¿La Ciudad de la Esperanza?

¿LA CIUDAD DE LA ESPERANZA?

Carlos Zaldívar

A la Opinión Pública:

“Antes de exigir al gobierno, primero debemos exigirnos a nosotros mismos”. Exigimos seguridad y el gobierno argumenta la falta de personal de seguridad y capacitación. Si todos respetaran las señales de tránsito, no entraran por las salidas, no salieran por las entradas, no se estacionaran en doble y hasta en triple fila, no se pasaran las señales rojas de los semáforos y los choferes del servicio de transporte respetaran los paraderos; no necesitaríamos miles de policías que pierden el tiempo en los cruceros, paraderos y entradas y salidas de las avenidas principales. Todo depende de nosotros.

Exigimos limpieza en la ciudad, pero ya estamos hartos de caminar por la misma, brincando y esquivando los escupitajos de la gran mayoría de la gente. También esto es lo primero que hacen al salir de su casa. ¿Por qué escupen?, Acaso, ¿Están enfermos? Y si lo están, ¿Por qué no van al médico? Y a esto le agregamos el que es ya muy normal tirar basura en la calle. Si la ciudad es nuestra casa, ¿También su casa la tienen así de sucia?

Exigimos que se ubiquen en lugares especiales a los vendedores ambulantes. Tal actividad no es permitida, pues invaden banquetas y calles, y además de entorpecer el libre paso de miles de transeúntes venden en su mayoría productos piratas y/o de mala calidad. Pero seguirán existiendo mientras la gente les siga comprando.

Los choferes de microbuses, se quejan de que son extorsionados, les quitan la concesión y el seguro de sus unidades porque se ven involucrados en accidentes. ¿Por qué antes de llegar a ese extremo, piensan mejor su situación y manejan decentemente, despacio y con cortesía? Porque de esto depende su bienestar y el de su familia.

¿Qué es mejor? Construir cruceros seguros y confiables o construir cruceros inseguros y colocar señales de “Cuidado, Crucero Peligroso”. ¿Es mejor cruzar avenidas por los puentes peatonales o arriesgar la vida cruzándolas vía zigzag entre automóviles?

Exigimos más equipo, honestidad y responsabilidad para nuestros cuerpos de seguridad; y también mejores servicios en nuestras colonias, pero ¿Cómo van a comprar más y a reparar las centenas de vehículos abandonados, si la gran mayoría de los ciudadanos evaden los impuestos? Aquí prevalece la cultura de “No pagar Impuestos”.

¿Realmente vivimos en la Ciudad de la Esperanza? Donde cada vez señalan en entrevistas que “actuarán con todo el peso de la ley”, ¿Qué?, ¿Acaso hay ocasiones en que actúan con poquito peso o sin ley?. Donde también afirman que actuarán “conforme a derecho”, ¿Qué?, ¿Acaso actúan a veces inconformes a derecho?. Donde al policía se le cobran las balas que pudiera utilizar en su defensa. Donde el policía no puede enfrentarse a un delincuente por miedo, y este último finalmente es protegido por nuestras leyes. Donde a todos se nos exige el respeto a los derechos humanos, pero a los delincuentes no; pero cuando éstos llegan a la cárcel, ahí sí los exigen y se los dan, cuando ellos pisotearon, violaron y transgredieron los derechos de los demás. Donde un policía puede presenciar un acto ilícito y no enfrentarlo por miedo a represalias posteriores y por miedo a perder la vida, porque simplemente compara el riesgo de su trabajo con su remuneración económica mensual, y verdaderamente da risa. Donde al policía le ofrecemos cien pesos de mordida y al limosnero con niño en brazos no le podemos dar un peso. Donde los ambulantes, las marchas y la inseguridad pueden más que el jefe de gobierno. Donde la edad para procesos penales se desea bajar, cuando todos sabemos que el problema es de educación y la edad no importa. Donde la gente piensa que el ser buenos en el fútbol, nos daría la característica de “país del primer mundo” y creen que el Fútbol y la Virgen de Guadalupe son símbolos patrios. Donde la impunidad rige en todos los lugares y momentos, beneficiando a miles de malhechores. Donde el ejército está de adorno, porque es incapaz de poner estricto orden a los grupos que se levantan en armas, en reprimir levantamientos estudiantiles sin motivo legal. Donde los cuerpos policiacos se enfrentan entre sí por el simple hecho de demostrar qué corporación es más prepotente, para que finalmente argumenten el “yo no fui”. Donde todos somos culpables de cualquier acto, hasta demostrarse lo contrario; cuando debería ser al revés. Donde parece ser que es mejor encerrar a cuan delincuente se pueda, en lugar de educar mejor a todos los mexicanos en todos los niveles. Donde se cree que con educar a unos cuantos choferes de microbuses, los demás aprenderán por ósmosis, cuando la buena educación la debieron haber recibido desde niños. Donde queremos que la corrupción se termine, cuando nosotros mismos la alimentamos día con día. Donde cualquier individuo puede pararse en la vía pública a cobrar por estacionarnos, por el simple hecho de decir que es el cuidador oficial (ya que si no cooperamos el automóvil obtendrá algunos daños). Donde parece que la anarquía toma fuerzas sin darnos cuenta, y no podamos hacer algo para combatirla. Donde la clase social baja va en aumento y la alta disminuye, porque la repartición de la riqueza está mal distribuida en el país.

No hacemos algo por mejorar nuestra ciudad y nuestro país, pero sí estamos dispuestos a criticar y a exigir. En fin, yo por mi parte pongo mi grano de arena, ¿Y tú?

Agosto 10, 2001.

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