El Autógrafo en la "Vintage T-Shirt" |
The
Eternal Beast
Por Carlos Zaldívar
I remember it
was plain as day
although it happened in the dark of the night.
although it happened in the dark of the night.
Apenas casaba la lluvia, todos estábamos ya dentro del recinto y en
cuanto se apagaron las luces la euforia se dejó venir: Paul subía rápidamente
al escenario. Lo acompañaba la banda regiomontana “Ira”. Apenas iniciaban los
primeros acordes de la primera rola cuando algunas pequeñas fallas hicieron que
Paul dejara de cantar. Todo
se detuvo. ¡Quedamos atónitos! Entonces Paul dijo: “Fuck, Let´s start over; this must be a wonderful show”.
Y ¡Madres! ¡Vuelven a empezar! Y ya no se detuvo; caminó de un lado
al otro del escenario durante todo el show y nos satisfizo con el mejor
repertorio de los álbumes “Iron Maiden” y “Killers”.
¡Espectacular! Salimos con mucho más ánimo y más ganas de “Paul”, la
voz original de la “Dama de Hierro”, Iron Maiden.
Esto que relato sucedió en el año 2003 en su primera visita a
México, en el Circo Volador.
Desde aquella vez Paul ha venido en otras ocasiones y ha visitado
más lugares en toda la República Mexicana. Ya pasaron 10 años de aquella
anécdota y en esta ocasión vino a despedirse de sus fans… los verdaderos fans
de Maiden. Ahora tocó el turno a la gira “The Farewell Tour” en todo el mundo.
Paul Andrews es todo un personaje, tan polémico en su vida personal
como en la pública, no mide consecuencias y en muchas ocasiones se contradice
en sus afirmaciones, por lo mismo que pareciera ser que la vida no es tan seria
para él.
Estar 3 años con Iron Maiden y editar dos álbumes oficiales le ha
valido el mejor de los prestigios y ha sido la llave a su éxito personal.
Apenas hace menos de 2 meses platicaba con mi metal brother, Armando
López y me comentó que Los Cerdos estaban en vísperas de anunciar una gran
sorpresa. ¿Ahora con qué desmadre saldrían?
A los pocos días anunciaba el flyer:
“Paul Di’Anno: Club 27 Live,
y como banda abridora, Los Cerdos. Junio 16”.
Y que la cuenta regresiva inicia el conteo. ¡Maravillosa noticia!
Amén de pensar en toda la logística, responsabilidad y aventura en que ahora
incursionaba la firma de “Pig Productions”. Todo un reto y estaba seguro que
bien lo valdría. Así que a colaborar con un pequeño grano de arena y me puse a
vender boletos.
No era cualquier concierto ni tocada de Los Cerdos, tampoco vendría
uno más del montón… ¡No señores y señoras! Simplemente vendría a suelo
mexiquense, una leyenda viviente del metal. Aquella con la que todos, o casi
todos crecimos. Una leyenda que marcó la pauta para el trayecto de una de las
bandas más grandes que haya visto este planeta: Iron Maiden.
Paul estaría nuevamente en México y merece todo nuestro respeto.
Con el conteo regresivo, la repartición de flyers y la venta de
boletos, cada día se acrecentaba la emoción y la prisa para que Cronos
adelantara el domingo 16 de junio. Era ya urgente una buena dosis al estilo
ochentero de puro, total y absoluto Metal “unplugged” y sin tanta parafernalia.
Rápidamente los boletos empezaron a circular por toda la ciudad y el
seguimiento al evento hablaba que sería una enorme despedida a un maestro de
las vocales, a un personaje a quienes muchos ya daban por “muerto”.
Así que, de pronto, nos vimos ya amaneciendo el domingo y con los
comentarios de que “ya estamos en camino” hacia el Club 27 Live. Paul venía de
San Luis Potosí, en carretera así que empezaron los comentarios de que llegaría
cansado, retrasado en tiempo y que probablemente no daría autógrafos al final
del concierto, como se nos había prometido. Pero así son muchos artistas y
lamentablemente “nosotros” hemos hecho las reglas, al no respetarlas y siempre
querer pasarnos de listos.
Pero ya el día estaba ahí y todos vestíamos ya nuestra “Headbanger
T-Shirt”. Todo listo para ir a recibir y despedir a Mr. Di’Anno.
En punto de las siete de la noche la llegada de Black T-Shirts se
descolgaba hacia el Club 27 Live en Atizapán y pocos minutos antes de las nueve
de la noche la bandota tributo a Black Sabbath and Friends, Los Cerdos, estaba
iniciando el sagrado evento de despedida.
Fue una magnífica presentación con un setlist corto y con mucha
potencia. De hechos ellos nos dejaron ya muy prendidos para que minutos más
tarde se escuchara un himno de bienvenida para el maestro de las vocales, Paul
Di’Anno… Del camerino al escenario, caminó lentamente, apoyado en un bastón
negro. Lentamente…
¡Madres! ¿Qué le había pasado en los recientes diez años? ¡Pero si
lo dejé muy bien en aquel entonces! Seguramente los excesos y el mal cuidado.
Entonces muchos estuvimos a la expectativa para cuando tomara el
micrófono.
En ese enorme trayecto, por su lentitud al caminar, lo pudimos
admirar, tomar fotos y sentimos todos, esa gran imponencia de su persona. Verlo
caminar y recordar toda su trayectoria musical nos erizó la piel. ¡Bienvenido
Paul!
Llego al pie del escenario y subió poco a poco los escalones, caminó
hacia el micrófono y todos estuvimos casi en total silencio y atónitos. “Una
leyenda viviente” (porque sigue vivo) estaba a unos segundos de tomar el
micrófono y darnos “instrucciones”.
¡Puta Madre! ¿Quién chingados dijo que Paul ya estaba muerto o que
ya no tenía voz?
La lenta llegada |
En cuanto tomó el micrófono, volteó y aventó su bastón, y al grito
de “Sanctuary” enloquecimos absolutamente todos, la euforia y en éxtasis
comenzaron a elevarse decibel a decibel.
No sé de dónde sacó tanta energía a los pocos segundos de haber
tomado el micrófono, pero seguramente tuvo que haber venido desde lo más
profundo del infierno, de ese lugar dónde el purgatorio está lleno de gente
esperando, pero Paul tiene influencias.
¡Increíble! Después vinieron las rolas de “Purgatory”, “Wrathchild”
y “Prowler” y Paul con una voz mejor que la de hace 30 años o más… Pura
energía, además que la banda es la misma que lo ha acompañado en sus escalas mexicanas,
los regiomontanos de “Ira”.
Brincamos, cantamos, gritamos y salimos de nuestras casillas ene mil
veces, al puro ritmo original de los “Early Years” de Iron Maiden.
Rola tras rola Paul se vio “entero” tras el micrófono, entre algunos
cigarrillos y algún vaso lleno con Jack Daniel’s, y como diría mi buen y
estimado amigo y colega Armando Gaona, fue todo un show “Vintage” de Iron
Maiden.
Llegó una rola propia “Marhall Lokjaw” y luego la esperadísima “Murders
In The Rue Morgue”.
Hell Yeah!
Por momentos recordé a aquel joven de 23 años cantando en el
escenario “Murders in the Rue Morgue”, con una vestimenta negra entallada, de
piel y cuero; estoperoles, greña abundante y negra, voz potente y brincando
entre los pocos amplificadores. Pero no, ahí estaba una persona de edad no muy
avanzada, y aunque con un cuerpo un poco cansado, sin cabello y con varios tatuajes
en brazos y cabeza; aún conserva una voz potentísima que hizo vibrar todo el
Club 27. Estuvo tan prendido el “Gig” que un verdadero fan no podía estar
sentado o inmóvil, así que durante casi todo el concierto estuve al centro,
entre slam y slam de uno que otro Headbanger.
Gratísimo encuentro con los “chinos” de mi mujer quien me alcanzó al
pie del escenario para rockear con “Killers”, “Phantom of the Opera”, “Transylvania”
y “Running Free”. Ésto, no tuvo precio… ni madre.
De igual manera, mi “Sister” Chela Bu, entre tanta brincadera me
jaló para que mi primo Hugo nos tomara una foto, muy fregona, mientras Paul
cantaba a nuestras espaldas.
De igual manera brinqué junto con mi metal brother Lalo Gayosso, en
varias ocasiones, y créanme mis queridas dos lectoras, son momentos que muy
pocos seres en la tierra podemos presumir; y más si se trata de hacerlo con una
leyenda del Metal ochentero.
Con “Remember Tomorrow” inmediatamente localicé a mi brother del
alma, Mauricio Coronel, y con los cuernos y brazos alzados pude brindar con él…
por la “Bestia”.
También bajo el escenario pude brindar, brincar y gritar al lado de
mi brother Eduardo Cárdenas. Como guardaespaldas tuve mucho tiempo a mi brother
Edu filmando y tomando fotos y obvio, extasiado de lo que estaba presenciando:
un evento histórico.
Ahí mismo me topé con mi otro brother, Armando López también para
cantar. De igual manera con mi bro Eddie y mi sis Jean “Chica Concierto”; y
hasta posé para mi bro, el “camarógrafo oficial”, mi buen Alex López.
Fue un placer haber convivido con mi brother del alma, sangre y
corazón, Hugo Zaldívar y con mi bro Jonathan Jarquin… me cae, que ¡“Fregonas”
Metal Sessions armamos!
Hicieron mucha falta Hugo Adriano; y por supuesto Pam y Ernie, y
como dice mi mujer: “Porque Paul es ancestro de ellos 2”. Un abrazo a ambos.
Para el encore, se guardó “Running Free” y un tributo a los Ramones
(o más bien al Ramone, ya que de los “varios” que tenía, sólo queda 1…) y se
aventó “Blitzkrieg Bop”.
Oídos tapados, sudor al máximo y un cansancio extremo no fueron
suficientes para seguir la fiesta y esperar la sesión de fotos y autógrafos.
Pero al filo de la una de la mañana, era yo más feliz: traía mi playera
autografiada, mis boletos y mi álbum de KILLERS. ¡Hell Yeah!
No hay palabra para agradecer tanta emoción a Pig Productions, a
todos mis brothers y sisters que asistieron y a toda la banda que se descolgó
al Club 27.
Estuvimos quienes debíamos estar. No hay más.
A Los Cerdos: Edu, Pipo y Fernie y al buen Armando L. por toda esta
aventura.
A Paul Andrews, por ser parte del Playlist de mi vida.