Insomnium. La perfección.

INSOMNIUM

Devastador y aplastante cátedra de metal fino.

Por Carlos Zaldívar

 

Ya, a una década que el “Shadows of the Dying Sun” llegara a mis manos, y quedé muy, pero muy satisfecho. Insomnium es el autor de tan semejante joya, editada en 2014. De ahí me fui al primer álbum, de 2002, nombrado “In The Halls Of Awaiting”, pero cometí el error de ya no darle seguimiento a esta enorme banda de Death Metal Melódico.

 

Fue hasta la pandemia de 2020 que volví a retomar la discografía de estos finlandeses, y sorpresa que me llevé al disfrutar “Winter’s Gate”, de 2016 y “Heart Like A Grave”, de 2019. Me convertí en un fiel seguidor.


 

Y fue justo para inicios de 2023, que editan una verdadera joya, un álbum perfecto, bien elaborado y que llegó, para finales de ese año al primer lugar de mi Top 10 de álbumes anuales. Una estupenda obra maestra, carajo. El título de tan tremenda obra magistral es “Anno 1696”.

 

Insomnium es una banda ya de antaño, que da a luz en 1997 y este “Anno 1696” es apenas su noveno trabajo discográfico. Bien elaborados, conceptuales, trabajados, pensados y ejecutados; son, todos sus álbumes. El reciente, en cuestión, es una obra en dónde profundiza en su característico sonido melancólico y atmosférico. La banda finlandesa, una vez más, nos sumerge en un mundo de oscuridad, introspección y belleza melódica.




Las voces, limpias, agudas y guturales son perfectas; de hecho, la voz es el instrumento más complejo en la banda, sutil y exuberante. Sublime, insisto. Las guitarras crean atmósferas densas y envolventes, mientras que los teclados añaden capas de melancolía. Los solos de guitarra son emotivos y llenos de sentimiento, encajando perfectamente en el contexto de cada canción. La batería proporciona un ritmo sólido y contundente, creando un contraste interesante con las melodías más lentas y atmosféricas. Los cambios de tempo y dinámica son utilizados de manera efectiva para construir tensiones y liberaciones emocionales; y admirar en vivo a esta banda, ha sido uno de los mayores placeres en vida.

 

Insomnium, como buenos finlandeses, llevan la delantera y por una enorme ventaja, en cuestión educativa, académica, y obviamente, cultural e intelectual; y para muestra, esta este álbum. Insomnium continúa explorando temas como la muerte, la pérdida, la soledad y la melancolía. Las letras son poéticas y evocativas, creando imágenes vívidas que transportan al oyente a un mundo de sombras y misterios. El título del álbum hace referencia al año 1696, lo que sugiere una inspiración en eventos históricos. Sin embargo, las letras son más bien universales, abordando temas atemporales como la condición humana y la búsqueda de significado, de la vida misma.




Anno 1696, es la combinación perfecta entre belleza, oscuridad, finura, densidad y placer auditivo. Voces e instrumentación, excelsos.

 

Y bueno, desde 2023, soñaría en que algún promotor pudiera traer a esta banda a México. La banda salió de gira con este disco, y Alex Corral tuvo la fortuna de verlos en vivo en Hungría, en el famoso “Barba Negra”, en Budapest, Hungría; y obvio, la envidia se apoderó de mí. ¿Es tan difícil traer al país a una banda de este calibre?

 

Y apenas algunas semanas más tarde, se anuncia… INSOMNIUM en la Ciudad de México. ¡Impacto emocional que recibí! Y en ipso – facto, adquirí mi boleto, y comencé a contar los días para el último día de noviembre de 2024.

 

El Foro 28, sería el recinto sagrado en recibir a los finlandeses. La espera se hizo eterna.

 

No daba crédito a que finalmente vería a esta alineación, presentando el mejor disco de 2023 (para mí) y me autoproclamaba como “afortunado”. Querían que Cronos apresurara su trabajo, y finalmente, con mis amigos, Brenda, Ricardo y Axel, llegamos en punto al recinto de San Cosme.

 

Como siempre, llegamos con la duda del aforo, la capacidad y sobre todo el sonido y la ecualización; que han sido los talones de Aquiles en muchos recintos nacionales.

 

Las dos bandas teloneras tuvieron problemas con un amplificador y algunas conexiones, pero bueno. Todo pintaba para un “más o menos”. La segunda banda, de Monterrey, muy buena, pero al sonido le faltaba potencia. Me estaba predisponiendo.

 

Y vaya, que en punto de las 10 de la noche, se apagan las luces y comienza la introducción para 1696, una estupenda composición de Niilo Sevänen, quien, de hecho, es el autor de todas las canciones. En esas maravillosas líricas se refleja el nivel cultural e intelectual, conceptos que siempre he pregonado para medir el plomo de perfección de una banda. Simple como eso.

 

Pero con ese comienzo, y el poder del sonido, la piel se erizó. Era el sonido perfecto. El ingeniero responsable hizo su trabajo bastante bien, y la banda sonó increíblemente perfecta, tanto en los instrumentos como en la voz; fue una ecualización muy profesional; y obvio, mi mente, alma y cuerpo lo reconocieron a la primera. Estaba presenciando lo que a finales de diciembre puede ser catalogado como en mejor concierto de 2024.

 

Siguió “Valediction” y luego se aventaron una excelsa rola que me encanta, “White Christ”, para luego seguir con “Ephemeral”, “Lilian”, “And Bells They Toll2” y “Unsung”. Ya el ambiente estaba prendidísimo, y los gritos y cánticos de “Insomnium, oh ehhh, oh ehhh, oh ehhh”… ensordecían a los presentes ahí. Son momentos que ya están tatuados en mis neuronas y venas.


 

Continuaron con “The Witch Hunter”, “Mortal Share” y “Song Of The Dusk”, para despedirse e irse tras bambalinas, pero… exigíamos más. Tienen material para ofrecer una gran cátedra de por lo menos cinco horas, pero bueno, el tiempo siempre lo tienen medido.

 

Y en encore llegó, para colocar la cereza del pastel con “The Primeval Dark”, “While We Sleep” y “Heart Like A Grave”; y fue que el punto final, lo pusieron al aventar algunas plumillas y la baqueta al público.

 

¡Maravilloso sentimiento de placer! Y al mismo tiempo de nostalgia, porque sé que algún día regresarán y sin saber fecha, puedo ya contar los días. Es una banda que tiene un gran camino por recorrer y mucha inspiración para compartir en su música.

 

Insomnium, simplemente es una puta, brutal y sublime hermosura de Death Metal. Punto.

 

Por los siglos de los siglos.


Especiales saludos a mis acompañantes, Brenda, Ricardo & Axel. ¡Gracias!



 

Carcass. Qro. 2024.

CARCASS EN QUERÉTARO

Los ingleses aplastando al Latino

Por Carlos Zaldívar

Aquel febrero del ’92 cuando la descolgada de bandas internacionales abasteció a la otrora Catedral del Metal Mexicano, con lo mejor de su repertorio, brutalidad y gran abanico de álbumes. La oferta era inmensa, y el sueño de ver a nuestras bandas, finalmente EN VIVO, se estaba concediendo. Pudiera extenderme por cuartillas para detallar lo que sucedió en los últimos años de la década de los ochenta y en el primer lustro de la década de los noventa, pero en aquel año, arribó CARCASS.



Las ahora leyendas, Jeff Walker y Bill Steer, ya habían formado la banda desde 1986, con el que ahora es un considerado un álbum de culto, difícil de conseguir en LP, una joya invaluable y que responde al nombre de “Reek of Putrefaction”. ¡Quién se lo fuera a imagina, luego de tan semejante censura por su portada!

Ese Reek, fue editado en 1988 con una portada bastante desagradable a la vista y por la imaginación, seguramente provocando una serie de emociones sin sentido. Una portada que contiene fotografías reales de autopsias, con órganos humanos, unos arriba de otros, como si fuera un mercado sobre ruedas. Una portada fortísima para la época y para los “aleluyos”, quienes fueron los primeros en saltar en contra de la banda.

Pero bueno, CARCASS llegó aquel febrero de 1992 a la Arena López Mateos, a la que todos bautizamos como la Catedral del Metal Mexicano, para ofrecer un estupendo concierto. Estar ahí, y recordar aquellos momentos, en que escribo estas líneas, hace que mi piel se erice de nuevo; e insisto: “Pinche Jorge, me haces falta”, haciendo referencia a mi cuñado que era mi compinche en la gran mayoría de conciertos de aquella época.

Carcass arribaba y la emoción era altísima, y la enorme anécdota es que, en algún momento, coincidimos Jeff Walker y un servidor, en los mingitorios de los baños, y deprisa, obtuve un cassette casero y pirata con el “Reek” para que Jeff plasmara su firma en él. Hoy, atesoro este cassette y es el comprobante de que “ahí estuve”, con Carcass en la Catedral, y con Jeff, en los baños.

Y pasaron lustros, y vi crecer a la banda, y de pronto se apagaron. Y pasó más de una década sin noticias de ellos, pero el METAL resurge y ellos vuelven a las andadas.

Jeff y Bill regresan a los escenarios en 2008 y se ponen a trabajar en un nuevo álbum, mismo que logran editar en 2013, bajo el nombre de “Surgical Steel”, infaltable en tu colección.

Carcass regresó un par de veces y los pude ver en el Hell & Heaven, 2023 en Toluca.

Larga vida al metal. Y de pronto pensé, “que ya es hora de que regresen al país”. Y bueno, pues Carcass complació otro de mis sueños: “Carcass haría una gira por Latinoamérica” y pisaría tierra queretana, y debía estar ahí.



Programado para el jueves 28 de noviembre, en el ya medio conflictivo Club Latino, y con boleto en mano, comenzó la espera para el arribo de los ingleses. Carcass es garantía, pero en ese recinto mis dudas sobre el sonido aparecieron (ya había sucedido con Yoth Iria) pero bueno…

Y entonces, ya en el sitio, abrieron un par de bandas, buenas y con un sonido aceptable, y claro, una que otra batalla con el ingeniero de sonido, y al fondo, una batería impecable, lista para Daniel y sus baquetas.

Terminaron los teloneros, y vaya puta sorpresa que me llevé, el sonido fue perfecto, la voz de Jeff, la potencia de la batería, la nitidez de las guitarras y el bajo, fue perfecto, todo sincronizado en tiempo y con un altísimo nivel de decibeles. ¡Quiero morir sordo!

Una enorme banda de primer nivel, y para muchos, y considerada una banda de culto y de las más grandes del planeta, con apenas siete álbumes en su haber. Maravillosas todas las rolas de cada uno de sus discos.

Y en vivo, pues fue toda una experiencia visual auditiva que causó varios orgasmos cerebrales, pues se arrancaron con una intro espectacular y “Buried Dreams” para abrir apetito.

Le siguieron “Kelly’s Meat Emporium”, “Incarnated Solved Abuse”, “No Love Lost” y esa maravilla de “Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate”; la voz de Walker lucía perfecta, yendo de unos agudos fuertes a los graves finos y guturales galanes.

Continuaron con “Dance of Ixtab”, “Black Star / Keep On Rotting In A Free World”, “Genital Grinder / Pyosisisfied”, “Exhume to Consume”, “Corporal Jigsore Quandary” y la emoción de estar ahí presente frente a Walker, crecía, haciendo remembranzas a los momentos de aquel año del ’92.



Y para terminar este tremendo agasajo, se aventaron “This Mortal Coil”, “Unfit For Human Consumption” y “Rupture In Purulence / Heartwork” como encore y poner la cereza a este sublime pastel.

¡Carajo, qué concierto tan perfecto! Una de las mejores bandas del planeta, de Death Metal.

Larga vida a Jeff Walker y a Bill Steer.


Arch Enemy. Qro. 2024.

ARCH ENEMY, Querétaro 2024

La tremenda voz de Alissa y el slam detenido en el Metropolitan.

Por Carlos Zaldívar



Angela Gossow, mi enorme crush y soñaba con verla en vivo, y bueno, pues ese sueño sucedió aquel 9 de mayo de 2006, cuando Arch Enemy pisó suelo azteca y se presentó con la gira “Doomsday Machine”, en el Circo Volador.

Y fue justo un sueño, estar en el Circo Volador aquella fecha y escuchar la dulce voz de Angela, y segundos después, sus guturales. Hermosa diva del metal.

Fue un sueño hecho realidad, escuchar “We Will Rise” en voz de la diva Gossow. Y bueno, el recuerdo perdurará. De hecho, el cambio de voz de Johan a Angela, hace casi más de veinte años, estuvo mejor, fue más potente y brutal. Angela fue la ideal vocalista para la banda. Bueno, hasta que hubo el cambio actual, en 2015, en que la sueca Alissa White-Gluz sustituyó a la alemana Gossow.

Alissa es una extraordinaria voz, y con un performance brutal en el escenario, aunque en lo personal, me inclino un poco más hacia Angela.



En fin, y años después de aquel 2006, a casi 18 años, la banda regresa a una gira por Latinoamérica, haciendo escala en esta bella ciudad de Querétaro, y justo se presentaron el pasado 22 de noviembre en el Teatro Metropolitan. Apenas recibí la noticia y la piel se erizó y la adrenalina me avisó que debía adquirir mi boleto en ipso-facto.

Una banda que amo por ese coraje y esa alineación perfecta, en dónde Michael, Sharlee y Daniel han mantenido esa cohesión; amén de las composiciones, el nivel de líricas y la música. Carajo, Arch Enemy es una banda que no puede faltar en los gustos de un buen melómano; es una banda que te provocará satisfacciones auditivas.

Y entonces, ya con boleto en mano, llegó el viernes 22, y llegué al Metropolitan de Querétaro, con mis “Partners in crime”, Brenda y Ricardo.

A nivel del escenario y cerca de la primera fila, pude degustar auditivamente a la banda teutona y visualmente, a la diva sueca, Alissa. Claro, que se aventaron un setlist de primer orden, causando vaivenes de señales confusas entre la mente, el alma y el cerebro. De entrada, se descolgaron con “Deceiver, Deceiver” y luego prendieron con la exquisita “War Eternal”, caray. Es decir, comenzaron con los grandes cartuchos de su discografía.

Siguieron con “Ravenous”, “My Apocalypse”, “House Of Mirrors”, “Dream Stealer”, “Liars & Thieves” y la fantástica “The Eagle Flies Alone”, momento cumbre en que la garganta estaba a toda su potencia. Aunque el recinto de Querétaro no fue lo ideal para este género musical, se aceptó, por la calidad y finura de la música; pero sí, efectivamente si hizo falta el espacio para el “slam” de rigor.

Alissa prendió poder en el escenario y se transmitió a los fans que la adorábamos frente a ella, y continuaron con “First Day In Hell”, “Intermezzo Liberté”, “Sunset Over The Empire”, “No Gods, No Masters”, “I Am A Legend / Out For Blood”, “Dead Bury Their Dead” y la espectacular “We Will Rise” y fue cuando se sentía ya el final.

Siempre de pie el público, y cantando y gritando al ritmo de Arch Enemy. Y luego de unas ovaciones se fueron tras bambalinas, claro… a esperar los aplausos, gritos y desmanes de los asistentes, pidiendo el regreso para el encore.



Y entonces, fuimos más felices, porque regresaron a cerrar con broche de oro, pues se aventaron “Snow Bound”, y cerraron con la exquisita “Nemesis”.

Las luces se encendieron, y ya saben el sentimiento que se apoderó de nosotros.

Fue un tremendo concierto que encendió el ambiente en el Centro de Congresos y el Metropolitan, de hecho, a toda la ciudad.

Espero que regresen pronto.

C.Z.


Iron Maiden. México, 2024.

IRON MAIDEN

Future Past World Tour, México 2024

 

Por Carlos Zaldívar




 













Apenas pasaron casi siete años del BOOK OF SOULS, cuando estos ingleses editaron otra maravilla: SENJUTSU, “tácticas”, del japonés, el cual no fue muy bien recibido por la gran mayoría de los fans. Es un disco conceptual, no tan fácil de digerir a la primera y con un nivel de líricas altísimo, como debe ser.

 

Y finalmente, para mayo de 2023 emprenden la gira denominada FUTURE PAST WORLD TOUR, con un toque muy especial, que ha hecho de este tour, una joya en el setlist, porque la nostalgia es el principal ingrediente.

 

Una grandiosa gira que destaca por el setlist exquisito, que principalmente consta de rolas de su álbum de 1986, “Somewhere in time”, que justo el LP me lo regalaron, importado y hoy, es una joya invaluable; y del álbum de 2021, “Senjutsu”.




 

Meses antes, ya teníamos los boletos para asistir a esta gira, en el ahora denominado “Estadio GNP” que es el Foro Sol, con nuevas e incómodas instalaciones, pero bueno, esta gira era un “must”.

 

Iron Maiden, de las bandas más grandes del planeta y que también he visto ya varias veces en vivo, y ahora, no era la excepción. Fue un requisito para cualquier melómano y fan de la “Doncella de Hierro”.

 

En su primera visita, 1992, no pude escaparme del hospital para asistir a tan semejante evento, me tenían secuestrado; pero, para la siguiente descolgada de la banda, en 1996, ahí estuve. Para 1998, ahí estuve, Y para una de sus mejores presentaciones en 2001, también ahí estuve, con mi hijo Carlos, en hombros. Y en los años subsecuentes, excepto en el Flight 666 Tour.




 

Así, que este “Future Past World Tour” era imperdible. En el del 2001, éramos 3,000 fans aproximadamente, en el Foro Sol, luego fuimos 30,000 y ahora en este 2024, fuimos 51,000. La cantidad de nuevos fans, jóvenes que están aprendiendo de Rock, Metal y nueva música, crece exponencialmente.

 

Y ahí estuve nuevamente. Ahora la nostalgia nos invadió porque a cada uno de los verdaderos fans, nos llenó de enorme placer el setlist, basado en los discos Somewhere in Time y Senjutsu.




 

El setlist fue único y será irrepetible, caray, y este reciente miércoles 20 de noviembre, el nuevo Estadio GNP sucumbió al iniciar con la excelsa rola “Caught Somewhere in Time”, seguida por “Stranger In A Strange Land”, encendiendo al público de una manera gradual y solemne. Siguieron “The Writing On The Wall” y “Days Of Future Past”, y justo aquí la gran mayoría del público enmudeció, como que no las reconocieron y como no son clásicas y comerciales, los gritos y aplausos no aparecieron. Continuaron con “Time Machine” y luego de ésta, llegó una de sus mejores rolas, que han tocado pocas veces, “The Prisoner” y ahí enloquecí; y continuaron con “Death Of The Celts” y la majestuosa “Can I Play With Madness”. Vaya, ¡qué momentos tan espectaculares!

La Doncella de Hierro presumía a un enorme Eddie, montado en una armadura japonesa y luchando contra Bruce en el escenario.

El performance fue magnífico, y luego arribó la rola, “Heaven Can Wait” y la que, para mí, fue la mejor de este tour, “Alexander The Great”, con unas líricas tan profundas en su ambiente épico e histórico. Y siguieron con los tracks “Fear Of The Dark” y “Iron Maiden”, para despedirnos y entablar el coro a todo pulmón.

Apenas se retiraron tras bambalinas, pero enloquecimos y gritamos por más canciones, y más y más…

 




Y entonces, llegó el encore, para cerrar con broce de oro, y aparecieron “Hell On Earth”, “The Trooper” y “Wasted Years”.

 

Carajo, qué manera de cerrar un concierto de tal magnitud.

Las luces del estadio se encendieron y la nostalgia llegó; pero será temporal, porque ya estamos en espera para el siguiente tour, que justo será para celebrar sus primeros 50 años de la banda, y llevará por título: “Run For Your Lives World Tour, 2025”.




 

Iron Maiden, la Doncella de Hierro, por los siglos de los siglos, amén.
Up the Irons!

 

Espléndidos saludos a Brenda, Ricardo, Ramiro, Mauricio, y a mis primos Enrique y Manolo.

Nos vemos en el siguiente tour.

 

Dónde el tiempo ya no importa


 
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EL TIEMPO Y UNA PINTURA

Ene mil veces que me han dibujado, retratado y tomado fotos; aunque, generalmente han sido por alumnos y colegas con objeto de diversión. Algunos de esos “recuerdos” los conservo; y, es más, me he hecho algunos.

Pero, ¿una pintura sobre mí? Sería algo raro y muy fuera de lo común. ¿Puede ser como una fotografía con vida? ¿O cómo?

Rotundamente contesté con un “NO”, a esa pregunta, para ver si deseaba ver con anticipación una magnífica pintura sobre mi persona; que sería expuesta y develada en la jornada del Día Cultural en Querétaro. Y supuse el adjetivo “magnífica” porque la autora es pintora, con experiencia y con una tremenda mente que no se duda de su habilidad, ni como pintora, dibujante y tatuadora… ni persona.

Y ajetreo tras ajetreo durante este reciente sábado veintiséis, ya observaba que la obra en cuestión había nacido y la luz del Sol la hacía brillar. Debía y deseaba darme el tiempo para ir a “observarla”.

Minutos más tarde, la curiosidad llegó y los miles de murciélagos que habitan en mi abdomen, comenzaron a alborotarse, y comenzaron a desesperarse… me empujaban hacia aquel pequeño caballete de madera, clara y montado sobre una silla.

Así que emprendí el viaje, a paso lento hacia “la obra”, sin importar el tiempo en que tardara, porque ya no importa el tiempo en mi vida; sólo fluyo y no llevo prisa.

Y en pocos segundos, me encontraba a unos centímetros de tan brutal pintura, quedando estupefacto, frío, anonadado, congelado de sentimientos, vacío como un nihilista puro y sin tabúes; quedé impresionado al verme en un espejo de carne y hueso, mostrando mi ser, sin piel, con la mirada profunda, al espacio, en dónde no existe el tiempo, con las líneas de la depresión y tristeza aún marcadas, como heridas indelebles. Heridas que hoy fueron curadas por la mujer que amo, un status sentimental y emocional que me ancló las piernas al piso, sumergiéndolas tan profundamente, que, aunque quise acercarme y tocar la obra, no pude. Estaba enterrado en mí mismo, y estuve sí por larguísimos minutos, toda una eternidad.

Aún tengo el fresco recuerdo de ese momento, y sigo preguntándome, ¿qué tan poderosa es la mente de la autora?  Y en qué momento se introdujo a mi mente para hurgar un poco, y acercase un tanto a mi corazón, porque, aunque me falta contarle muchas situaciones, aseguro que ya las palpa por anticipado.

Una gran pintura, que, a lo largo del día, pude observar que puso a pensar a más de una persona que se detuvo a apreciarla, contemplarla y a recibir algún efímero disparo emocional.

Seguro que así fue.

Un momento, ayer, de tan sólo algunos minutos, que ya quedó tatuado en mi mente, en mi alma y en mi corazón. Una imagen grabada en lo más profundo de mis heridas, ya sanadas.

Emma, mi amor, mil gracias por amarme tanto.




Gran foto, ésta, con la autora:




Brenda, en verdad, gracias por tan tremenda pintura que refleja mucho o casi todo de mí.

 

 

Fortaleza Invisible

 


No necesitamos muros de piedra ni techos dorados,

no hay castillos ni palacios que resistan el paso del tiempo,

pero nosotros, amor,

nos construimos en cada beso, en cada caricia,

en cada mirada que diste cuando yo no era nada,

cuando el mundo no significaba una maldita cosa.

 

Te digo que somos más que cualquier cúpula dorada,

más que cualquier templo perdido en el desierto de la historia. 

Somos los cimientos, el mármol y el fuego,

somos las columnas que sostienen los cielos,

y bajo nuestras manos,

bajo nuestra piel, y el Sol en iluminando tus piernas,

se eleva un palacio eterno,

un refugio que no conoce de desgaste.

 

Las paredes están hechas de nuestras risas a medianoche,

de tus dedos recorriendo mi espalda como si buscaras

escribir tu nombre en mí.

El suelo, amor, es cada palabra que susurramos, 

cada promesa que nunca romperemos

aunque el mundo, a veces,

quisiera hacernos polvo. Navegamos contra marea.

 

No habrá ruinas en este palacio, 

porque somos la piedra y somos el viento.

De eso, me encargo yo, tu príncipe azul.

 

Tu cabello es la seda que cubre nuestras ventanas,

y tus ojos, esas estrellas que nunca se apagan.

 

Yo, por mi parte,

soy el león a tus pies, el elefante con poder para protegerte,

el que vigila tus sueños,

el que te espera en cada rincón de esta fortaleza, de este palacio.

 

Aquí no entra el miedo,

aquí no entra el olvido.

El amor se alza como torre imbatible,

como fuente que nunca se seca.

Y aunque el tiempo pase,

aunque nuestras manos envejezcan,

el palacio que somos no caerá.

Nuestras paredes son más fuertes que la historia, y apenas van dos meses de construcción…

Y nuestros techos son más altos que cualquier cielo.

 

Ven aquí, amor,

bésame como si fuéramos dos reyes de un reino que nadie más puede ver.

 

Déjame construir cada beso,

déjame poner la última piedra,

y cerrar con tu boca la puerta de este refugio eterno.

 

Porque, al final,

no seremos nada más que este palacio, 

tú y yo,

unidos para siempre

en un lugar que solo nosotros conocemos,

donde siempre seremos libres,

donde siempre seremos reyes.

 

Bésame, 

y construyamos, 

una vez más, 

nuestro amor inmortal.

 

Te amo inmensamente.

A dos meses.