Café bajo la lluvia.
En la terraza, bajo un cielo grisáceo,
la
lluvia danza, susurra un dulce abrazo,
mojando ligeramente nuestros pensamientos,
en este instante, de una cálida amistad.
Tus
ojos, estrellas en la tormenta,
brillan
con una luz que no se ausenta,
mientras
el café, tibio, nos abriga,
y
en cada sorbo, el corazón se liga.
No
estaba planeado
Pero me enredé en tus palabras,
Y no vi venir este sublime instante.
La
brisa fresca acaricia tu rostro,
y
en su toque, hallo un profundo gozo,
tu
risa, melodía en la lluvia suave,
hace
que el mundo entero, más bello, se grave
Y esas gotas de lluvia, resbalando por tu mejilla
Admiré el momento
Bajo
la lluvia, nuestras manos se encuentran,
y
el frío desaparece, la ternura nos ampara,
un
momento perfecto, sin tiempo ni fin,
donde solo existimos tú y yo, en este jardín,
determinísticamente, ¿Para qué?
Deseaba convertir cada gota en un beso en tu mejilla,
en la frente,
y
cada susurro de viento, mi caricia sencilla,
porque
en esta tarde de lluvia y café,
el momento lo hicimos sublime…
extraordinario...
Gracias, gracias, gracias.
En una tarde, no planeada.
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