SULTANS OF SWING
Fraternidad
Por Carlos Zaldívar
A mis hijos
Carlo, Rick & Regina Elizabeth
dIRE sTRAITS
Sultans of Swing. Tan sólo el nombre de una canción, que al reflexionar sobre ella, abre nuestra mente e imaginación hacia su relato más profundo e incógnito. Mark Knopfler relata: “If you can turn negative energy into positive, turn a dire straits situation, excuse the term, into one that is positive, you’re not going to go under, you’re creating. Like someone who could write a book in prison. The songs are linked in that sense.”
Ahora probablemente ya no sean emociones. Ahora la inspiración es la “creatividad”; término tan complejo y tan simple como su mismo nombre. Tópico que nos lleva a estudiar ambos hemisferios cerebrales. Tiempo y dedicación para finalmente conocer qué tanta inclinación tenemos hacia qué hemisferio; aún traspasando esa barrera, e inequívocamente me atrevo a inferir (fuera de suposiciones) que los resultados o productos de la creatividad son esenciales, son fundamentales en la existencia de todo ser. ¿En qué hemisferio se oculta la música? El derecho inspira al izquierdo la misma experiencia, la vida cotidiana y las emociones son tal elemento de fabricación (por llamarle de algún modo), la materia prima; para que el producto terminado sea escuchado y gozado por receptores llenos de emociones, que puedan interpretar el elemento de nutrición para el alma. El punto está en que la creatividad sea propia y para uno mismo. No podemos trabajar o crear para los demás. Andy Warhol no lo hacía así, y lo mismo para Knoplfer. Él compone y toca para él, para dIRE sTRAITS, para su alma. Knopfler vuelve a recrear: “It was conscious, but I see the Sultans, Les Bouys, the roller skate girl, and Romeo all change disadvantage into advantage.” Palabras concretas y directas, provenientes del optimismo, tan sencillo como cambiar la energía negativa en positiva, tan simple como aventajarnos al destino mismo.
De la misma manera que Gary Moore expresa que sus canciones son inspiradas por historias verdaderas, la mayoría acerca de él, y otras de gente que él conoce; y más aún cuando se refiere a sus canciones: “one of them might even be about you.” Sobre lo mismo compone Knopfler y muchos otros grandes de la música, y también de la literatura. Generalmente no podemos escribir (o no debemos) de lo que no nos ha pasado o de lo que no conocemos y hayamos visto. Siempre nuestras letras o acordes provienen de nuestros sentimientos.
De tal forma que puedo afirmar que “Sultans of Swing” siempre es interpretada de diferente manera por Knopfler; su guitarra, acompañante de su alma, también “siente” diferente cada acorde. Y basta con escuchar diferentes versiones. La primera del álbum “dIRE sTRAITS” de 1978, otra del “Live in The BBC” de 1995 (la grabación de Sultans of Swing es en vivo de 1978), otra del “Alchemy” de 1983, y otras dos del álbum “The Very Best of dIRE sTRAITS” cuyas versiones son con dIRE sTRAITS y otra con Knopfler en un concierto en el “Royal Albert Hall” de Londres en 1996. Versiones, sentimientos y época diferentes. Knopfler cada vez más maduro.
Recordando a aquel grupo “Café Racers” de Newcastle, liderado por dos hermanos, Mark y David Knopfler, además de John Illsey y Pick Withers. Era mil novecientos setenta y siete. Mark tenía ya antecedentes musicales, cuando desde 1973 formaba parte del grupo “Londongroup Brewers Droop” (poco antes se dedicaba a la Docencia). Ensayaban Sultans of Swing y poco antes de ser firmados por una disquera cambian al nombre de dIRE sTRAITS. Pero no respetaron esa unión, esa fraternidad, esa amistad y hermandad.
David sale del grupo después de grabar el segundo disco. Sin tantos giros, por el grupo llegan y se van personalidades; de tal manera que Mark Knopfler, guitarrista y voz principal de dIRE sTRAITS, llega a ser por completo “El Grupo”.
Knopfler ha demostrado que siempre fue la cabeza del grupo, fue el creativo, y hoy en día al escuchar a Knopfler, escuchamos a dIRE sTRAITS; cuyas cenizas están depositadas en el corazón de oro de Knopfler. También es y ha sido músico de sesión solicitado por muchos homólogos, Eric Clapton, Van Morrison, Tina Turner, Chet Atkins, y Bob Dylan entre otros. Ha compuesto temas de películas, de las cuales “The Last Exit to Brooklyn” t “An Officer and a Gentleman” son de mis predilectas. Sus palabras: “I’m absolutely in love with music”, traen a mi mente lo que hemos predicado y repetido siempre “tenemos que hacer lo que nos gusta, lo que sabemos hacer” y “hacerlo con pasión”; de lo contrario no viviremos nuestra vida, seremos simples pasajeros y observadores, (“Outsiders”, diría knopfler) y ése no es el objetivo. Pasión por todo, para nosotros mismos y el medio ambiente que nos rodea, el trabajo, la casa, los amigos, la diversión y también para nuestras creencias. Pasión por lo que nos gusta.
Sultans of Swing.
Era mil novecientos ochenta y cuatro, poco después de las olimpiadas en Los Angeles. Estaba sentado en el césped, había un slam en la parte trasera de Irvine Meadows. Tocaba “Kick Axe”; y después estallaríamos en emoción al ver el enorme robot de los “Defensores de la Fe”, eran “Judas Priest”. Afortunada y desafortunadamente, mi compañero no pudo llegar al anfiteatro, así que, ¿Con quién compartiría esa emoción y ese gusto de escuchar a Rob Halford? Ya no importaba.
El rock en español comenzaba a despertar a la comercialización y un movimiento destinado al fracaso fue “Com Rock”, nacionalizando a las bandas provenientes de los hoyos, cambiándoles el nombre por otro en español, homogeneizándolas, para que finalmente la mayoría desaparecieran, se volvieran “fresas” o fracasaran en su carrera. Pero hoy, muchas bandas sobrevivientes a aquel movimiento son contadas, pero han subsistido por su pasión a la música, por la pasión al trabajo y por la pasión a nunca defraudar a sus fans. Y sólo por mencionar al gigante Alex Lora, a la poetisa Cecilia Toussaint, la electrizante Kenny y muchos otros, quienes han construido un pilar en el rock mexicano.
Por otra parte al metal subterráneo continuaba en auge, y aún cuando los conciertos masivos eran mínimos, inicia la llegada de grupos extranjeros. El heavy metal subterráneo estaba dando sus primeros pasos en los conciertos. La arena López Mateos en Tlalnepantla es declarada como la “Catedral del Metal Mexicano” y algunas de sus capillas como el Balneario Olímpico de Pantitlán, el Auditorio de Lomas Verdes, aquél Foro Angela Peralta en Polanco, el Tianguis del Chopo y hoy en día “El Circo Volador” en la Viga. Decenas de grupos se han “descolgado” hacia esta gran urbe de asfalto. Desde finales de mil novecientos ochenta y seis e inicios de mil novecientos ochenta y siete han figurado grupos como “Death”, “Acrophet”, ”Rigor Mortis” y los “Ángeles del Infierno”. Estos fueron de los primeros.
En septiembre del mil novecientos ochenta y nueve, mes patrio, hizo su aparición el grupo “D.R.I.” (Dirty Rotten Imbeciles) en la Catedral del Metal Mexicano. Directamente desde San Francisco nos presentaron lo mejor de su repertorio, tres LP’s antecedían tal evento. Nuevamente pensé que estaría solo, pero en la parte baja de la Arena lo visualicé.
Allí estaba, solo, y me vio. Nos saludamos y despedimos. Ahora sólo tenía que esperar a verlo durante la semana y poder platicar e intercambiar opiniones sobre aquel suceso. D.R.I. había pisado suelo mexicano. Y así sucedió a la siguiente semana. Habíamos encontrado (uno al otro) un alma gemela musical, (ambos dedicados a la Docencia). La Pasión sobresalió en las expresiones sobre la reseña de dicho evento. Los gustos que compartíamos daban inicio a la serie de conciertos que hemos convivido hasta hoy día. He recorrido grandes eventos, pequeños y magnos, desde “Sodom”, “Sepultura”, “Megadeth”, “Morbid Angel”, hasta “AC/DC”. “El Tri”, “Black Sabbath”; “Metallica” y decenas de grupos más; y desde entonces casi siempre he tenido su compañía.
Mark Knopfler esperó casi cinco años para llegar a la fama, pero su carisma y creatividad nunca las ha perdido.
Años más tarde se uniría un miembro más, una alma gemela con casi los mismos gustos musicales, y también literarios. Y así, con el pasar del tiempo se han unido varias personas, algunos miembros y otros clamando por ingresar a esta unión de seres y almas musicales. Miembros compuestos de rock & roll en las venas. Y podría continuar con la lista, pero sólo basta decir que somos tres amigos (casualmente Docentes) quienes hemos compartido un gran número de conciertos, de reuniones (sesiones) de rock & roll, de aventuras y de experiencias; y también lecturas y obras cinematográficas. Así hemos denominado a nuestro grupo, una fraternidad, y tomado el nombre de la canción más significativo de dIRE sTRAITS y posiblemente para Mark Knopfler: “Sultans of Swing”. Simplemente 3 sultanes, más los que se han acumulado y piensan ingresar (aunque no sea sencillo). ¿Por qué? Porque no solamente ha sido significativa para Knopfler y sus sultanes, también lo ha sido para nosotros por varios años. En cada sesión no puede faltar esta rola, (y mucho menos Stairway to Heaven), ni muchas otras, que deben estar en toda colección de LP’s de cualquier ser que se llame rockero. Además también debe tener la versión remasterizada en CD, aunque en sonido no se le iguale (siempre será mejor el acetato para el rock) y en diferentes versiones. Sultans of Swing, su letra, sus acordes, graves y agudos, el gran solo del requinto de Knopfler. Todo un conjunto que nos provoca diferentes sentimientos, y nos inspira creatividad. Escuchar de fondo a Sultans of Swing es recrea la imaginación para cualquier tipo de labor que realicemos. Es crear y recrear con pasión lo que sabemos hacer. Y lo que sabemos hacer los tres, algo común entre nosotros también es el aprendizaje que obtenemos de los jóvenes, quienes nos enseñan nuevas ideas, nuevas corrientes (no todas buenas para nosotros) y experiencia. Posiblemente aprendemos más de ellos que ellos de nosotros. Y siempre brota el tema de la música para diversión y entretenimiento de ellos y para nutrición de nuestra alma.
Cuando escribo estas líneas pienso en los jóvenes ansiosos por leerlas. Saben que pronto circulará entre nuestra comunidad, serán comentadas, deleitadas y llevadas a otros seres que puedan entender y compartir nuestros pensamientos.
Una fraternidad, ¿Por qué?, ¿Cómo debe ser una fraternidad? La respuesta no ha sido fácil, y con el recuento de aquellos años de inicio, ahora podemos afirmar que próximamente se cumplirá la primer década de nuestra fraternidad. Principalmente lo que debe prevalecer es la amistad, y la confianza. Más aún, la confianza en nosotros mismos sobre cualquier otro elemento. Y por el tipo de fraternidad, además de la confianza, amistad y ayuda mutua en todos los niveles (físicos, emocionales, sociales, morales) debe existir el amor y la pasión por el rock & roll.
La música que es nuestro nutriente fundamental para cuerpo y alma, y “Sultans of Swing” que es la “chispa adecuada” que inicia ese fuego intenso por la convivencia entre nosotros. Cada miembro de la fraternidad tiene su tarea. “Siempre habrá uno que cuide al resto de sus integrantes”; es nuestra filosofía. Ya sabemos nuestra tarea y conocemos los deseos de los demás. La frase o proverbio “Hay que morir joven, pero entre más tarde mejor”, es adhoc a nuestra fraternidad. El rock & roll nos da juventud. No hace mucho tiempo, en la radio escuchamos en el programa de “Classic Rock Live” que después de la rola de “Smoke on the Water” el locutor (joven aún) recordaba que en sus años de secundaria se encerraban él y sus amigos a escuchar a todo volumen a “Deep Purple”. Nosotros todavía lo hacemos y lo haremos por mucho tiempo. Años han sido muchos y las palabras de Alex Lora “Y los que nos faltan…” son muy adecuadas para nosotros.
Marck Knopfler es de la generación de mil novecientos cuarenta y nueve, y el próximo mes de agosto estará cumpliendo medio centenar de años. Joven todavía, si lo comparamos con otros grandes de los sesenta (Knopfler es setentero) que precisamente están llegando a los sesenta años de edad. Nombres como Tony Iommi, Lemmy Kilmister, Mick Jagger, Ritchie Blackmore, Gary Moore, Klaus Meine, y Bob Dylan son los que primeramente llegan a mi memoria, y aún más grandes en edad y jóvenes de corazón y alma (Aunque algunos ya no nos acompañen) podemos mencionar a B.B. King, Ricky Nelson, Eddie Cochran, Fats Domino, Cliff Richard, y Jerry Lewis entre otros. Pero no entremos en detalles de más nombres. Knopfler el sultán mayor, y sus composiciones, seguirán siendo grandes y haciendo historia, y para muestra basta el álbum “The Golden Heart” de mil novecientos noventa y seis. Knopfler ha acompañado a grandes músicos y muchos de ellos también lo han acompañado. Pero pocos le han sido fiel a él.
Aquí entra uno de los elementos importantes: la Fidelidad. Fidelidad con nosotros mismos, con el rock & roll, con la música, con nuestros amigos. La lealtad se antepone a muchos otros elementos. Los defectos son cubiertos con Fidelidad y Lealtad. Aquella frase grandiosa “All for one and one for all”, y que ocupa una frase dentro de la rola de Led Zeppelin (cuarteto inglés) “Stairway to Heaven”, y que es tema de inspiración “All for One and One For All” para Raven (trío canadiense).
“Todos para Uno y Uno para Todos” es otra línea dentro de nuestra filosofía. Filosofía nacida de nuestras almas y no obtenida a fuerza o adjudicada por otros de alguna facultad universitaria barata. No. Simplemente la experiencia y nuestras vivencias en conjunto nos han dictado dicha filosofía. Porque así lo hemos sentido. Porque somos todos para uno… Y porque la creatividad de Knopfler es contagiosa, es heredada a los que tenemos el privilegio de escuchar las rolas de dIRE sTRAITS, de sentir las guitarras de Knopfler y posiblemente de poder interpretar sus sentimientos, aunque sean de él, privados.
“Perfection is just a cloud in the air”; son palabras de Knopfler. Tan exactas para seguir siempre en busca de la perfección, aunque nunca la conozcamos. Nosotros vemos por nosotros mismos y la pasión por querer siempre los mejores, existe. Ahí está. Puedo dedicar estas breves líneas a mi madre. Y lo haré, a quien le debo la vida y la mayor parte de lo que soy. Porque sus consejos y ayuda en todo momento (aunque a veces la ignore) estén presentes. Y supongo mis amigos comparten esta opinión.
Hagamos una breve escala para recrear la imaginación con la letra de “Sultans of Swing”.
SULTANS OF SWING
Original Lyrics, Mark Knopfler, 1977
Sultans Of Swing
You get a shiver un the dark
It´s raining in the park but meantime
South of the river you stop and you hold everything
A band is blowing Dixie double four time
You feel alright when you hear that music ring
You step inside but you don’t see too many faces
Coming in out of the rain to hear the jazz go down
Too much competition too many others places
But not too many horns can make that sound
Way on downsouth way on downsouth London town
You check out Guitar George he knows all the chords
Mind he’s strictly rhythm he doesn’t want to make it crey or sing
And an old guitar is all he can afford
When he gets up under the lights to play his thing
And Harry doesn’t mind if he doesn’t make the scene
He’s got a daytime job he’s doing alright
He can play honky tonk just like anything
Saving it up or Friday night
With the Sultans with the Sultans of Swing
And a crowd of young boys thy’re fooling around in the corner
Drunk and dressed in their best brown baggies and their platfor soles
The don’t give damn about any trumpet playing band
It ain’t what they call rock and roll
And the sultans played Creole
And then the man he steps right up to the microphone
And says at last just as the time bell rings
“Thank you goodnight it’s time to go home”
and he makes it fast with one more thing
“We are the Sultans of Swing”
YES,
WE ARE THE “SULTANS OF SWING”
Sultans of Swing
Traducción al español Carlos Zaldivar 1999.
Sientes escalofríos en la oscuridad
Llueve en el parque, y mientras tanto
Al sur del río te detienes y sostienes todo
Una banda toca Dixie a cuatro tiempos
Y te sientes bien cuando la escuchas.
Te acercas, pero no ves muchos rostros
Saliendo de la lluvia para escuchar al jazz esfumarse
Mucha competencia, muchos lugares
Pero no muchos saxos pueden emitir tal sonido
Rumbo al sur, rumbo al sur, al centro londinense
Checas la guitarra, George sabe los acordes
En mente, él es estrictamente rítmico, no quiere hacerla llorar ni cantar
Una guitarra antigua es lo único que puede obtener
Cuando despierta bajo la luz para tocarla
A Harry no le importa si no hace el ambiente
Tiene trabajo de medio tiempo, le va bien
Puede tocar Honky Tonk como cualquier cosa
Guardándola para el viernes en la noche
Con los Sultanes, con los Sultanes del Swing
Y una multitud de jóvenes paseándose por la esquina
Tomados y vestidos con sus mochilas cafés y zapatos de plataforma
Y no les importa alguna banda de sax
No es lo que llaman rock & roll
Y los Sultanes tocan Creole
Y después Él se para frente al micrófono
Finalmente dice, justo cuando la campana suena
“Gracias, buenas noches, es tiempo de ir a casa”
y lo hace rápido, con una frase más:
“Somos los Sultanes del Swing”
Sí
Somos los Sultanes del Swing.
De la más reciente recopilación de dIRE sTRAITS “Sultans of Swing, The Very Best of dIRE sTRAITS” los escritores de la revista “Mojo” comentaron: “overwhelming sales testify to Mark Knopfler’s song – writing ability and guitar expertise, and there is certainly something intimate and friendly in that smokey voice and fluid guitar, though the scale of dIRE sTRAITS, success remains midly baffling.”
Al día de hoy, dIRE sTRAITS/Mark Knopfler, han superado la marca de más de cien millones de copias de álbunes vendidos en todo el mundo. Aún cuando nos refiramos a Knopfler como “The quiet man of rock & roll”. Knopfler es hasta cierto grado, tímido; a veces penoso cuando la gente se acerca a él, diciéndole que tan afectada ha sido su vida por sus canciones, que su música ha cambiado sus vidas. Las de nosotros también. Y una de las enseñanzas más importantes para nosotros: Mark es un hombre de familia, a quien le gusta pasar gran parte de su tiempo con sus hijos.
Los hijos. Ciertamente la única y segura herencia que les dejaremos será la educación, acompañada de nuestras experiencias. Ahora ellos son pequeños, y ya tienen un gusto especial por la música. Un momento sorpresivo fue cuando uno de ellos me pidió que pusiera una rola de Pink Floyd, el otro quería escuchar a Sabina y Páez. Complacidos.
Ahora cuando la rola “Money for Nothing” aparece en nuestros sentidos auditivos, también les gusta. Y no es para menos, es una rola muy rítmica.
Cuando su gusto musical iniciaba, les gustaba la música comercial, la que pasaban en la radio comercial y en las películas infantiles. Eso es aceptable. A nosotros nos gusta o aceptamos lo que a nuestros hijos les guste. Afortunadamente (desafortunadamente para su madre) han tenido una inclinación, leve por ahora, hacia el rock & roll, hacia aquellos bits del bajo, los requintos de la guitarra, los graves de la batería y las percusiones y las voces que incitan a un deleite musical poco común en los niños. Pausa. (Saludos a D.Mark y a sus hermanos)
Algunos integrantes de esta fraternidad, tenemos hijos, otros no. Ellos, cuando los tengan podrán experimentar otra aventura; que cambiará sus vidas desde el momento en que nazcan hasta el fin de cualquiera de ellas.
Imagino que cuando lean estas líneas, ya estarán dentro de la fraternidad por méritos propios, porque la membresía no se hereda. Nos acompañarán y compartiremos nuevas experiencias.
El día de hoy nos hemos encontrado con jóvenes de doce, trece y quince años deseosos por ingresar a esta fraternidad. Y es que ya han sido influenciados por sus padres. Tienen cultura musical. (Que escasea hoy en día) y los conocimientos suficientes, pero por el momento se encuentran en “stand by”.
Así Mark Knopfler/ dIRE sTRAITS es nuestra influencia principal, ese gran gusto por la vida y por la música, por el rock & roll. Influencias de tal magnitud son pocas, y él es uno de los afortunados. Aseguro que además para mí y mis amigos, también lo es para mucha gente que habita en este planeta. A veintidós años de surgir dIRE sTRAITS, y a más de veintiséis que Knopfler daba sus primeros acordes con su guitarra, seguimos entusiasmados y en espera del próximo álbum de Knopfler, programado para febrero del año dos mil, y del cual no conocemos el título aún.
A más de veinticuatro años de escuchar rock & roll (y los que me faltan), mirando y admirando el crecimiento musical de aquellos músicos con los que he crecido. Junto con mis amigos, crecemos con aquellos y cuando hacemos una breve pausa, pensamos y analizamos y entonces detectamos “que el tiempo no se detiene” y solamente con las canciones vivimos nuevamente. Dicen que recordar es volver a vivir, pero es mucho mejor volver a vivir, siempre seguir siendo joven.
La amistad, la hermandad y la responsabilidad de ser padres, el amor hacia nosotros mismos, y hacia el prójimo, se refleja en otra composición de Knopfler: “Brothers in Arms”, cuando desde la trinchera surgen la letra, la música y la desesperación de aquel soldado. Una melodía llena de emociones y sentimientos, de tristeza y de dolor de pérdida y porque no, a veces de felicidad, si tenemos a lado a un gran amigo.
“Brothers in Arms” nos recrea la mente, nos induce al pensamiento y a la melancolía, cuando esperamos el amanecer en “The House of Rock & Roll”, muy temprano. Visualizamos la neblina, y la oscuridad va desapareciendo. Son las primeras gotas de la luz, y de fondo musical está dIRE sTRAITS, la voz pasiva de Knopfler y sus sultanes, pero esta vez con una balada. De esa manera recibimos al sol y continuamos con una de las más románticas baladas en la historia del Rock: “Romeo and Juliet”. El sol comienza a despertar y hace presencia ante nosotros y nos anima a continuar escuchando rola tras rola. Pasamos desde “Like a Rolling Stone” de Bob Dylan y al terminar nuevamente con Knopfler y sus sultanes o con el “Maldito Zappelin de Plomo”. El tiempo sigue su curso y podríamos seguir de la misma manera durante varios días más. Pero por lo pronto hacemos una pausa de una semana y a veces dos, para continuar con esa sesión interminable de Rock & Roll y de contar nuestras experiencias.
“The House of Rock & Roll”, lugar místico donde sesionan los integrantes de místico donde sesionan los integrantes de “Sultans of Swing”. Invitados llegan, siempre diferentes, pero el alma de la misma siempre se encuentra estable. Muchas veces son las mismas canciones, pero siempre son en diferentes estados de ánimo, y con diferentes experiencias, a veces aventuras. Compartimos lecturas y si la inspiración es tal, podemos vaciarla al papel, de inmediato. Escribir y escuchar rock & roll, y en el preciso momento vaciar la imaginación y los sentimientos al papel. No esperar a que otros lo hagan por nosotros. Recuerdo la historia de “Los Escritores” de C. Bukowsky, donde la ironía de la vida hace presencia en dos amigos pesimistas, mientras un tercero goza escribiendo sobre aquellos.
Al salir de “The House of Rock & Roll” nos podría invadir la tristeza, pero contrariamente sonreímos nuevamente a la espera de estar allí otra vez. “Sultans of Swing” seguirá creciendo en todos sus aspectos, tanto sociales como emocionales, durante mucho tiempo, así como lo ha hecho en estos recientes diez años, pasando por un gran número de conciertos, de tocadas, de sesiones y de aventuras.
Deleitémonos con la letra de “Brothers in Arms”:
BROTHERS IN ARMS
Original Lyrics Mark Knopfler
These mist covered mountains
Are a home now for me
But my home is the lowlands
And always will be
Some day you’ll return to
Your valleys and your farms
And you’ll no longer burn
To be brothers in arms
Through these fields of destruction
Baptism of fire
I’ve watched all your suffering
As the battles rage higher
And though they did hurt me so bad
In the fear and alarm
You did not desert me
My brothers in arms
There’s so many different worlds
So many different suns
And we have just one world
But we live in different ones
Now the sun’s gone to hell
And the moon’s riding high
Let me bid you farewell
Every man has to die
But it’s written in the starlight
And every line on your palm
We’re fools to make war
On our brothers in arms.
1ª Edición. Mayo 10 de 1999.
Tiraje de 20 ejemplares.
2ª Edición. Agosto 1 del 2001.
Tiraje de 50 ejemplares.
© Copyright. Carlos Zaldívar.
“Sultans of Swing. FRATERNIDAD”
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