OZZY

FUNERAL ÉPICO

Por Carlos Zaldívar


"Te largas, Ozzy, pero dejas la marca de tus dientes en la garganta de la noche. Los roedores, los bastardos y los perdidos seguirán bebiendo a tu salud en la oscuridad."



No es fácil soltar las palabras en estos momentos, tras el teclado lleno de lágrimas, de pasar los dedos, por dónde hace unos momentos descansaba el vaso con Bourbon en las rocas, no es fácil.

Y no es para menos, la banda de la vida, de mi vida, BLACK SABBATH despedía a una enorme leyenda, y es que hoy fue la última vez que pisaría un escenario en grandioso “Príncipe de las Tinieblas”, Mr. John “OZZY” Osbourne.

Un sublime momento, épico, como el simular tu propio funeral, antes de tu muerte, en dónde todos los headbangers que asistieron al estadio Villa Park en Birmingham y los otros millones de headbangers que lo disfrutamos por streaming, vimos cerrarse el telón por última vez.

Ni Iommi, ni Ward, ni Butler y mucho menos Ozzy, pensaban en el futuro en aquel 1968, cuándo cuatro jóvenes imberbes sin rumbo, con poco trabajo, desubicados y discriminados por la sociedad, apenas y tenían unos instrumentos musicales y… muchas ganas de hacer música. Y su humilde banda se llamaba “Polka Tulk Blues Band”.

Y entonces, la historia comenzó.




Y por si fuera poco uno de ellos, fue arrestado y encarcelado; dónde justo ahí, se tatuó los nudillos izquierdos con una aguja, al estilo callejero y otro, se “rebanó” los dedos de su mano derecha.

Una banda, sin futuro, pareciera.

Los escuché por primera vez en 1973/1974 que yo recuerde, con “Paranoid” por supuesto y de ahí, al día de hoy, me declaro fiel feligrés de esta majestuosa religión que es el METAL, una forma de vida, ahora.

Luego, me hice adicto a la canción, “N.I.B.”

N.I.B. The best song, ever.

Nunca, ellos cuatro, imaginaban que estaban acuñando un nuevo género musical (o puliendo, porque Coven ya andaba en esos menesteres) y acuñando lo que hoy es el “Doom Metal”, estaban escribiendo una historia, apenas el prólogo en aquel 1970 con su álbum homónimo; y hoy, sábado 5 de julio, escribieron el epílogo para su vocalista OZZY, en un festival de puro, total y absoluto metal, bajo el nombre de “Back to the Beginning”

Black Sabbath, subjetivamente la banda más grande del Universo, y; objetivamente, una de las más grandes, pues; y es que su legado es impresionante y será eterno. Han sido influencia para miles de bandas, para millones de headbangers, y lo será para muchas generaciones posteriores. Pasarán décadas después de esta despedida, y habrá gente, muy poca, que desempolve algún LP de Black Sabbath, como reliquia y le ponga PLAY a todo volumen.

Una excelsa banda, que ha visto nacer y morir a grandes leyendas, a enormes músicos y también, desaparecer a decenas de otras. Pero SABBATH, no es la excepción. Han pasado por un sinnúmero de pérdidas, de cambios, de peleas entre ellos y las familias, discusiones entre amigos, debates y juicios por el nombre y anécdotas más; pero, a fin de cuentas, hoy sábado, se volvieron a juntar de una manera tan emotiva aquellos cuatro jovenzuelos, convertidos ya en unos adultos y ya de la tercera edad.

Pero eso sí, OZZY, cantó sentado en una majestuosa silla, ad-hoc para el Príncipe de la Tinieblas, y sus tres amigos, aún enteros y tocando apenas cuatro canciones, con muchas ganas, poder y un éxtasis que provocó una explosión en mi alma, una implosión en mi cerebro y derrames en los lagrimales como nunca.



Y no es para menos, si la emoción y las lágrimas ya habían salido con aquel LIVE AID, con aquel tributo a MERCURY, con el LIVE 8, con los servicios fúnebres de DIO y de LEMMY… ahora sucedió con OZZY, IOMMI, WARD, BUTLER y algunos otros personajes leyenda.

Increíble que una banda ya legendaria pueda levantar almas al mismo tiempo, en todo el mundo, al unísono de empuñar los “cuernos de METAL”, porque es en símbolo de paz, libertad y mucha satisfacción.

Y toda esta gran historia con tan sólo 19 álbumes en su haber, algo que ninguna, pero ninguna banda de esas modernas, podrá siquiera llegarles a los talones.

Una estupenda historia que se ha edificado con mucho esfuerzo, talento y persistencia; y que han navegado contra corriente en muchas ocasiones, contra religiones, iglesias, sociedades de padres de familia, grupos pendejos de intolerancia y muchas “tías solteronas” por llamarles así. No ha sido fácil. Yo estuve en San Luis Potosí, bajo piedras, botellas y un desmadre cabrón con una batalla campal entre granaderos, policías municipales y fans que habían pernoctado fuera del estadio, y que venían del interior de la República. Y para rematar me secuestré a mi hermano Oscar, pequeño, para acompañarme esta gran aventura.

Pero luego pisaron suelo azteca, con el Dehumanizer Tour, en CDMX aquel 8 de noviembre de 1992 en  el Palacio de los Deportes, al cual asistí totalmente "desahuciado" (pero esa es otra historia). DIO fue el vocalista.

He visto como crecen, o… crecemos, ya casi durante estos casi cincuenta y dos años de ser fiel SABBATH FAN.

Los he visto bajo BLACK SABBATH, HEAVEN AND HELL y también como solistas.

Boleto de aquella gran experiencia, en S.L.P.


Son parte de la vida de muchos Metalheads, son ya una influencia en la vida de muchos nosotros; y justo por eso porto con orgullo el tatuaje en los nudillos izquierdos con cuatro letras que representan toda una era: “O-Z-Z-Y”.

En fin, musicalmente, llegó hoy.

¡Enorme foto!
Los cuatro jinetes del Apocalipsis, emergiendo de las Tinieblas.


Ozzy se despidió, sentado, aguantando y superando por unas horas al mal de Parkinson. El apoyo de sus amigos, de sus fieles fans y de Sharon, hicieron que lograra lo que parecía imposible: cantar cuatro canciones.

Estas son unas humildes líneas, apenas para agradecer a BLACK SABBATH y a todos sus grandes músicos que han desfilado por su line-up, tanto placer, tantas emociones, tanta música y muchísimo gozo.

Y mientras IOMMI siga de pie, habrá BLACK SABBATH por muchos años.

Enorme momento: ver a Rhoads en la pantalla.

Enorme faltante:  que JUDAS PRIEST tocara hoy, pero la fecha se les encimó, pero se redimieron con el cover de WAR PIGS que lanzaron esta misma semana.

BLACK SABBATH por los siglos de los siglos.

OZZY, por siempre.

 

Y que HENRY, el ángel de la guarda, los cuide y los proteja.



Julio 5, 2025.


CUANDO VUELVAS

Cuando Vuelvas



He probado el vino,

he probado el insomnio
he probado tus silencios por mensaje
y nada se compara
con el sabor de tu ausencia
cuando me ataca en la madrugada.

Te quiero ver, SWT.
sin filtros, sin miedo,
sin esa maldita distancia
que juega a ser celosa
y se interpone
como si tuviera algún derecho
sobre nosotros.

Hace mucho que no te veo
y, ¡me lleva!
me haces falta como el aire en la ciudad
cuando el calor aprieta
y todo parece derretirse,
menos este amor que tengo por ti.

Nos queremos enamorar
como dos idiotas que no aprenden,
como si el mundo no fuera un circo en llamas,
como si el reloj no nos escupiera
su “no es el momento”
cada vez que hablamos.

Pero yo digo que sí.
sí es el momento.
sí quiero ir, si quiero que vengas
sí quiero que nos veamos
y que me beses
como si no hubieran pasado
ni los días, ni los kilómetros,
ni los mensajes no leídos.

Porque cuando te abrace, SWT,
el universo se va a callar.
porque tus labios,
más que piel,
son pacto.
y yo estoy listo
para sellarlo
una, dos, todas las veces que haga falta.

Ven.
No le des más cuerda a la espera.
Haz que este poema valga la pena
y dime que sí,
que también mueres por verme,
por tocarme,
por amarme
como si el mundo se fuera a acabar
pero a nosotros nos diera lo mismo
si es en tus brazos
donde todo termina.

Junio 1°, 2025

MONSTERS OF ROCK 2025

MONSTERS OF ROCK 2025

OPETH & JUDAS PRIEST

Por Carlos Zaldívar


"¡Judas Priest desata el infierno en un épico torbellino de metal!"

"Judas Priest forja una noche legendaria, donde el acero del heavy metal resuena eternamente."

"Judas Priest, arquitectos del caos metálico, erigen un monumento sonoro que desafía el tiempo en una noche de gloria eterna."


¡Vaya experiencia tan brutalmente excelsa! Y no se para menos, ya desde noviembre 2024 tenía mi boleto para el MONSTERS OF ROCK en CDMX, y lo que (para mí) será el mejor concierto de 2025, con tan sólo dos bandas de primerísimo nivel.

Y llegó el día de STAR WARS, para que justo en este 4 de mayo reciente, arribara en punto de las dos de la tarde al recinto de Avenida de las Granjas, la majestuosa Arena de la CDMX, y una ligera lluvia fungió como un entremés para abrir apetito a lo que sería un exuberante menú de puro, total y absoluto METAL.

Le espera casi fue eterna desde mi arribo hasta las nueve de la noche en que los suecos de OPETH (banda legendaria, activa desde 1990) abriera con “S1” (Statistics 1) de su reciente producción “THE LAST WILL AND TESTAMENT”, y le siguieran: “Master´s Apprentices “, “S3”, “Ghost of Perdition”, “In My Time Of Need”, “Sorceress” y la majestuosa “Deliverance”. Estos escandinavos dieron cátedra de lo que es un sonido perfecto, un metal exageradamente fino, una instrumentación impecable y letras exquisitas. Opeth, es una de esas bandas que merecen un altar en nuestra sala de audio.

Fue un setlist con apenas, siete canciones… ¡pero qué canciones! De alto octanaje y una perfección inimaginable. Opeth, por siempre. Y los vi, por primera vez, en el Circo Volador, en aquel noviembre de 2003 en su primera visita a la “selva de asfalto”.

La satisfacción fue inmensa. Terminaron y vendría el plato fuerte.

Unos días, antes del momento de JUDAS PRIEST, en su canal se compartieron algunos videos que mostraban a Halford caminando despacio, apoyado con un bastón y en otros, respirando oxígeno directo de un tanque; lo que causó dudas y polémica sobre su estado de salud y su performance en el escenario, amén de la voz, y todos llegamos con expectativas diferentes.



Mi estado emocional estaba altísimo y mis expectativas muy por arriba, tan sólo por la nostalgia de haberlos visto en el Irvine Meadows, California, en aquel 29 de julio de 1984, justamente mi primer concierto, y les dejo el setlist de aquella ocasión:

Love Bites, Jawbreaker, Grinder, Metal Gods, Breaking the Law, Sinner, Desert Plains, Some Head Are Gonna Roll, The Sentinel, Rock Hard – Ride Free, Night Comes Down, The Hellion, Electric Eye, Heavy Duty, Defenders of the Faith, Victim of Changes, The Green Manalishi, Living After Midnight, Hell Bent for Leather y You’ve Got Another Thing Coming… y a la salida de aquel recinto, sonaban los coros de “Defenders of the Faith”. Un tour espectacular y del cuál siempre lo llevaré tatuado en el alma.

Y tuve la enorme fortuna de ver a Rob Halford, K.K. Downing, Glenn Tipton, Dave Holland y al eterno dueño de la banda: Ian Hill.



Siempre que han pisado suelo azteca, los he visto, y ahora, a casi 41 años después de aquella presentación, los vuelvo a ver, con algunas décadas encima, y algunos cambios en la alineación.

Y en punto de las diez de la noche con treinta y cinco minutos, las sirenas de WAR PIGS comienzan a retumbar en el recinto, y enloquecieron a todos los feligreses del metal, congregados en la Arena. BLACK SABBATH fue un entremés auditivo para encender al público, y la piel se erizó.

Una manta con la intro, ya lucía tras el escenario, y luego de unos segundos, las luces se apagaron, y comenzó “Clarionissa” para ofrecer una intro, a lo que sería una magnífica obra de arte audiovisual.

Nuestro amo, señor e ido, Sir Robert Halford, salía ya tras bambalinas y comienza el estruendor perfecto con “Panic Attack”. ¡Madre! Una maldita y puta emoción indescriptible, carajo.



Ian Hill, atrás, junto a Scott Travis, y al frente Richie Faulkner con Andy Sneaps, en representación al miembro oficial GLENN TIPTON. Y la cohesión de esta alineación lucía en un ambiente magistral. Ni una pausa de uno o dos segundos y se siguieron con “You’ve Got Another Thing Coming”; no mamen, comenzaron con los grandes cartuchos, tal y como debe ser, porque fue un setlist perfecto.

Siguió “Rapid Fire” y yo me mantuve al frente, junto a la valla, amarado a ella, para nadie, en el slam o la locura, me quitara de ahí, grité, canté y tuve una serie de orgasmos cerebrales inconcebibles. Continuaron con “Breaking The Law” y nuevamente, la piel erizada, y grandes recuerdos que tengo con esa obra maestra, muchos.

La energía, el ímpetu y la adrenalina, nunca bajaron de nivel.



Siguieron con “Riding on the Wind”, y “Love Bites”, y fue con ésta, que me remonté en tan sólo dos segundos, al área verde del Irvine Meadows de aquel 1984. Espectacular motivo para otro orgasmo cerebral. Y volví a emocionarme, muy cabrón.

Sonaron a continuación “Devil’s Child”, “Saints of Hell” y la joya de su reciente álbum “Crown of Horns”, y mi voz a todo lo que daba, caray.

Rob, en el escenario comprobó que está bien y casi entero de salud. Su voz, caray, casi impecable con en la década de los ochenta, y con un poderío tremendo que sucumbió a toda la delegación Azcapotzalco. Fuimos testigos, de ver a un Rob que prometió regresar con la banda, muy pronto. Un Rob, completo y que no pareciera que tuviera ya casi 74 años. Un Rob con ganas de cantar, porque esas vienen del alma y del corazón… de METAL.

Llegamos a pensar que la banda tocaría alrededor de una hora, pero enorme sorpresa nos llevamos, porque el rendimiento fue para un poco de más de dos horas. Eso es entrega al público, y se llama “pasión”.

Continuaron con “Sinner”, “Turbo Lover” y la homónima de su reciente producción (2024) “Invincible Shield”, así que se imaginarán, la conmoción que abarrotaba a la Arena.

Y entonces, siguió una eminente rola, con la cual Rob demostró el poder de su voz, una que imposible que algunos seudo cantantes de hoy, puedan llegarle, a los talones y que algunos cantantes profesionales, se le pudieran acercar. Y hablo de la maravillosa “Victim of Changes”, motivo audiovisual para tener orgasmos en serie con exceso de placer.

“The Green Manalishi (With the two Prong Crown)” fue la que siguió y el nivel de emoción se incrementaba. Es una estupenda composición de Fleetwood Mac, que Priest la ha enaltecido tanto, que es un “must” en su repertorio.

Scott Travis, se lucía con un solo en la batería y yo supe que vendría una rola muy esperada, porque grabaría una parte y se la dedicaría a mi hermano del alma, Mauricio, que justo, antes del concierto, pedía: “Painkiller”. ¡Madres! Una estupenda intro en percusiones para que los tambores golpearan fortísimo al recinto, y gritamos al compás de “He is the painkiller, this is the painkiller”.

Por cierto, un mil gracias a mi otro hermano, Diego, quién alivianó a mi voz, con una exquisita cerveza oscura. ¡Gracias, bro!

De igual manera, “Painkiller” me trae viejos recuerdos, principalmente con los Sultanes, Memo y Mauricio, de una manera muy placentera.

El tiempo ni existía en esos momentos, y llegó “The Hellion” & “Electric Eye” para continuar con tan tremenda comunión, en símbolo de un post evangelio; fue un encore asombroso.



Y en ipso-facto, las luces se apagaron y la adrenalina al máximo, a punto de explotar, tan sólo de escuchar el poderío de la HARLEY DAVIDSON, y las lágrimas tocando puerta para salir, porque Rob, montado en la motocicleta, portaba muy orgulloso un sombrero charro, muy mexicano. Nos pegó en el alma ese momento… y se arranca con “Hell Bent For Leather”.

Sabía que el final estaba por llegar y también que faltaban muchísimas canciones, pero bueno, justamente para despedirse, comenzó a sonar la formidable “Living After Midnight”, y justamente ya pasaba la medianoche, y era momento para rockear, para enfiestarnos y para amar (claro que te tuve en el pensamiento en cada momento, eh) y la adrenalina y cánticos, al máximo.

Reverencias, fotos, gritos y la despedida, llegaron; y recibimos la bendición de Rob “Metal God” Halford para quedas muy satisfechos y felices. Y la frase que nos motivó y nos llenó de mucha prosperidad, fue leer la frase, atrás, en la enorme pantalla: “The Priest Will Be Back”, y nos dio mucha esperanza.

Ahora, solamente nos queda agradecer y seguir con nuestra “Heavy Metal Way of Life”, por siempre y para siempre.

Judas Priest, por los siglos de los siglos.

Y la cereza del pastel, el momento más sublime fue al ver a GLENN TIPTON, en video, en la enorme pantalla detrás de Travis, tocando su poderosa guitarra y escuchar sus riffs, y ver a la banda, haciéndole reverencia, humildemente. ¡Enorme momento!

Por siempre, GLENN.

Rob & Glenn


 

Insomnium. La perfección.

INSOMNIUM

Devastador y aplastante cátedra de metal fino.

Por Carlos Zaldívar

 

Ya, a una década que el “Shadows of the Dying Sun” llegara a mis manos, y quedé muy, pero muy satisfecho. Insomnium es el autor de tan semejante joya, editada en 2014. De ahí me fui al primer álbum, de 2002, nombrado “In The Halls Of Awaiting”, pero cometí el error de ya no darle seguimiento a esta enorme banda de Death Metal Melódico.

 

Fue hasta la pandemia de 2020 que volví a retomar la discografía de estos finlandeses, y sorpresa que me llevé al disfrutar “Winter’s Gate”, de 2016 y “Heart Like A Grave”, de 2019. Me convertí en un fiel seguidor.


 

Y fue justo para inicios de 2023, que editan una verdadera joya, un álbum perfecto, bien elaborado y que llegó, para finales de ese año al primer lugar de mi Top 10 de álbumes anuales. Una estupenda obra maestra, carajo. El título de tan tremenda obra magistral es “Anno 1696”.

 

Insomnium es una banda ya de antaño, que da a luz en 1997 y este “Anno 1696” es apenas su noveno trabajo discográfico. Bien elaborados, conceptuales, trabajados, pensados y ejecutados; son, todos sus álbumes. El reciente, en cuestión, es una obra en dónde profundiza en su característico sonido melancólico y atmosférico. La banda finlandesa, una vez más, nos sumerge en un mundo de oscuridad, introspección y belleza melódica.




Las voces, limpias, agudas y guturales son perfectas; de hecho, la voz es el instrumento más complejo en la banda, sutil y exuberante. Sublime, insisto. Las guitarras crean atmósferas densas y envolventes, mientras que los teclados añaden capas de melancolía. Los solos de guitarra son emotivos y llenos de sentimiento, encajando perfectamente en el contexto de cada canción. La batería proporciona un ritmo sólido y contundente, creando un contraste interesante con las melodías más lentas y atmosféricas. Los cambios de tempo y dinámica son utilizados de manera efectiva para construir tensiones y liberaciones emocionales; y admirar en vivo a esta banda, ha sido uno de los mayores placeres en vida.

 

Insomnium, como buenos finlandeses, llevan la delantera y por una enorme ventaja, en cuestión educativa, académica, y obviamente, cultural e intelectual; y para muestra, esta este álbum. Insomnium continúa explorando temas como la muerte, la pérdida, la soledad y la melancolía. Las letras son poéticas y evocativas, creando imágenes vívidas que transportan al oyente a un mundo de sombras y misterios. El título del álbum hace referencia al año 1696, lo que sugiere una inspiración en eventos históricos. Sin embargo, las letras son más bien universales, abordando temas atemporales como la condición humana y la búsqueda de significado, de la vida misma.




Anno 1696, es la combinación perfecta entre belleza, oscuridad, finura, densidad y placer auditivo. Voces e instrumentación, excelsos.

 

Y bueno, desde 2023, soñaría en que algún promotor pudiera traer a esta banda a México. La banda salió de gira con este disco, y Alex Corral tuvo la fortuna de verlos en vivo en Hungría, en el famoso “Barba Negra”, en Budapest, Hungría; y obvio, la envidia se apoderó de mí. ¿Es tan difícil traer al país a una banda de este calibre?

 

Y apenas algunas semanas más tarde, se anuncia… INSOMNIUM en la Ciudad de México. ¡Impacto emocional que recibí! Y en ipso – facto, adquirí mi boleto, y comencé a contar los días para el último día de noviembre de 2024.

 

El Foro 28, sería el recinto sagrado en recibir a los finlandeses. La espera se hizo eterna.

 

No daba crédito a que finalmente vería a esta alineación, presentando el mejor disco de 2023 (para mí) y me autoproclamaba como “afortunado”. Querían que Cronos apresurara su trabajo, y finalmente, con mis amigos, Brenda, Ricardo y Axel, llegamos en punto al recinto de San Cosme.

 

Como siempre, llegamos con la duda del aforo, la capacidad y sobre todo el sonido y la ecualización; que han sido los talones de Aquiles en muchos recintos nacionales.

 

Las dos bandas teloneras tuvieron problemas con un amplificador y algunas conexiones, pero bueno. Todo pintaba para un “más o menos”. La segunda banda, de Monterrey, muy buena, pero al sonido le faltaba potencia. Me estaba predisponiendo.

 

Y vaya, que en punto de las 10 de la noche, se apagan las luces y comienza la introducción para 1696, una estupenda composición de Niilo Sevänen, quien, de hecho, es el autor de todas las canciones. En esas maravillosas líricas se refleja el nivel cultural e intelectual, conceptos que siempre he pregonado para medir el plomo de perfección de una banda. Simple como eso.

 

Pero con ese comienzo, y el poder del sonido, la piel se erizó. Era el sonido perfecto. El ingeniero responsable hizo su trabajo bastante bien, y la banda sonó increíblemente perfecta, tanto en los instrumentos como en la voz; fue una ecualización muy profesional; y obvio, mi mente, alma y cuerpo lo reconocieron a la primera. Estaba presenciando lo que a finales de diciembre puede ser catalogado como en mejor concierto de 2024.

 

Siguió “Valediction” y luego se aventaron una excelsa rola que me encanta, “White Christ”, para luego seguir con “Ephemeral”, “Lilian”, “And Bells They Toll2” y “Unsung”. Ya el ambiente estaba prendidísimo, y los gritos y cánticos de “Insomnium, oh ehhh, oh ehhh, oh ehhh”… ensordecían a los presentes ahí. Son momentos que ya están tatuados en mis neuronas y venas.


 

Continuaron con “The Witch Hunter”, “Mortal Share” y “Song Of The Dusk”, para despedirse e irse tras bambalinas, pero… exigíamos más. Tienen material para ofrecer una gran cátedra de por lo menos cinco horas, pero bueno, el tiempo siempre lo tienen medido.

 

Y en encore llegó, para colocar la cereza del pastel con “The Primeval Dark”, “While We Sleep” y “Heart Like A Grave”; y fue que el punto final, lo pusieron al aventar algunas plumillas y la baqueta al público.

 

¡Maravilloso sentimiento de placer! Y al mismo tiempo de nostalgia, porque sé que algún día regresarán y sin saber fecha, puedo ya contar los días. Es una banda que tiene un gran camino por recorrer y mucha inspiración para compartir en su música.

 

Insomnium, simplemente es una puta, brutal y sublime hermosura de Death Metal. Punto.

 

Por los siglos de los siglos.


Especiales saludos a mis acompañantes, Brenda, Ricardo & Axel. ¡Gracias!



 

Carcass. Qro. 2024.

CARCASS EN QUERÉTARO

Los ingleses aplastando al Latino

Por Carlos Zaldívar

Aquel febrero del ’92 cuando la descolgada de bandas internacionales abasteció a la otrora Catedral del Metal Mexicano, con lo mejor de su repertorio, brutalidad y gran abanico de álbumes. La oferta era inmensa, y el sueño de ver a nuestras bandas, finalmente EN VIVO, se estaba concediendo. Pudiera extenderme por cuartillas para detallar lo que sucedió en los últimos años de la década de los ochenta y en el primer lustro de la década de los noventa, pero en aquel año, arribó CARCASS.



Las ahora leyendas, Jeff Walker y Bill Steer, ya habían formado la banda desde 1986, con el que ahora es un considerado un álbum de culto, difícil de conseguir en LP, una joya invaluable y que responde al nombre de “Reek of Putrefaction”. ¡Quién se lo fuera a imagina, luego de tan semejante censura por su portada!

Ese Reek, fue editado en 1988 con una portada bastante desagradable a la vista y por la imaginación, seguramente provocando una serie de emociones sin sentido. Una portada que contiene fotografías reales de autopsias, con órganos humanos, unos arriba de otros, como si fuera un mercado sobre ruedas. Una portada fortísima para la época y para los “aleluyos”, quienes fueron los primeros en saltar en contra de la banda.

Pero bueno, CARCASS llegó aquel febrero de 1992 a la Arena López Mateos, a la que todos bautizamos como la Catedral del Metal Mexicano, para ofrecer un estupendo concierto. Estar ahí, y recordar aquellos momentos, en que escribo estas líneas, hace que mi piel se erice de nuevo; e insisto: “Pinche Jorge, me haces falta”, haciendo referencia a mi cuñado que era mi compinche en la gran mayoría de conciertos de aquella época.

Carcass arribaba y la emoción era altísima, y la enorme anécdota es que, en algún momento, coincidimos Jeff Walker y un servidor, en los mingitorios de los baños, y deprisa, obtuve un cassette casero y pirata con el “Reek” para que Jeff plasmara su firma en él. Hoy, atesoro este cassette y es el comprobante de que “ahí estuve”, con Carcass en la Catedral, y con Jeff, en los baños.

Y pasaron lustros, y vi crecer a la banda, y de pronto se apagaron. Y pasó más de una década sin noticias de ellos, pero el METAL resurge y ellos vuelven a las andadas.

Jeff y Bill regresan a los escenarios en 2008 y se ponen a trabajar en un nuevo álbum, mismo que logran editar en 2013, bajo el nombre de “Surgical Steel”, infaltable en tu colección.

Carcass regresó un par de veces y los pude ver en el Hell & Heaven, 2023 en Toluca.

Larga vida al metal. Y de pronto pensé, “que ya es hora de que regresen al país”. Y bueno, pues Carcass complació otro de mis sueños: “Carcass haría una gira por Latinoamérica” y pisaría tierra queretana, y debía estar ahí.



Programado para el jueves 28 de noviembre, en el ya medio conflictivo Club Latino, y con boleto en mano, comenzó la espera para el arribo de los ingleses. Carcass es garantía, pero en ese recinto mis dudas sobre el sonido aparecieron (ya había sucedido con Yoth Iria) pero bueno…

Y entonces, ya en el sitio, abrieron un par de bandas, buenas y con un sonido aceptable, y claro, una que otra batalla con el ingeniero de sonido, y al fondo, una batería impecable, lista para Daniel y sus baquetas.

Terminaron los teloneros, y vaya puta sorpresa que me llevé, el sonido fue perfecto, la voz de Jeff, la potencia de la batería, la nitidez de las guitarras y el bajo, fue perfecto, todo sincronizado en tiempo y con un altísimo nivel de decibeles. ¡Quiero morir sordo!

Una enorme banda de primer nivel, y para muchos, y considerada una banda de culto y de las más grandes del planeta, con apenas siete álbumes en su haber. Maravillosas todas las rolas de cada uno de sus discos.

Y en vivo, pues fue toda una experiencia visual auditiva que causó varios orgasmos cerebrales, pues se arrancaron con una intro espectacular y “Buried Dreams” para abrir apetito.

Le siguieron “Kelly’s Meat Emporium”, “Incarnated Solved Abuse”, “No Love Lost” y esa maravilla de “Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate”; la voz de Walker lucía perfecta, yendo de unos agudos fuertes a los graves finos y guturales galanes.

Continuaron con “Dance of Ixtab”, “Black Star / Keep On Rotting In A Free World”, “Genital Grinder / Pyosisisfied”, “Exhume to Consume”, “Corporal Jigsore Quandary” y la emoción de estar ahí presente frente a Walker, crecía, haciendo remembranzas a los momentos de aquel año del ’92.



Y para terminar este tremendo agasajo, se aventaron “This Mortal Coil”, “Unfit For Human Consumption” y “Rupture In Purulence / Heartwork” como encore y poner la cereza a este sublime pastel.

¡Carajo, qué concierto tan perfecto! Una de las mejores bandas del planeta, de Death Metal.

Larga vida a Jeff Walker y a Bill Steer.


Arch Enemy. Qro. 2024.

ARCH ENEMY, Querétaro 2024

La tremenda voz de Alissa y el slam detenido en el Metropolitan.

Por Carlos Zaldívar



Angela Gossow, mi enorme crush y soñaba con verla en vivo, y bueno, pues ese sueño sucedió aquel 9 de mayo de 2006, cuando Arch Enemy pisó suelo azteca y se presentó con la gira “Doomsday Machine”, en el Circo Volador.

Y fue justo un sueño, estar en el Circo Volador aquella fecha y escuchar la dulce voz de Angela, y segundos después, sus guturales. Hermosa diva del metal.

Fue un sueño hecho realidad, escuchar “We Will Rise” en voz de la diva Gossow. Y bueno, el recuerdo perdurará. De hecho, el cambio de voz de Johan a Angela, hace casi más de veinte años, estuvo mejor, fue más potente y brutal. Angela fue la ideal vocalista para la banda. Bueno, hasta que hubo el cambio actual, en 2015, en que la sueca Alissa White-Gluz sustituyó a la alemana Gossow.

Alissa es una extraordinaria voz, y con un performance brutal en el escenario, aunque en lo personal, me inclino un poco más hacia Angela.



En fin, y años después de aquel 2006, a casi 18 años, la banda regresa a una gira por Latinoamérica, haciendo escala en esta bella ciudad de Querétaro, y justo se presentaron el pasado 22 de noviembre en el Teatro Metropolitan. Apenas recibí la noticia y la piel se erizó y la adrenalina me avisó que debía adquirir mi boleto en ipso-facto.

Una banda que amo por ese coraje y esa alineación perfecta, en dónde Michael, Sharlee y Daniel han mantenido esa cohesión; amén de las composiciones, el nivel de líricas y la música. Carajo, Arch Enemy es una banda que no puede faltar en los gustos de un buen melómano; es una banda que te provocará satisfacciones auditivas.

Y entonces, ya con boleto en mano, llegó el viernes 22, y llegué al Metropolitan de Querétaro, con mis “Partners in crime”, Brenda y Ricardo.

A nivel del escenario y cerca de la primera fila, pude degustar auditivamente a la banda teutona y visualmente, a la diva sueca, Alissa. Claro, que se aventaron un setlist de primer orden, causando vaivenes de señales confusas entre la mente, el alma y el cerebro. De entrada, se descolgaron con “Deceiver, Deceiver” y luego prendieron con la exquisita “War Eternal”, caray. Es decir, comenzaron con los grandes cartuchos de su discografía.

Siguieron con “Ravenous”, “My Apocalypse”, “House Of Mirrors”, “Dream Stealer”, “Liars & Thieves” y la fantástica “The Eagle Flies Alone”, momento cumbre en que la garganta estaba a toda su potencia. Aunque el recinto de Querétaro no fue lo ideal para este género musical, se aceptó, por la calidad y finura de la música; pero sí, efectivamente si hizo falta el espacio para el “slam” de rigor.

Alissa prendió poder en el escenario y se transmitió a los fans que la adorábamos frente a ella, y continuaron con “First Day In Hell”, “Intermezzo Liberté”, “Sunset Over The Empire”, “No Gods, No Masters”, “I Am A Legend / Out For Blood”, “Dead Bury Their Dead” y la espectacular “We Will Rise” y fue cuando se sentía ya el final.

Siempre de pie el público, y cantando y gritando al ritmo de Arch Enemy. Y luego de unas ovaciones se fueron tras bambalinas, claro… a esperar los aplausos, gritos y desmanes de los asistentes, pidiendo el regreso para el encore.



Y entonces, fuimos más felices, porque regresaron a cerrar con broche de oro, pues se aventaron “Snow Bound”, y cerraron con la exquisita “Nemesis”.

Las luces se encendieron, y ya saben el sentimiento que se apoderó de nosotros.

Fue un tremendo concierto que encendió el ambiente en el Centro de Congresos y el Metropolitan, de hecho, a toda la ciudad.

Espero que regresen pronto.

C.Z.