Diego Malpica


Diego Malpica Cárdenas
In Memoriam
Por Carlos Zaldívar

Vagué por varias universidades, investigando, y finalmente, perdiendo el tiempo me di cuenta, que tenía en “casa” la oportunidad de ingresar a una buena universidad. ¿Para qué buscar afuera?
Me presenté con el Rector de la UDEC (en ese entonces Universidad Doctor Emilio Cárdenas), platicamos en el patio y aquellas palabras fueron inolvidables: -“No te preocupes, yo te ayudo”- Eran los primeros días de la década de los noventa.
Anteriormente el trato con el rector, había sido estrictamente laboral, en cuanto al apoyo en proyectos nuevos en la universidad.
Aquel rector, cubierto en abrigo, boina y bufanda, era Diego Malpica Cárdenas, y digo que era, porque apenas esta semana… se nos fué.
La tristeza es inevitable, pero la fortaleza es mayor. Mi reconocimiento y agradecimiento hacia Él me impulsan a escribir estas pequeñas líneas.
Mi vida en CUDEC y en UDEC, ha sido, si no “La Mejor Etapa de Mi Vida”, una de las mejores.
¡Cómo no olvidar las enseñanzas de Diego!, sus consejos y también sus llamadas de atención. Ha sido el maestro, quien junto con sus hermanos aprendí a que las cosas se “hacen muy bien, o mejor no se hacen”, de quien aprendí que la ecuanimidad y la transparencia en las relaciones sociales, laborales y personales, son fundamentales para un mejor crecimiento en esos ámbitos.
¿Por qué cuando sentimos que aún nos falta aprender de algún maestro, éste se nos va? La naturaleza nos ha quitado a una gran persona, pero sólo ella sabe el verdadero motivo.
Ya pasaron más de dieciséis años de aquella entrevista para ingresar a la universidad, y casi veinticuatro de habernos conocido. Parece tan poco, porque estoy seguro que aún faltó tiempo para aprender más de él.
Fueron varios proyectos en los que estuvimos involucrados, directa o indirectamente en la universidad. A la UDEC la vi crecer, cambiar y evolucionar; soy testigo de sus grandes logros y también de algunos tropiezos. Corroboré la audacia de Diego para “regir” con firmeza y grandes estrategias a esta Institución.
Como miembro o amigo de toda la comunidad educativa, donde todos somos “familia”, tengo mucho que agradecer a uno de nuestros líderes; Diego, a quien debo en gran parte un “impulso en mi educación profesional”. Así lo viví.
Además de sus enseñanzas y mi reconocimiento a su trayectoria profesional, a su dedicación a la educación para los jóvenes, extiendo mi gratitud por su apoyo incondicional, por darme las oportunidades cuando las necesité, por sus consejos que siempre fueron bien recibidos y por estar al pendiente de mi desempeño académico.
Más que un excelente rector y director, fue un gran maestro, padre de familia (sin lugar a dudas), líder y amigo.
Asimismo, extiendo mi humilde felicitación a Ivonne, su esposa; a Emilio, Diego, Ivonne y Griselle, sus hijos, por fortalecer a ese gran ser humano.
Habrá personas que lo recordemos con mucho entusiasmo y dispuestos a seguir aplicando sus enseñanzas, y se escribirán miles de palabras de agradecimiento para Diego, en tanto que éstas, son simplemente una muestra del mío.
Mis condolencias y un afectuoso saludo para sus hermanos Carmen, Mario, Federico, Ramón y por supuesto a Alfonso.
Mis condolencias a toda la comunidad educativa del grupo CUDEC.
¡Mil gracias Diego!

Febrero 2007

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