “Todo rock es música, pero no toda música es rock”. Esto significa que hay cada infame que asegura que hace rock, cuando lo único que hace es ruido o, en el mejor de los de los casos, hace música… pero esa música nunca, pero nunca llegará a ser rock.
Y es que lo que hizo AC/DC durante su apoteósica presentación en el Foro Sol fue dejar muy claro que sabe hacer Rock (así, con mayúscula) y nada más, pero también nada menos.
El día del concierto escuché en los pasillos del Foro Sol cómo un párvulo preguntaba a su melenudo padre: “¿Qué toca AC/DC pa’?” Pues rock, hijo, rock, contestó categóricamente el adulto aquel. Esa respuesta no pudo ser más precisa.
En efecto, más allá de dimes y diretes, de clasificaciones, divisiones y subdivisiones a las que se somete al rock en general y al metal en particular, la banda australiana por antonomasia pinta su raya, marca distancia y hace su música. Y si ésta es estridente y rasposa, tiene un alto voltaje, se mueve al filo de la navaja y hace sonar campanas infernales, entonces la voz aguardentosa de Brian Johnson tiene razón cuando grita Hell ain’t a bad place to be.
La presentación de Angus Young y compañía fue un auténtico derroche de energía musical, aderezada con un buen escenario, un sonido impecable, unas luces en completa sincronía con la música y una potencia perfectamente ecualizada. Y si a esto le agregamos el brío y la experiencia de la banda, así como el delirio y el ímpetu orgiástico y orgásmico del “respetable público”, el resultado es una experiencia sublime, extática y estética.
El concierto de AC/DC, en más de un sentido, fue un concierto de música “clásica”, como dijera el maese José Agustín. Qué puede ser más clásico que el inveterado himno Highway to Hell, la sicalíptica Whole Lotta Rosie y la esotérica Back in Black , por mencionar solo algunas de las rolas que esa noche hicieron vibrar el graderío y las paredes del Foro Sol. Let there be rock no’mas.
Fue también un concierto de música clásica porque en las notas de la Gibson SG que empuña Angus Young reverbera el espíritu del gran Chuck Berry –¿de dónde creen que salió el “paso del pato” que baila Angus?–. Y qué decir de la resonancia impregnada del sonido bizarro de Jerry Lee Lewis y la locuacidad extrovertida de Little Richard, aunque los australianos no usan teclados, el ritmo es el ritmo, la música es la música y el rock es el rock… Y aquel que esté libre de prejuicios que arroje su primer aforismo.
Vale la pena mencionar que para algunos fans recalcitrantes y –paradójicamente- incondicionales, los conciertos de AC/DC también son clásicos pero en un sentido diametralmente opuesto porque “noche tras noche tocan los mismos temas”. Vale la pena echarle un ojo al siguiente link para analizar la postura de esos fanáticos que, me parece, hacen una crítica muy legítima a sus ídolos.
Bien por ellos, porque a pesar de ser fieles seguidores de la banda, no están enajenados y tienen la capacidad de analizar, ejercer la crítica y sugerir. No en balde han asistido, en conjunto, a más de 157 conciertos del grupo. Chéquenlo y fórmense su propia opinión: http://www.ac-dc.galeon.com/ultimasnoticias.htm
Vale. Salud y buen rock, larga vida al rock y For Those About To Rock (We Salute You).
Más de ACDC.
AC/DC: Lo clásico con mayúsculas.
Por Donaciano Fabián
A Nicolás Neil García Ortega,
con la esperanza de que los caminos del Metal
le conduzcan a otras emociones estéticas.
Hace algunos años alguien me preguntó cuál es la quintaesencia del rock, y en ese momento no supe que contestar con precisión. Recuerdo que le di muchas vueltas a la respuesta, pero no contesté algo concreto. Sin embargo, hoy, después de asistir al concierto de AC/DC en el Foro Sol hace algunos días, ya tengo una respuesta precisa a aquella pregunta: La quintaesencia del rock es la música.
Vaya, pues, si nos ponemos un poco académicos, podemos afirmar que “Todo rock es música, pero no toda música es rock”. Esto significa que hay cada infame que asegura que hace rock, cuando lo único que hace es ruido o, en el mejor de los de los casos, hace música… pero esa música nunca, pero nunca llegará a ser rock.
Y es que lo que hizo AC/DC durante su apoteósica presentación en el Foro Sol fue dejar muy claro que sabe hacer Rock (así, con mayúscula) y nada más, pero también nada menos.
El día del concierto escuché en los pasillos del Foro Sol cómo un párvulo preguntaba a su melenudo padre: “¿Qué toca AC/DC pa’?” Pues rock, hijo, rock, contestó categóricamente el adulto aquel. Esa respuesta no pudo ser más precisa.
En efecto, más allá de dimes y diretes, de clasificaciones, divisiones y subdivisiones a las que se somete al rock en general y al metal en particular, la banda australiana por antonomasia pinta su raya, marca distancia y hace su música. Y si ésta es estridente y rasposa, tiene un alto voltaje, se mueve al filo de la navaja y hace sonar campanas infernales, entonces la voz aguardentosa de Brian Johnson tiene razón cuando grita Hell ain’t a bad place to be.
La presentación de Angus Young y compañía fue un auténtico derroche de energía musical, aderezada con un buen escenario, un sonido impecable, unas luces en completa sincronía con la música y una potencia perfectamente ecualizada. Y si a esto le agregamos el brío y la experiencia de la banda, así como el delirio y el ímpetu orgiástico y orgásmico del “respetable público”, el resultado es una experiencia sublime, extática y estética.
El concierto de AC/DC, en más de un sentido, fue un concierto de música “clásica”, como dijera el maese José Agustín. Qué puede ser más clásico que el inveterado himno Highway to Hell, la sicalíptica Whole Lotta Rosie y la esotérica Back in Black , por mencionar solo algunas de las rolas que esa noche hicieron vibrar el graderío y las paredes del Foro Sol. Let there be rock no’mas.
Fue también un concierto de música clásica porque en las notas de la Gibson SG que empuña Angus Young reverbera el espíritu del gran Chuck Berry –¿de dónde creen que salió el “paso del pato” que baila Angus?–. Y qué decir de la resonancia impregnada del sonido bizarro de Jerry Lee Lewis y la locuacidad extrovertida de Little Richard, aunque los australianos no usan teclados, el ritmo es el ritmo, la música es la música y el rock es el rock… Y aquel que esté libre de prejuicios que arroje su primer aforismo.
Vale la pena mencionar que para algunos fans recalcitrantes y –paradójicamente- incondicionales, los conciertos de AC/DC también son clásicos pero en un sentido diametralmente opuesto porque “noche tras noche tocan los mismos temas”. Vale la pena echarle un ojo al siguiente link para analizar la postura de esos fanáticos que, me parece, hacen una crítica muy legítima a sus ídolos.
Bien por ellos, porque a pesar de ser fieles seguidores de la banda, no están enajenados y tienen la capacidad de analizar, ejercer la crítica y sugerir. No en balde han asistido, en conjunto, a más de 157 conciertos del grupo. Chéquenlo y fórmense su propia opinión: http://www.ac-dc.galeon.com/ultimasnoticias.htm
Vale. Salud y buen rock, larga vida al rock y For Those About To Rock (We Salute You).
Tren Montealto... casi privado
TREN MONTEALTO
Nuevamente en el Bull Pool, para puros cuates.
Por Carlos Zaldívar
El sueño de todo melómano es que su banda favorita
toque en su cumpleaños o aniversario.
Apenas el miércoles pasado fui al Amapola Music Hall a deleitarme con esta banda muy prometedora y quedé sorprendido de su profesionalismo. Es más, escribí que para el siguiente sábado esperaba más sorpresas. Y es que no es una banda repetitiva en sus presentaciones, es una banda que sabe salir adelante, improvisa y sobre todo, le pone nuevos sabores a sus rolas.
En esta ocasión, sábado, la cita fue en el ya reconocido bar de Satélite, el Bull Pool a las 10:00 horas de la noche. El bar, casi vacío. Se esperaba más gente.
Estaban anunciados otros 2 grupos: “The Black Lions” y “Tornavox”. Lamentablemente (o afortunadamente) no se presentaron a su COMPROMISO. ¿Acaso sería porque a esa hora se transmitía un partido de fútbol? Sólo ellos lo sabrán.
Cheyk, Beto, Edoardo y Erick platicaban con los pocos asistentes al evento.
Les reconocí nuevamente su carisma y sinergia que tienen como banda musical, algo que muy difícil se logra conjuntar en las bandas.
Hoy, a esos “grupetes” pre fabricados sólo les importa la comercialización de un disco y salir en telehit. Y está bien. También para “esos” hay fans.
¿Cuánto va a vivir Tren Montealto? Fue una larga discusión entre mesas de bar, algunos comentarios muy acertados y otros específicamente divagaron en lo imaginario.
– Tren Montealto es mi vida – comentó Beto, aún delicado y convaleciente de una enfermedad. Y lo han comprobado, la música es su vida.
Sencillamente por esta circunstancia, estimados lectores, les aseguro que será “Larga Vida a Tren Montealto”.
Así que sin más ni más y pasadas las 10:30 de la noche, dieron inicio a una súper tocada que para mí, sería espectacular.
¿Asistentes? Pues acaso logré contar 32 personas, ¡y la tripulación del Bull Pool!
Los trenecillos dejaron de esperar a los otros grupos, pues pudieron haber llegado tarde, pero jamás se aparecieron, y como todos unos profesionales subieron al escenario a presentarse y se arrancaron con “Volando”.
Me sentí como muy halagado, hasta solitario. Mirando alrededor y ver espacios vacíos que hicieron imaginarme que era un concierto exclusivo y elitista, sólo para mí, para festejar mi cumpleaños o mi aniversario de boda o alguna otra fecha importante.
La banda hizo acertados comentarios acerca del público y muy emocionados siguieron con las demás rolas.
El setlist fue el mismo del miércoles pasado. Esta vez sin rotura de cuerdas en la guitarra y sin tanto bullicio de meseros. Fue un CONCIERTO PRIVADO, puros cuates y la tripulación del Pool.
Disfrutamos del concierto en un nivel descomunal. ¡Qué bárbaros los ferroviarios!
Terminaron la tocada, y como ellos afirmaron: – No pidan más, porque ya no tenemos más rolas –
Y ciertamente así fue. Ahora el trabajo debe continuar con la composición de más temas y preparase para la edición de su álbum debut.
Amigos ferroviarios: Nunca dejen la pasión por la música, sigan adelante porque el futuro es muy prometedor para su banda.
¡Enhorabuena chavos!
TREN MONTEALTO en el Amapola Music Hall
TREN MONTEALTO
Sobre los escombros de Rockotitlán
Por Carlos Zaldívar
“Music melts all the separate parts
of our bodies, together.”
- Anais Nin
Con cortesías en mano, me dirigí a Insurgentes 953. Y, ¡m’ta madre! Ahí era exactamente dónde hace ya bastantes ayeres se ubicaba en inolvidable “Rockotitlán”. Aquel lugar lleno de anécdotas, aventuras de mala muerte e historias de lujuria, desapareció; pero éstas últimas siempre existirán.
Ahora sobre los escombros existen antros “modernos”, uno de ellos “Amapola Music Hall” que podría pasar como un mini antro elitista y muy pop.
Al llegar, la expresión fue de coraje, pues se encontraba un individuo en la entrada; de esos que pertenecen a la subespecie del ser humano: un “cadenero”.
Así que recordé aquella promesa de hace algunos años: – Jamás volveré a un antro donde discriminen la entrada – Pero, ¿y mis amigos ferroviarios? Por supuesto, que valdría la pena esperar y lidiar con el gorila de la entrada.
Impetuoso, me formé en primer lugar, y tras unos breves minutos me sorprendí que el susodicho orangután de la entrada, ¡tenía sentido común!
Entramos en punto de las 8:45 pm, ya estaban ahí conmigo radio indie y algunos familiares de los músicos, entre ellos el papá de Cheyk quien me saludó fastuosamente.
TREN MONTEALTO se presentaría en tan elegante antro. Serían los primeros en presentarse, pues luego vendrían “Sobero” y “Lucca”.
Una presentación más, y ahora, ¿Cómo me sorprenderían? Pues la calidad y el profesionalismo de estos trenecillos musicales son vastos.
Algunos minutos después de las nueve con treinta minutos, subieron al escenario. Pero, ¿Dónde estaba Beto, el tecladista?
Iniciaron con unos acordes muy deliciosos, no identificaba la rola y pensé que era de su nueva producción, y en unos segundos más: ¡Zas! Era la de “Volando”… ¡Que buena rola para iniciar! Quemando lo mejor de lo mejor de Tren Montealto.
Excelente introducción para esta súper rola. El tecladista era un sustituto ya que Beto se encuentra enfermo, y desde aquí le mando mis mejores deseos de recuperación. ¡Adelante, hermano! Recupérate.
Unas palabras de Cheyk y de aquí se lanzaron con “Acábame”, destacando unos arreglos formidables. De hecho la acústica de este pop-antro estaba en un nivel muy bueno. Influye también la multitud y su esparcimiento.
“Acábame” sonó plácidamente, de manera que los impactos emocionales llegaron a mí, todos muy gratos. Es por eso que cada rola representa algún momento en especial, y cada uno de éstos representa toda una gran historia. Son estos momentos de remembranzas en que todas nuestras partes del cuerpo y alma, se juntan, se unen para llevarnos a un éxtasis inigualable.
La música de Tren Montealto tiene esta característica: Extasiarnos.
La tercera rola fue de nueva producción, aún no sé el nombre exacto, así que estimado fan de estos trenecillos, dejen un comentario con el nombre. Según yo pudiera llamarse “No Te Puedes Escapar”. Pero espero la confirmación. Una rola donde destacaron más las cuerdas, las percusiones sólo acompañaban. La voz de Cheyk inigualable.
Aquí quiero hacer un pequeñísimo paréntesis y hablar de la voz del Tren. De vocalistas y experiencias auditivas dentro del Rock y la música en general, sería casi eterno hablar. Y pocas veces tendremos algo de que presumir. En el caso de un servidor, pues de haber escuchado a vocalistas como Jon Anderson, Ronnie James Dio (que en esos momentos se encuentra enfermo), Brian Johnson, Lou Gramm, Dennis DeYoung, Joe Lynn Turner, Roger Hodgson y centenas más, situación que me permite incluir a Cheyk a la altura de muchos de éstos, pues la voz es inigualable, muy reconocible, con una agudeza que sabe perfectamente cuando cambiar de tonos y alargar la voz. Esta voz debe seguir educándose porque muy pronto esta súper banda llegará bastante lejos.
En fin, como cuarto número se aventaron “Frío 2411”. Excelente rola para pasarle bien acompañadito y no pasar estos tiempos tan impávidos.
De aquí se lanzaron con “Sin Las Horas” dedicada a Marianne. Una rola donde la guitarra tiene un ritmo que nos lleva desde abajo hasta la cima, para alcanzar una voz alargada: “… y todo vuelve a comenzar”-
Luego la ya tan esperada y nostálgica rola “No Me Puedes Ver”. Rola que ha sido motivo de casi “rayar” el CD y la memoria del i-Pod de tanto escucharla una y otra vez.
“No Me Puedes Ver” es un gran hit y es la tarjeta de presentación de Tren Montealto, y para muestra basta el botón: http://www.myspace.com/montetren ¡Ah! y como siempre quedo sorprendido con esta magnífica banda, esta vez no fue la excepción. Pasando la mitad de esta exuberante canción, a Chey se le rompe la cuerda. El profesionalismo y la experiencia hicieron una maravilla de canción, inédita versión como para circularla en el mundo subterráneo del Tianguis del Chopo. En este momento Cheyk vio a sus compañeros, y sin más ni más las percusiones siguieron, el bajo le hizo segunda y los teclados igualmente. Cheyk continuó con - “nunca me había pasado, se me rompió la cuerda”- y siendo parte de la letra, muy atinadamente siguieron y terminaron impetuosamente esta rola.
Segundos más tarde, se escabulló tras el escenario para luego aparecer con otra guitarra, y se lanzaron con “Otra Vez”, ésta, sí de su nueva producción musical.
Caray, ya no pude quedarme a disfrutar de las otras dos bandas: Sobero y Lucca, que parece, según comentarios, que también son prometedores.
Y todo esto sucedió: “Sobre los escombros del añorado Rockotitlán”.
¡Ah! Y se me olvidaba: ¡Dónde compro mi playera de TREN MONTEALTO!
P.d. Estimado lector: no me pidas los mp3. Espera a que pronto salga la producción en CD y CÓMPRALO porque va a ser de las mejores inversiones de tu vida.
Y esto no es todo, porque este sábado 28 nos vemos en el Bull Pool: http://www.myspace.com/bullpool
TREN MONTEALTO en el Amapola Music Hall
TREN MONTEALTO
Sobre los escombros de Rockotitlán
Por Carlos Zaldívar
“Music melts all the separate parts
of our bodies, together.”
- Anais Nin
Con cortesías en mano, me dirigí a Insurgentes 953. Y, ¡m’ta madre! Ahí era exactamente dónde hace ya bastantes ayeres se ubicaba en inolvidable “Rockotitlán”. Aquel lugar lleno de anécdotas, aventuras de mala muerte e historias de lujuria, desapareció; pero éstas últimas siempre existirán.
Ahora sobre los escombros existen antros “modernos”, uno de ellos “Amapola Music Hall” que podría pasar como un mini antro elitista y muy pop.
Al llegar, la expresión fue de coraje, pues se encontraba un individuo en la entrada; de esos que pertenecen a la subespecie del ser humano: un “cadenero”.
Así que recordé aquella promesa de hace algunos años: – Jamás volveré a un antro donde discriminen la entrada – Pero, ¿y mis amigos ferroviarios? Por supuesto, que valdría la pena esperar y lidiar con el gorila de la entrada.
Impetuoso, me formé en primer lugar, y tras unos breves minutos me sorprendí que el susodicho orangután de la entrada, ¡tenía sentido común!
Entramos en punto de las 8:45 pm, ya estaban ahí conmigo radio indie y algunos familiares de los músicos, entre ellos el papá de Cheyk quien me saludó fastuosamente.
TREN MONTEALTO se presentaría en tan elegante antro. Serían los primeros en presentarse, pues luego vendrían “Sobero” y “Lucca”.
Una presentación más, y ahora, ¿Cómo me sorprenderían? Pues la calidad y el profesionalismo de estos trenecillos musicales son vastos.
Algunos minutos después de las nueve con treinta minutos, subieron al escenario. Pero, ¿Dónde estaba Beto, el tecladista?
Iniciaron con unos acordes muy deliciosos, no identificaba la rola y pensé que era de su nueva producción, y en unos segundos más: ¡Zas! Era la de “Volando”… ¡Que buena rola para iniciar! Quemando lo mejor de lo mejor de Tren Montealto.
Excelente introducción para esta súper rola. El tecladista era un sustituto ya que Beto se encuentra enfermo, y desde aquí le mando mis mejores deseos de recuperación. ¡Adelante, hermano! Recupérate.
Unas palabras de Cheyk y de aquí se lanzaron con “Acábame”, destacando unos arreglos formidables. De hecho la acústica de este pop-antro estaba en un nivel muy bueno. Influye también la multitud y su esparcimiento.
“Acábame” sonó plácidamente, de manera que los impactos emocionales llegaron a mí, todos muy gratos. Es por eso que cada rola representa algún momento en especial, y cada uno de éstos representa toda una gran historia. Son estos momentos de remembranzas en que todas nuestras partes del cuerpo y alma, se juntan, se unen para llevarnos a un éxtasis inigualable.
La música de Tren Montealto tiene esta característica: Extasiarnos.
La tercera rola fue de nueva producción, aún no sé el nombre exacto, así que estimado fan de estos trenecillos, dejen un comentario con el nombre. Según yo pudiera llamarse “No Te Puedes Escapar”. Pero espero la confirmación. Una rola donde destacaron más las cuerdas, las percusiones sólo acompañaban. La voz de Cheyk inigualable.
Aquí quiero hacer un pequeñísimo paréntesis y hablar de la voz del Tren. De vocalistas y experiencias auditivas dentro del Rock y la música en general, sería casi eterno hablar. Y pocas veces tendremos algo de que presumir. En el caso de un servidor, pues de haber escuchado a vocalistas como Jon Anderson, Ronnie James Dio (que en esos momentos se encuentra enfermo), Brian Johnson, Lou Gramm, Dennis DeYoung, Joe Lynn Turner, Roger Hodgson y centenas más, situación que me permite incluir a Cheyk a la altura de muchos de éstos, pues la voz es inigualable, muy reconocible, con una agudeza que sabe perfectamente cuando cambiar de tonos y alargar la voz. Esta voz debe seguir educándose porque muy pronto esta súper banda llegará bastante lejos.
En fin, como cuarto número se aventaron “Frío 2411”. Excelente rola para pasarle bien acompañadito y no pasar estos tiempos tan impávidos.
De aquí se lanzaron con “Sin Las Horas” dedicada a Marianne. Una rola donde la guitarra tiene un ritmo que nos lleva desde abajo hasta la cima, para alcanzar una voz alargada: “… y todo vuelve a comenzar”-
Luego la ya tan esperada y nostálgica rola “No Me Puedes Ver”. Rola que ha sido motivo de casi “rayar” el CD y la memoria del i-Pod de tanto escucharla una y otra vez.
“No Me Puedes Ver” es un gran hit y es la tarjeta de presentación de Tren Montealto, y para muestra basta el botón: http://www.myspace.com/montetren ¡Ah! y como siempre quedo sorprendido con esta magnífica banda, esta vez no fue la excepción. Pasando la mitad de esta exuberante canción, a Chey se le rompe la cuerda. El profesionalismo y la experiencia hicieron una maravilla de canción, inédita versión como para circularla en el mundo subterráneo del Tianguis del Chopo. En este momento Cheyk vio a sus compañeros, y sin más ni más las percusiones siguieron, el bajo le hizo segunda y los teclados igualmente. Cheyk continuó con - “nunca me había pasado, se me rompió la cuerda”- y siendo parte de la letra, muy atinadamente siguieron y terminaron impetuosamente esta rola.
Segundos más tarde, se escabulló tras el escenario para luego aparecer con otra guitarra, y se lanzaron con “Otra Vez”, ésta, sí de su nueva producción musical.
Caray, ya no pude quedarme a disfrutar de las otras dos bandas: Sobero y Lucca, que parece, según comentarios, que también son prometedores.
Y todo esto sucedió: “Sobre los escombros del añorado Rockotitlán”.
¡Ah! Y se me olvidaba: ¡Dónde compro mi playera de TREN MONTEALTO!
P.d. Estimado lector: no me pidas los mp3. Espera a que pronto salga la producción en CD y CÓMPRALO porque va a ser de las mejores inversiones de tu vida.
Y esto no es todo, porque este sábado 28 nos vemos en el Bull Pool: http://www.myspace.com/bullpool
AC/DC... 2a Visita
AC/DC
Del país de los canguros a la selva asfáltica del D.F.
Por Carlos Zaldívar
Tremenda explosión al juntar cables de corriente directa
con corriente alterna
Inolvidable impresión cuando entré al Palacio de los Deportes aquel 2 de febrero de 1996. En el escenario se veían 6 cañones en la parte superior y lo primero que dije fue “¡Se imaginan que esos cañones retumbaran!”. Y al finalizar aquel magnífico concierto todos los cañones retumbaron y estremecieron al domo de cobre, con un poderío que pensé que caeríamos todos bajo los escombros de aquel recinto. “For Those About To Rock” fue la rola con la que se despidió AC/DC en aquel año y las palabras de Brian Johnson fueron “See you soon”.
Pensé: “¿Cuándo?... Está difícil”
Pero, ¿Cómo inició esta grandiosa banda de la que el planeta ha disfrutado tan merecida existencia?
Margaret Young tuvo la iniciativa de proponer el nombre. Cuando vio en su máquina de coser las iniciales de “corriente alterna y corriente directa” inmediatamente les propuso a sus hermanos tales iniciales como nombre para su nueva banda.
Así fue que Malcolm y Angus dieron vida a AC/DC, aunque nacieron en Escocia, se mudaron a Australia y ahí nace esta banda, hoy considerada como uno de los pilares del Heavy Metal.
Además también fue Margaret quien uniformó a Angus. Una idea extravagante. También tengo que hacer mención que el George, el otro hermano, fue quien primero aprendió a tocar la guitarra y los otros dos hermanos Young siguieron sus pasos.
La primera alineación, 1973, fue con Dave Evans como vocalista, Larry Van Kriedt en el bajo, Colin Burgess en la batería y por supuesto Angus y Malcolm en las guitarras (principal y rítmica respectivamente).
Para el siguiente año Neil Smith reemplaza a Larry y Ron Carpenter a Colin Burgess; luego, en ese mismo año, Russell Coleman sustituye Ron y ni dos meses más tarde Noel Taylor reemplaza a Russell.
Pocos meses después Rob Bailey sustituye a Neil y Peter Clack a Noel. ¡Caray, que cambios! Pareciera como si el futuro de AC/DC fuera incierto o su disolución muy cerca.
Para septiembre de este mismo año, 1974, Ronald Belford Scott sustituye a Dave Evans, formalizando el estilo único que a la fecha distingue a AC/DC: unas vocales medio graves y poderosas. Ronald es mejor conocido como Bon Scott, quien llegó de los Valentines (chequen el link que subí a mi perfil en FB) donde era voz secundaria.
Nada más de iniciar con estas líneas vienen las remembranzas de mi infancia y hasta la piel se transforma con piel de… de… de esa, de piel de gallina.
Y es para 1975 cuando “HIGH VOLTAGE” llega a este planeta a presentarse con bandera de “alto poder” de “alta masacre eléctrica”, “estruendoso Rock & Roll Australiano”; de hecho George Young aparece en el bajo. De ese álbum se desprenden tres grandes éxitos: “Stick Around” y “Love Song” que apenas se acaban de reeditar en el BackTracks; y “Show Business” que viene en el EP (que aún conservo nuevecito) ’74 Jailbreak.
¡Mta madre! Y apenas empiezo.
Para el siguiente año se edita este álbum a nivel internacional, pues en Australia pegó fortísimo. Y aquí es cuando conocemos la excelente y famosa portada del High Voltage con Angus Young vestido de escolapio, el rayo cayendo frente a él, y si se pone más atención se puede notar el tirante de la mochila que lleva Angus en la espalda.
De hecho en sus primeras presentaciones en vivo, en todas, cargaba con esa mochila, de aquellas de cuando nosotros íbamos en la primaria, unas cafés claro, para cargar en mano y luego se añadieron los tirantes (toscos y medio gordos) para poder llevarla en la espalda. ¡Qué incomodidad!
¿Qué libro llevaría Angus en el cuaderno? ¿Acaso el libro que apenas se había lanzado en 1969 por Anton Lavey? Pues sólo Angus lo sabe.
Así que High Voltage fue todo un hitazo. Pero no es todo, los hermanos Young querían comerse al mundo rapidísimo, así que ese mismo año lanzan “T.N.T”. y al siguiente la versión internacional de H.V.
Para este año yo estaba en cuarto de primaria, y un vecino “de la cuadra” había conseguido traer del otro lado (ya saben cual, ¿verdad?... aquel maldito proteccionismo…) el LP (Long Play, para quienes no sepan que es LP) de T.N.T. Una verdadera joya. Prontamente fuimos a casa, a conseguir un cassette para poder grabar algunas canciones.
En el final de la década de los setenta tuvieron la maravillosa oportunidad de compartir escenario con otros grandes, como Black Sabbath y Kiss entre otros.
Phil Rudd se incorpora a la banda como baterista y es hasta el día de hoy, si no el mejor… el excelente. No digo que los demás no lo hayan sido, pero Phil cuenta con el carisma y la empatía con los Young Bros.
En 1976 editan “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” (a ver, traduzcan) y luego con un excelentísimo álbum que los mantendría un rato en la cumbre: “Let There Be Rock”.
Otra situación con mi vecino, porque tuvimos que recurrir a sus hermanos mayores que nos consiguieron ambos álbumes. ¡A grabar en el cassette nuevamente!
Y es al final de la grabación de este álbum que se integra el bajista Cliff Williams. De este álbum, se desprenden varios éxitos como: “Dog Eat Dog”, “Bad Boy Boogie”, “Problem Child”, “Hell Ain’t A Bad Place To Be”, “Whole Lotta Rosie” y por supuesto “Let There Be Rock”; todos éxitos que aún se tocan en las estaciones rockeras y metaleras (pocas en este país).
Para 1978 editan “Powerage” ya con Cliff en el bajo, donde sobresale el éxito “Rock ‘n’ Roll Damnation” (y otra vez con los vecinos…) y durante esta gira, en Escocia editan el primer álbum en vivo: “If You Want Blood, You ‘ve Got It” lleno de súper estruendosos riffs y una voz inconfundible. Bon estaba en el clímax. Para este álbum, logré que mi abuelita me lo regalara de graduación de primaria, y de hecho hasta la fecha se arrepiente… Pero ¡Qué discazo señores! Toda una maravilla en plasmada en acetato y que no debe faltar en toda discografía del que se diga ser “rockero” y ya no digamos “headbanger” o “metalero”, porque si llegase a faltar, sería un sacrilegio.
“I wanted Blood, and I got it.”
Para 1979 la consolidación de Bon como de los mejores vocalistas que haya visto parir el planeta, llega a su máxima expresión. Llega con “Highway To Hell” que tiene las mismas características que el anterior álbum en vivo. Con este álbum, Angus Young aparece cornado como el mismo y santísimo demonio. Éste es el Angus que hoy todos conocemos. Creo que ya para estas giras, la mochila ya le deja en casa. Según la revista Rolling Stone, este álbum está considerado dentro de la lista de los mejores 500 álbumes de la historia. ¡Y no es para menos! Basta con escuchar algunos tracks: “Highway To Hell”, “Girls Got Rhythm”, “Wall All Over You”, “Touch Too Much” (que por cierto hoy la traje repitiéndose todo el día en mi I-Pod), “Beating Around The Bush”, “Shot Down In Flames”, “Get It Hot”, “If You Want Blood (You ‘ve Got It)”, “Love Hungry Man” y “Night Prowler”. Y si checan el setlist del LP, he escrito todas las rolas completas. Es un álbum, un concepto, una historia. Por eso no comparten la idea de vender “rolas” por i-Tunes: AC/DC vende álbumes, no vende “rolitas”.
La portada de “Highway To Hell” ha pasado a la posteridad, ya es un ícono del metal y es la obra maestra donde Angus se presenta con esos dos perfectos detalles en la cabeza. “¡Hail Angus!”
¿Cúando han llegado a alguna librería a pedir el capítulo 3 del Quijote, o el capítulo 8 de la Divina Comedia? ¿O sí?
Prosiguiendo con estas líneas, Highway To Hell ha sido certificado 7 veces como álbum de “Platino”. Y no podían faltar que la gente involucrara al grupo en hechos que no vale la pena describir. AC/DC es puro, total y absoluto Rock And Roll, toda una Religión.
AC/DC se encontraba en la cima y nada podía hacer que bajaran, bueno, sólo un suceso como el siguiente: Ronald Belford “Bon” Scott de tanta euforia, carisma y un ego altísimo en el Rock, se fue a emborrachar a un bar londinense y de semejante alcoholizada fue dejado en un automóvil estacionado.
Era el mes de febrero y el día 19 de 1980 cuando pasó este hecho. A la mañana del 20 de febrero, Bon fue declarado muerto al llegar, en el hospital de King’s College. En Paz Descansa Bon…
Sobre este hecho existen rumores y otras versiones, pero tampoco entraré en detalles, el caso es que se fue otro grande, otro gran músico con un futuro que al día de hoy sigue PRESENTE.
Los Young Bros. Pensaron en que la banda debía desintegrarse, ¿Ahora quién daría continuidad al carisma, energía, poder y música de AC/DC? Pero su conclusión fue que: “Bon hubiera querido que AC/DC siguiera vivo”…
Angus, Malcolm, Cliff y Phil emprenden la búsqueda de esa alma metalera y rockera, que pudiera darles continuidad a las vocales de AC/DC.
No tardaron ni dos meses cuando se encontraron con Brian Johnson, quien en los recientes 29 años ha dado poder a AC/DC con su fastuosa voz. ¡Prodigioso!
Por esas fechas ya había yo conseguido un LP de un tal Brian Johnson, como solista en un álbum donde canta “The House Of The Rising Sun”. Aun conservo ese LP y es una edición nacional y por cierto mal grabada. Hoy, creo que es un tesoro. ¡No se vende!
AC/DC continuaba en la cima, y ahora tenían que dar seguimiento al álbum que Bon había dejado inconcluso: “Back In Black”, un LP aclamado y reforzado 22 veces como Multi Platino.
De aquí sobresale la rola “Hells Bells”, hoy un ícono del metal que no falta en cualquier setlist en vivo de la banda. Se desprenden también “Shoot To Thrill”, “What Do You Do For Money”, “Givin’ The Dog A Bone”, “Let Me Put My Love Into You”, “Back In Black”, “You Shook Me All Night Long”, “Have A Drink On Me”, “Shake A Leg” y la otrora himno al metal “Rock And Roll Ain’t Noise Pollution”.
Con este álbum se consolida la que hoy es la alineación perfecta de la banda.
En 1981 llegan con otro rotundo LP, “For Those About To Rock, We Salute You”. Un cañón mortífero en la portada. Declarado por la Rolling Stone como el “mejor álbum de la banda” ¿Será?
Para estas fechas, ya estaba en la secundaria y mis vecinos se habían mudado, Sergio y sus hermanos, así que esta vez recurrí a mi amigo Enrique para conseguir Back In Black y luego conseguimos For Those About To Rock. De hecho el nombre de este disco se basa en “For Those About To Die, We Salute You”, haciendo referencia a los gladiadores romanos. Este LP es sencillo pero de portada doble, y al abrirse se puede disfrutar de un gran setlist, del cual destacan, por supuesto “For Those About To Rock…” e “Evil Walks”. Así que “For Those About To Rock… Por lo siglos de los siglos…” Y es que esta rola es la que han dejado para el encore y desde 1982 incluyen a los cañones para terminar el concierto en turno.
Para 1983 Phil con conlleva la empatía con Malcolm y es despedido. Lo sustituye otro gran baterista, Simon Wright (UFO, MSG y DIO entre otros) y lanzan “Flick Of The Switch” (1983), “Fly On The Wall” (1985), “Who Made Who” (1986) y “Blow Up Your Video” (1988).
De estos álbumes tengo los LP’s originales y los compré cuando en la preparatoria AC/DC sonaba poco. Nuevamente pareciera una época de decadencia, pero estaba seguro que algo grande se acercaba. De hecho algunos autores han escrito esta época de finales de los ochenta como una época de decadencia, pero más bien fue como una época de recobrar energía, de pensar y filosofar entre las próximas composiciones, pensar en el futuro de la banda.
Para 1990 Simon es sustituido por Chris Slade (Tom Jones, Manfred Mann, Uriah Heep, Gary Numan y Asia entre otros) y lanzan “The Razors Edge”.
Éste disco lo pusieron a la venta “sorprendentemente” en el súper, y ahí lo adquirí. En la universidad cursaba una materia con mi amigo Efraín, a quien se lo presté y el muy $%”$/ lo dejó en su auto… bajo el sol. Horas más tarde fuimos al súper a comprar otro LP.
Con rolas como “Thunderstruck”, “Fire Your Guns”, “Moneytalks”, “The Razors Edge”, “Are You Ready”, “Got You By The Balls” y “Shot of Love” entre otras, marcaron un súper regreso de la banda a los escenarios y a la industria de los álbumes en el mundo del metal.
En esta etapa universitaria sentí a AC/DC más cerca, como que realizamos una colección de hits de sus álbumes en 5 cassettes y a disfrutarlos por varios meses. Creo que nunca los bajé del auto (y cuando lo vendí, éstos se fueron ahí. ¡glorioso el comprador!)
AC/DC ya había participado en soundtracks para películas como “Maximum Overdrive” (si no mal recuerdo, aquí se llamó “8 días de terror” y fue una malísima película), “Last Action Hero” (del tal Schwarzenegger”) y “Let There Be Rock” entre un sinnúmero de videos musicales.
Durante 4 largos años se dedican a giras y descansos, para luego tomar fuerza y realizar una gira con el reciente álbum denominado “Ballbreaker”, de donde se desprenden “Hard As A Rock”, “Boogie Man”, “Hail Caesar”, “Love Bomb”, “Caught With Your Pants Down” (cualquier semejanza con la realidad será considerada mera coincidencia), “Whiskey On The Rocks” y por supuesto la homónima del álbum “Ballbreaker”. Pero este álbum produjo una notica sobresaliente: el regreso de Phil Rudd a la bataca.
¡Espeluznante! No podía creerlo… Pero más cuando me enteré que en esta gira estaba incluido ni más ni menos que el Distrito Federal. México figuraba entre las paradas de los australianos.
Así que de volada, con mis cuates del trabajo y otros de la universidad nos lanzamos a Ticketmaster (un mal necesario, ni modo) y compramos nuestros boletos. ¡ya estábamos “Camino al Infierno”!
La espera inició y el 2 de febrero de 1996 arribaron al domo de cobre.
Ese día fue inolvidable. Ya relaté el encore con “For Those About To Rock” y los cañones. Además otros detalles: De pronto observamos como baja lentamente una gigantesca campana, rotulada con “Hells Bells” y sobre ella, Brian Johnson. Las campanas redoblaron por todo el domo y nuestros oídos ensordecían aún más. Otro momento cuando detrás del escenario se ve un enorme inflable con forma de mujer (de la vida fácil y callejera, por supuesto) gorda, pintada y haciendo honores para que la banda se arrancara con “Whole Lotta Rosie”.
En aquel año iniciaron la sagrada convivencia metalera con “Back In Black”, es decir: quemado los grandes cartuchos desde el inicio. ¿Para qué esperar? El encore hizo presencia con “Hail Caesar”, “Highway To Hell” y “For Those About To Rock… We Salute You”.
Aquella ocasión quedé totalmente estupefac…. No, mejor dicho “totalmente apendejado” de la magnificencia de misa a la que había asistido, de admirar a una de mis mejores bandas de la vida y a una de las más grandes de la historia del rock. ¡Qué regocijo corporal y orgasmo cerebral! Poca madre.
Pero, ¿Ahora cuándo regresarían? ¡Quería más Rock And Roll!
Para la navidad del siguiente año, santa Claus llegó a mi trabajo y me dejó el “Bonfire”, un homenaje a Bon Scott compuesto por un Set Box con 4 CD’s un llavero, un póster y una calcomanía; pero sobre todo: lleno de puro, total y absoluto metal a cargo de las vocales de Bon.
Al día de hoy conservo todo empacado. Los CD’s no se han “tocado” y es un tesoro que guardo con muchísimo cariño.
¡Caray Bon, espero que estés leyendo estas líneas!
De aquí al año dos mil (sip, aquel año que pensábamos que nunca llegaría) pasaron un sinnúmero de acontecimientos, pero siempre escuchando las rolas de AC/DC. Para este año lanzaron un súper disco bajo el título Stiff Upper Lip con el que Angus vuelve a ser ícono, pues se elaboran y se vuelve famosa su “estatua” en bronce. Rolas como “Stiff Upper Lip”, “Meltdown”, “House Of Jazz”, “Safe In New York City”, “Satellite Blues”, “Damned” y “Give It Up”, se mantienen en la cima de esta religión.
De este álbum se desprende un video una recopilación doble respecto a la gira.
Más discos de platino, más remasters, más música, más videos y más, pero mucho más Rock And Roll.
Recopilaciones y anhelos por más música. Así nos mantuvimos durante larguísimos 7 años, pues hasta el 2008 es cuando regresan con más potencia, más madurez y mejor sonido, con el “Black Ice”.
Este CD fue distribuido y vendido en exclusiva en una tienda de hipermercado.
La espera por el nuevo álbum y pronto recurrí a mi amigo Mauricio para que me compartiera el “Black Ice”. Pero esto no es todo. Los rumores se hacen realidad y se anuncia una gira mundial.
A mediados de este año, mis hijos y un servidor teníamos los boletos para asistir a una misa masiva, tan grande y esperada que la sede sería el sagrado recinto de la avenida Añil, el Foro Sol.
Así que a contar los días.
Por fin, en punto de las 9:35 horas del 12 de noviembre nos dimos cita en el recinto ya mencionado, no sin antes realizar el rito de la taza, la playera y bufanda. Antes de esta hora ya se había metido no sé qué chingados de grupo abridor que me estaba durmiendo.
Pero al apagarse las luces, todos nos paramos para no volver a sentarnos. Este sagrado evangelio dio inicio con un video sobre un “tren” del Rock And Roll… para que al último del video pasara a la vida real y se estrellara detrás del escenario, y ahí se quedó, encornado al puro estilo de Angus.
Se reventaron “Rock And Roll Train” y de ahí no pararon, porque siguió “Hell Ain’t A Bad Place To Be” (por supuesto que no lo es), “Back In Black”, “Big Jack”, “Dirty Deeds Done Dirt Cheap” que coreamos y brincamos todos al unísono, “Show Down In Flames”, “Thunderstruck” acompañada de los efectos de relámpagos escandalosos, “Black Ice” del más reciente álbum, y luego vendrían con todo un espectáculo esperado por muchos e ignorado por otros: “The Jack”. ¿Por qué? Porque esta rola significa lo que la mismísima letra lo es: el striptease de Angus Young. Alojando la corbata lentamente, de espaldas y desabotonando la camisa de la misma manera, y repentinamente se voltea hacia el público, afloja el cinturón y vuelve a voltearse para mostrar los fabulosos bóxers con el logo de la banda… “AC/DC”.
En esta rola las cámaras enfocas al público y obvio, que por la misma letra, buscan a esas féminas tan exuberantes y bellas que puedan dejarse llevar por la libido… ¡Y así fue señores! Una de ellas, en hombros de su homo sapiens, se levantó la blusa y dejo ver claramente esos senos redondos y llenos de frío. Después del concierto de Metallica, donde viví algo similar, dudé que se repitiera la misma situación. Fueron segundos, pero las cámaras lo lograron.
Angus quedó en puros y totales “shorts” escolares y así duró hasta el final del concierto. Esto se llama: juventud. Y se llevan en el alma, no en los otoños cumplidos.
Después de esta rola, transcurrieron largos segundos. Nuevamente el foro sol oscureció e inhóspitamente una campana bajaba al escenario, al mismo tiempo que Brian Johnson corría (si, corría) al lado opuesto… hacia el público. -¿Qué pasa Brian? ¿A dónde vas? ¿Qué no vas a subirte a la campana?- Pensé.
Pero no, al puro reflejo animal, Brian se da media vuelta y emprende la huída del público y emprende una veloz carrera a la campana y apenas unos metros antes, se lanza… brinca y se cuelga del badajo… ¡Madres! ¡Los acordes de HELLS BELLS sucumben en mi cuerpo!
¡Qué buen inicio para dar la bienvenida a las campanas infernales! ¡Puta Madre! Mi sangre caliente hacía que mis venas comenzaran a hervir y a retumbar en mi alma…
AC/DC será eterno. ¿Se imaginan después de lo que he escrito, lo que sentí al escuchar los primeros acordes de Hells Bells?
¡Uff! Luego llegaron con “Shoot To Thrill”, “War Machine” acompañada de un buen video guerrillero, “Dog Eat Dog”, “You Shook Me All Night Long” y “T.N.T.” con la que prendieron más aún a los fieles presentes.
De pronto, sobre el tren que estaba estancado en el escenario surge esa gran esbeltez de grasa, se infla la enorme mujer, para que los hermanos Young le rindieran tributo a “Whole Lotta Rosie”. ¡Formidable rola!
No podía faltar Angus tirado sobre el piso, boca arriba y tocando la guitarra tal cual vil chamaco haciéndole unos riffs a la misma. Pura energía de Angus.
“Let There Be Rock” seguiría y los coros, aplausos y benevolencias hacia la banda se sentían segundo a segundo. Dándole continuidad a esta rola, Angus nos deleitó con un solo de cuerdas inigualable. Nos mostró el porqué es uno de los mejores guitarristas del metal. Nos mostró el porqué se puede hablar de tú a tú con Tony Iommi. Nos mostró su habilidad en las cuerdas, su juventud en el alma y su beneplácito al ofrecer misa ante miles y miles de fanáticos adictos deseosos de tomar el “camino al infierno”.
Las luces se apagaron.
El encore llegaría y sabía que el final también estaba cerca.
Cerraron con broche de oro: con “Highway To Hell” y “For Those About To Rock” ¡Qué felicidad! Y Más aún, porque fui acompañado de mis 2 hijos quienes ya también son fieles candidatos para tomar este “Tren del Rock And Roll” y tomar “Camino al Infierno”. ¡Enhorabuena!
Y los cañones volvieron a retumbar.
Esta vez acompañados de juegos pirotécnicos detrás del foro.
For Those About To Rock… I Salute You.
Dedicado a mis hijos Carlos y Ricky, a mis compañeros de trabajo, alumnos, ex alumnos, amigos, a mis primos, a Alex y a Iván (quien con este concierto empieza a enderezar su vida) y en general a todos los fieles fanáticos del metal. Porque AC/DC demostró que aún hay AC/DC para rato…
Hail Headbangers Of The World!
* MAC. Mauricio Alcaraz Carbia. Fotógrafo. 2009.
http://www.flickr.com/photos/mauricioalcarazcarbia/sets/72157622799244406/
KREATOR... de nuevo
KREATOR
Las Hordas del Caos en México directo desde el país teutónico.
Por Carlos Zaldívar
La espera fue la mínima, pues no contaba con que el pasado 3 de octubre estaría pisando el sagrado suelo del Circo Volador. Con tres días de anticipación mis hijos me llevaron a escuchar el ya esperado concierto de la banda teutónica Kreator.
Este planeta vio nacer a Kreator cuando en 1982 en Essen, Alemania, Mille Petrozza formó Tyrant, y tiempo después cambiaron de nombre por Tormentor.
Para 1985 tuvieron el nombre final: KREATOR. Bajo esta nomenclatura han consolidado con mayor poder el Thrash Metal Teutónico y el poderío con el que navegan ha influenciado a centenares de bandas por el planeta.
En este año editan el primer álbum bajo el nombre de “Endless Pain” (aún tengo el cassette original) con 10 tracks, mismo que se reedita en el año 2 mil con 4 tracks más. Sobresalen las rolas “Endless Pain”, “Tormentor”, “Son Of Evil” y por supuesto el himno al odio “Flag Of Hate”.
Para el siguiente año lanzan al mercado “Pleasure To Kill” el cual marca más su huella dentro del Thrash.
“Terrible Certainty” llega al siguiente año y es un álbum que viene a romper paradigmas dentro de la escena del Thrash. Con rolas como “Awakening of the Gods” e “Impossible to Cure” dejaron plasmado recuerdos de cuando grababa en cassettes las recopilaciones de estos germanos.
Después vino un EP grandioso… (Aún conservo el acetato) bajo el nombre de “Out Of The Dark… Into The Light)” con excelentes rolitas para prender en ánimo thrashero.
Para el ’88 llega el cuarto álbum “Extreme Aggression” y logran meterse al Headbangers de MTV. Al siguiente año vino “Coma of Souls” y en este tour mundial se descolgaron por primera vez a esta caótica ciudad de México. ¡Y como faltar! Por supuesto que estuvimos ahí.
Espeluznante fue escuchar a “People Of The Lie” en vivo y todos los decibeles máximos en la ex Catedral del Metal Mexicano, en Tlalnepantla… Poca madre ese concierto.
¿Regresarían? Posiblemente.
Después de un lapso de dos años, regresan con un álbum experimental llamado “Renewal” al cual le siguieron problemas con la alineación original y tuvieron que pasar 3 largos años para lanzar “Cause Of Conflict” y al año siguiente “Outcast”.
“Endorama” llegó en el ’99 y luego toman un receso bien merecido de dos años para cargar energías y volver con más potencia. La edad de cada uno de ellos y el brutal crecimiento musical se reflejan cuando en el 2001 editan “Violent Revolution” que ha marcado un suceso mundial al reflejar una excelente calidad del metal teutón.
Realizan giras y editan el DVD “Live Kreation” donde la parte visual y la tecnología del nuevo siglo se reflejan en el grupo. ¿Quién se imaginaría esta impresionante calidad de poder del metal al final de los ochenta? Aunque es poca la ayuda, pues el verdadero poder está en cada instrumento y en los amplificadores, pero más allá, se encuentra en el cuerpo y alma de cada miembro liderado por Petrozza.
Para el 2005 y aún con más ganas y mayor “violencia metalera” llegan con “Enemy Of God”, una majestuosa obra que no puede faltar en la colección de un buen “headbanger”. De este álbum se desprenden “Enemy Of God”, “World Terrorist”, “The Ancient Plague” y tres Bonus tracks.
En lo personal “Enemy of God” es un reingreso a la fama del metal mundial, es un entorno del cual muchos grupos nuevos toman la influencia para aprender como verdaderos aprendices de tan sensibles maestros.
En 2006 nuevamente vienen a esta ciudad de gira mundial. Recopilaciones, giras y una vida muy atareada los llevan en 2008 a preparar “Hordes of Chaos” con el que aún más, revientan a máximo su popularidad en la escena musical.
Y es en este año que llegan a México el pasado mes de octubre para presentarse en la (ahora) Catedral del Metal Mexicano, el ya patrimonio cultural (declarado por la UNESCO) “Circo Volador”. Aquí es donde quedé estupefacto de ver de nuevo a aquellos “chavos” ochenteros quemando los instrumentos con tanto poder que mis oídos reventaron por primera vez. Esos chavos, hoy convertidos en adultos muy maduros pero con la misma energía y espíritu juvenil de aquellos años.
¡Que conciertazo!
Verlos de nuevo después de más de quince años fue muy emocionante. Las reminiscencias de aquel concierto y el impacto emocional que recibí en pleno foro del Circo, fueron totalmente fulminantes. Mi alma quedó preñada desde que iniciaron con “Choir Of The Damned” hasta que llegó en encoré con “Tormentor”…
¡Qué puedo decir! Repito las palabras de mis hijos: “Que concierto tan poca madre, papá”
Y es que después de “Choir Of The Damned” llegaron “Hordes Of Chaos” para hacer honor al reciente álbum y con un sublime coro de los fanáticos que ahí presenciábamos llegamos a un éxtasis inexplicable.
Vino “Phobia”, una rola que por cierto, el súper grupazo de Death Brutal Metal abridor “Wrecker” hizo un cover muy bien merecido (de Wrecker escribiré en otro apartado bien merecido) y que no falta en su repertorio.
“Terrible Certainty” vino para prendernos aún más y que el slam reluciera bajo la luz tenebrosa del foro. Espectaculares lanzamientos kamikazes de los fans al escenario y de regreso. Siguieron “Betrayed” y “Voices of the Dead” que fueron como los preludios para unas palabras de Petrozza: “Some of you Believe in Religion” y unos que otros levantaron la mano.
“Some of you Believe in some God” y pocos levantaron la mano; y luego
“But Some of you Hate Religion and God” y de una manera sobre espectacular casi todos gritamos al unísono “¡Yesssssssssss!” y en este momento se descolgaron con “Enemy of God”.
Llegó “Destroy What Destroys You” y otras palabras de Petrozza para luego encarar a su fans con “Pleasure To Kill”. Una rola que ha dejado huella desde aquellos años ochenta y que seguirá por los siglos de los siglos… (breve inclinación)
Siguieron con “The Patriarch” y “Violent Revolution” para seguir con “Extreme Aggression” y “Coma Of Souls” que me hicieron recordar ese conciertazo de inicio de los noventa. La edad se lleva en el alma y se demuestra en el escenario, cada vez más jóvenes y con un alma eterna que el mismísimo diablo cuidará hasta sus propias entrañas. ¡Qué envidia!
Marco Minnemann fue un excelente sustituto en la bataca de Jürgen “Ventor” Reil, quien por causas de fuerza mayor no se pudo descolgar a esta ciudad.
Pero Marco se lució con un riquísimo solo de batería que nos dejó boquiabierto a todos los espectadores. Terminó y el grupo teutón siguió con “Warcurse” para despedirse y prometer otro regreso.
El encore estuvo a cargo de “Flag of Hate” y “Tormentor”. Rolas inolvidables que hoy son íconos del metal y que han girado en mi tornamesa cerebral desde entonces… y seguirán… por los siglos…
Una agraciada velada sabatina para festejar el cumpleaños de mi hijo Carlos y además un agradecimiento a mi hijo Ricky por el boleto.
Saludos a mis ex alumnos y amigos Daniel y Javier Zúñiga Varga.
Medios de Comunicación en A.L.
IMAGINE THAT
Creo que al ver la película, todo está dicho:
LO QUE HACEMOR POR NUESTROS HIJOS.
Imagine That. 2009.
Excelente película de Karey Kirkpatrick, protagonizada por Eddie Murphy y Yara Shahidi, una pequeña niña que cautiva a cualquier espectador con tan óptima actuación.
Destaca la actuación de Martin Sheen como el gran magnate de los negocios e inversiones.
Muy recomendada.
¡Y que sensibilidad brota al escuchar el soundtrack!
Chequen:
Imagine That tracklist
1. "Got To Get You Into My Life" - Matthew Sweet & Susanna Hoffs
2. "Here Comes the Sun" – Colbie Caillat
3. "Nowhere Man" - Landon Pigg
4. "I'm Looking Through You" - Tyler Hilton
5. "I Want To Hold Your Hand" - Hope
6. "I'll Follow The Sun" - Glen Phillips
7. "Here, There and Everywhere" - Mikal Blue
8. "With A Little Help From My Friends" – Karey Kirkpatrick
9. "All You Need Is Love" - Paulist Choristers Of California
10. "Here Comes The Sun" - Mikal Blue & Colbie Caillat
11. "Leaves Of Autumn" - Paulist Choristers Of California
8 y 9 son las que sobresalen, pues son composiciones del "Cuarteto de Liverpool"
Saludos y dejen comentarios.
CASTIGADA, y perdonada.
LA CAMPANA CASTIGADA.
Apenas me enteré de esta leyenda e ipsofacto fui a la visita guiada al campanario de la catedral de esta metrópoli.
Pague 15 pesos para escuchar lo siguiente:
- En 1943 el campanero sube a tirar del badajo de esa majestuosa campana giratorio de 360°, pero al regresar ésta, golpea al campanero matándolo inmediatamente –
No sé quien, si obispo o cardenal o “x” compinche religioso que “castigó a la campana”
Hagan ustedes el favor, ahora la campana tuvo la culpa de la muerte del campanero (idiota, ¿por qué no se quitó a tiempo?). Y ya me imagino al religioso frente a la campana regañándola: “¡Ves lo que hiciste!”, mientras la agarraba a cachetadas y continuaba: “Ahora te voy a castigar”… y, ¡madres! que le quita el badajo.
Y así transcurren años hasta llegar al 2000, año de un tal jubileo, y el obispo en turno se le ocurrió que como era el año del perdón, va con la campana, y tras breves caricias, “Estás perdonada”, y, ¡madres! que le manda poner el badajo.
Por eso hoy se llama, “la campana perdonada”.
Hoy, la campana se encuentra en restauración. (Por cierto, ¿ya se habrán dado cuenta que la campana es un objeto inanimado?)
¡Háganme el grandísimo favor!
A fin de cuentas es una leyenda más.
Wolfram Alpha, An Intelligent Search Engine
WOLFRAM ALPHA
¿El buscador inteligente?
Por Carlos Zaldívar
Apenas dominamos el GW Basic cuando se libera el Visual, y lo mismo sucedió con MS-DOS 3.3 cuando se liberó el 5.0. Ni hablar del Internet Explorer 6 cuando ya tenemos el 8. Y destaco que entre versiones hay diferencias muy notables.
Versiones van y versiones vienen, pero sobre los “Motores de Búsqueda”, aquí no hay diferencias tan notables, o más bien, no nos hemos dado cuenta.
Yahoo llegó a dominar esta área, el de los buscadores, y que hoy en día el dominio está en disputa entre Google y Baidu (según número de usuarios y accesos)
En este 2009 la competencia se ha incrementado y en cuanto a este tipo de herramientas ya hay uno que lidera con una nueva tecnología: WOLFRAM ALPHA, http://www.wolframalpha.com
Hoy se trata de un buscador con base al conocimiento computacional, manejar una base de datos mediante algoritmos basados en las necesidades del usuario.
Y, ¿Cuáles son estas necesidades?
Quiero retomar el ejemplo de la tecnología de una herramienta CASE, GeneXus, que basa sus algoritmos en las “bases de conocimiento”, donde éste predomina en el “usuario final”. Con esta herramienta ya no se “programa” como lo solíamos hacer; ahora, se “describe”.
Muy similar es el trabajo con Wolfram Alpha: introducir datos exactos que el usuario desea buscar, cerrar los grupos de búsqueda, discriminando mayúsculas y minúsculas, enfocándose principalmente a métodos sistemáticos.
Es decir, procesar operaciones de lo que se pueda obtener resultados exactos. Por ejemplo, en este nuevo motor de búsqueda podemos introducir dos nombres en minúsculas: Juan y Hugo. El resultado es inmediato y WA arroja que ambos son nombres masculinos y despliega sus estadísticas en Estados Unidos.
Podemos introducir nombres de personas famosas, Robert Halford por ejemplo, y se arrojan rápidamente sus datos personales y línea del tiempo.
Además de todo lo que arroje este buscador, se podrá obtener un documento en formato PDF.
Datos más interesantes: podemos introducir dos ciudades y arrojará datos estadísticos; nombres de empresas y se arrojarán datos estadísticos y su comportamiento en la Bolsa de Valores, si cotizan.
Aún más interesante, podemos introducir operaciones matemáticas de cualquier especialidad y podremos visualizar el resultado, gráficas y el documento en PDF.
¡Ah!, pero más interesante cuando introducimos fórmulas químicas, y obtendremos los elementos que la componen, su configuración y la estructura molecular.
Gráficas e imágenes de casi todas nuestras búsquedas y con la opción de obtener los documentos portables.
Wolfram Alpha tiene la ventaja en estar en inglés y de esta manera no se tergiversarán los resultados; se basa en conocimientos exactos, es decir, no podremos buscar “al azar” y que se muestren sólo sugerencias, lo que a su vez nos puede conducir al naufragio y no a una navegación segura.
WA está en continuo desarrollo y permanentes investigaciones, principalmente en las herramientas auxiliares como "Mathematica", "MathWorld", "Science" y "Tones". ¡Y ni se diga más! También cuenta con “Add-Ons” para insertarse en todo tipo de navegadores y sistemas operativos; instalable en dispositivos móviles como el Blackberry y i-Phone entre otros.
Y por supuesto que Google ya está trabajando en una tecnología similar.
Otros motores de búsqueda recomendables: Yahoo, Lexxe, Bing (nuevo de Microsoft), Cuil, Ecocho, Blackle y A9 entre otros.
WA ya es ahora una fuerte herramienta para profesores y alumnos, así que ¡A explotarla!
Nos leemos en la próxima.