EL LAGO DE LOS CISNES.




Isleta del Lago Menor, Chapultepec
Por Carlos Zaldívar

Majestuosa presentación de la obra El Lago de Los Cisnes. Desde la llegada a la Isleta y al clamor de la oscuridad, el escenario se iluminó para que los caballos y todo el personal del reino se presentaran ante nosotros.
Un escenario natural, donde se llevó a cabo la historia del Príncipe Sigfrido y su amada doncella Odette.

Las bailarinas en su excelente interpretación de los cisnes, el príncipe, los amigos y el hechicero hicieron de este ballet que los asistentes quedáramos totalmente inmersos en la historia.

Fuimos, de hecho, un personaje más.
Odette, bailarina interpretada por Aurora Vázquez, con la elegancia de un cisne blanco y la calidez del amor y ternura por su príncipe, se veía muy desenvuelta por todo el escenario.
Odile, ese cisne negro, tan seductor y tentador, dejaba entrever ese sugestivo cuerpo del deseo, atrapándonos a quienes tomamos por un instante el personaje de Sigfrido.

Jacqueline fue la bellísima bailarina de interpretar al cisne negro, y quien además cumplió con su última presentación. Al final, sus compañeros la despidieron calurosamente y lo mejor fueron los minutos de aplausos de nosotros. ¡Magnífico Cisne Negro!

La majestuosidad de este tercer ballet se lo debemos al compositor ruso Pyotr Illyich Tchaikovsky quien la estrenó en el Teatro Bolshoi en Moscú en 1877, aunque me hubiera gustado deleitarme con la obra original que duraba casi 3 horas y la tragedia era el final.

Esta ocasión el final cambió, como en muchos otros teatros y el tiempo se acortó.
¿Otro escenario? Pudiera ser difícil suplir a esta Isleta, encarnada en el Bosque de Chapultepec, como escenario para el Lago de los Cisnes.

¿La música? ¡Increíble! De hecho fue quien nos impulsó en cada nota y decibel a penetrar en el papel de cada bailarina y bailarín. La obra de Tchaikovsky es vasta y además de primerísimo nivel ya que en lo personal es uno de los padres del Metal. Esta obra, de larga duración, plasma en cada parte las emociones y sentimientos los cuales fueron interpretados por “los cisnes” en escena.

Bailar, no cualquiera y hacerlo con sentimiento y vivir la obra, mucho menos.
La obra estuvo a cargo de la Compañía Nacional de Danza el Instituto Nacional de Bellas Artes, México.

Thumbs UP!

Dedicado a mi hija Regina Elizabeth, que ya sigue los pasos de una extraordinaria bailarina.

1 comment:

Lourdea said...

Me hubiera gustado ir a ver esa obra en un lugar tan bonito y sobre todo porque fue interpretada por bailarines mexicanos. Gracias por compartir!