THE GARAGE REMAINS THE SAME
Por Carlos Zaldívar
Una jauría formada por más de cincuenta y cinco mil hambrientos de rock, (de los cuales poco más de diez mil fuimos más afortunados) nos descolgamos hacia el frente del escenario. Pantera externaba sus primeros acordes con Domination. La utopía de OCESA de repartir volantes indicando que todos debían permanecer en sus sillas, sentados y evitar pararse sobre ellas, ¿En qué planeta podría ocurrir eso? Y mucho menos con grupos como Pantera y Metallica (a Monster Magnet lo descalificamos). No puede haber ser vivo en la Tierra que pueda presenciar un espectáculo de tales grupos, permanecer sentado y aplaudir al final de cada rola. Y mientras los "Cowboys From Hell" apoyaban el gran slam, fuimos removiendo los grandes estorbos, representados por sillas de colores (oro, rojo, amarillo y azul); todas hacia los lados y atrás; obviamente también las vallas que dividían a dichas zonas. La euforia y desenfreno corrompía a algunos para poder llegar lo más adelante que pudieran. Casualmente las parejas que estaban al frente fueron consumidas por el pavor, el miedo y la sorpresa del gran slam que invadía al Foro Sol. Algo nunca antes visto en un concierto masivo con tremendo aforo. Recuerdo la última vez que presenciamos algo similar fue en mil novecientos noventa y cuatro cuando Sepultura trajo lo mejor del metal brasileño al gimnasio Juan de la Barrera.
El ambiente generado por el gran slam a los pies de Phil Anselmo continuaron hasta que llegaron Hetfield, Hammet, Newsted y el grandioso Ulrich. Y la fiesta continuaba.
Es cierto, esa bestia, ese monstruo que estaba dormido, por fin despertó; y fue una llamada de atención para los organizadores de futuros conciertos de metal en el ámbito masivo. Un ambiente similar a lo que se puede vivir en el Irvine Meadows de California. Siempre debe existir el espacio para el gran slam. Debe ser como la Catedral del Metal Mexicano, en Tlalnepantla, pero con una diferencia de cincuenta y dos mil individuos enfocados en un espectáculo metalero.
Los que no quedamos satisfechos de Metallica hace 6 años, esperamos demasiado para escuchar, sentir y emocionarnos con "Master of Puppets", "The Four Horseman", "One", "Battery", y otras que faltaron en aquella serie de 5 conciertos en el Palacio de los Deportes.
Ahora el Foro Sol tiene nuevos bríos, se rompió un hito en la historia de los conciertos en México. Ahora los conciertos serán comparados "antes de Metallica" o "después de Metallica"; concierto cuyo ambiente difícilmente será superado por otros metaleros.
A la una de la mañana del sábado todo era desolación, tristeza y melancolía en el Foro Sol. Ahora sólo nos queda esperar su retorno a esta gran urbe de asfalto.
Pantera y Metallica son sólo un ejemplo de la bendición que les da cierta divinidad a los grandes de la música para deleitarnos con poesías de voces e instrumentos. La luna llena adornó esa noche, y ahora tranquilamente el Señor puede bajar y tomar mi alma totalmente corrompida después de este concierto; y dejarme una nueva para su iniciación y corrupción.
Carlos Zaldívar
Mayo 1999.
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