Carcass. Qro. 2024.

CARCASS EN QUERÉTARO

Los ingleses aplastando al Latino

Por Carlos Zaldívar

Aquel febrero del ’92 cuando la descolgada de bandas internacionales abasteció a la otrora Catedral del Metal Mexicano, con lo mejor de su repertorio, brutalidad y gran abanico de álbumes. La oferta era inmensa, y el sueño de ver a nuestras bandas, finalmente EN VIVO, se estaba concediendo. Pudiera extenderme por cuartillas para detallar lo que sucedió en los últimos años de la década de los ochenta y en el primer lustro de la década de los noventa, pero en aquel año, arribó CARCASS.



Las ahora leyendas, Jeff Walker y Bill Steer, ya habían formado la banda desde 1986, con el que ahora es un considerado un álbum de culto, difícil de conseguir en LP, una joya invaluable y que responde al nombre de “Reek of Putrefaction”. ¡Quién se lo fuera a imagina, luego de tan semejante censura por su portada!

Ese Reek, fue editado en 1988 con una portada bastante desagradable a la vista y por la imaginación, seguramente provocando una serie de emociones sin sentido. Una portada que contiene fotografías reales de autopsias, con órganos humanos, unos arriba de otros, como si fuera un mercado sobre ruedas. Una portada fortísima para la época y para los “aleluyos”, quienes fueron los primeros en saltar en contra de la banda.

Pero bueno, CARCASS llegó aquel febrero de 1992 a la Arena López Mateos, a la que todos bautizamos como la Catedral del Metal Mexicano, para ofrecer un estupendo concierto. Estar ahí, y recordar aquellos momentos, en que escribo estas líneas, hace que mi piel se erice de nuevo; e insisto: “Pinche Jorge, me haces falta”, haciendo referencia a mi cuñado que era mi compinche en la gran mayoría de conciertos de aquella época.

Carcass arribaba y la emoción era altísima, y la enorme anécdota es que, en algún momento, coincidimos Jeff Walker y un servidor, en los mingitorios de los baños, y deprisa, obtuve un cassette casero y pirata con el “Reek” para que Jeff plasmara su firma en él. Hoy, atesoro este cassette y es el comprobante de que “ahí estuve”, con Carcass en la Catedral, y con Jeff, en los baños.

Y pasaron lustros, y vi crecer a la banda, y de pronto se apagaron. Y pasó más de una década sin noticias de ellos, pero el METAL resurge y ellos vuelven a las andadas.

Jeff y Bill regresan a los escenarios en 2008 y se ponen a trabajar en un nuevo álbum, mismo que logran editar en 2013, bajo el nombre de “Surgical Steel”, infaltable en tu colección.

Carcass regresó un par de veces y los pude ver en el Hell & Heaven, 2023 en Toluca.

Larga vida al metal. Y de pronto pensé, “que ya es hora de que regresen al país”. Y bueno, pues Carcass complació otro de mis sueños: “Carcass haría una gira por Latinoamérica” y pisaría tierra queretana, y debía estar ahí.



Programado para el jueves 28 de noviembre, en el ya medio conflictivo Club Latino, y con boleto en mano, comenzó la espera para el arribo de los ingleses. Carcass es garantía, pero en ese recinto mis dudas sobre el sonido aparecieron (ya había sucedido con Yoth Iria) pero bueno…

Y entonces, ya en el sitio, abrieron un par de bandas, buenas y con un sonido aceptable, y claro, una que otra batalla con el ingeniero de sonido, y al fondo, una batería impecable, lista para Daniel y sus baquetas.

Terminaron los teloneros, y vaya puta sorpresa que me llevé, el sonido fue perfecto, la voz de Jeff, la potencia de la batería, la nitidez de las guitarras y el bajo, fue perfecto, todo sincronizado en tiempo y con un altísimo nivel de decibeles. ¡Quiero morir sordo!

Una enorme banda de primer nivel, y para muchos, y considerada una banda de culto y de las más grandes del planeta, con apenas siete álbumes en su haber. Maravillosas todas las rolas de cada uno de sus discos.

Y en vivo, pues fue toda una experiencia visual auditiva que causó varios orgasmos cerebrales, pues se arrancaron con una intro espectacular y “Buried Dreams” para abrir apetito.

Le siguieron “Kelly’s Meat Emporium”, “Incarnated Solved Abuse”, “No Love Lost” y esa maravilla de “Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate”; la voz de Walker lucía perfecta, yendo de unos agudos fuertes a los graves finos y guturales galanes.

Continuaron con “Dance of Ixtab”, “Black Star / Keep On Rotting In A Free World”, “Genital Grinder / Pyosisisfied”, “Exhume to Consume”, “Corporal Jigsore Quandary” y la emoción de estar ahí presente frente a Walker, crecía, haciendo remembranzas a los momentos de aquel año del ’92.



Y para terminar este tremendo agasajo, se aventaron “This Mortal Coil”, “Unfit For Human Consumption” y “Rupture In Purulence / Heartwork” como encore y poner la cereza a este sublime pastel.

¡Carajo, qué concierto tan perfecto! Una de las mejores bandas del planeta, de Death Metal.

Larga vida a Jeff Walker y a Bill Steer.


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