CHURCHILL COLLEGE en NAYARIT
Los nayaritas conocen y conviven con “los del Churchill”
Por Carlos Zaldívar
En alguna ocasión, Mary, nuestra amiga y ex directora de TCS, me comentó: – “¡Que los chicos viajen! ¡Es importante!” –
Desde el primer día del primer ciclo escolar tuvimos en la lista de pendientes ese viaje, sólo era cuestión de organización de los alumnos y que los tiempos entre exámenes nos lo permitieran.
Hoy, en el intermedio del cuarto año de vida del Churchill College, se invitó a todos los grados a que se organizaran para ese viaje tan esperado.
Los alumnos del primer año estaban presionados y por cuestiones de logística pospusieron su viaje. ¡Esperemos que pronto se realice!
Los alumnos del último año, aún siguen ocupándose de sus exámenes de admisión a las universidades, y por pagar inscripciones, por lo que la logística de sus actividades no permitió que viajaran.
Así, los que gozaron y sufrieron la gran aventura de organizarse para viajar fueron los alumnos del segundo año, justo antes de empezar su cuarto semestre de estudios.
La empresa BS Educatours, representada por Marisa, fue la encargada de presentar diferentes proyectos de viajes, donde el objetivo principal es que los alumnos aplicaran y corroboraran los conocimientos adquiridos en las clases de biología y química, además de sensibilizarlos en ese entorno natural ya que forma parte de ellos mismos. Saber que podrían presenciar a las ballenas nos motivó a todos.
La presentación fue tan atractiva que como segundo paso se les presentó a todos los alumnos y a los padres de familia, quienes a primera instancia quedaron motivados para que sus hijos viajaran.
De aquí en adelante las encargadas del proyecto fueron las maestras Gina Valverde, maestra de Química; y Lupita Sánchez, maestra de Biología.
Sin más contratiempos, nuestros chicos partieron hacia Nayarit el 29 de enero de este año. Serían 5 días de travesías, aventuras y conocimientos nuevos.
Conocimientos que adquirirían, a través de conocer el proceso de elaboración del tequila, observar la biodiversidad en un manglar, ver la afectación de los cambios ambientales a esta diversidad y la manera en que afecta el ser humano a este ecosistema, y obviamente de disfrutar de esos grandiosos cetáceos.
Ese día, en la madrugada inició el recorrido y la primera parada fue en la ciudad de Tequila, donde se visitó Casa Cuervo para presenciar la elaboración del tequila y ahí se les ofreció la comida.
Posteriormente nuestras maestras y sus pupilos, continuaron el trayecto hacia Nayarit, llegando a la ciudad de Bahía de Matanchen.
Ahí visitaron un manglar donde se observó la biodiversidad de la zona; recibieron una plática donde se les habló de las variedad de especies de mangles: (el mangle rojo, el blanco y el negro), así como de la gran diversidad en aves. También observaron gran variedad de garzas y de reptiles, como cocodrilos y tortugas principalmente. También se hicieron observaciones de la buena conservación del ecosistema en algunos tramos del recorrido. Al finalizar el recorrido del manglar llegaron al cocodrilario, donde pudieron observar organismos de diferentes edades. En ese sitio se reproducen los cocodrilos, se les cuida y cuando estos alcanzan el año y medio de edad aproximadamente (o el metro de longitud) son liberados en la zona. Por lo que este centro es muy importante para la reproducción y liberación de individuos de manera que se mantiene en equilibrio el ecosistema.
Debo hacer un breve paréntesis y mencionar la emoción que noto en el rostro de las maestras Gina y Lupita, al relatarme sus experiencias y escribir estas líneas.
Al siguiente día salieron en pequeñas embarcaciones desde Punta Mita en la Bahía de Banderas para hacer los avistamientos de ballenas en Nuevo Vallarta. Tuvieron muy buena suerte ya que observaron un grupo de cinco individuos, el cual constaba de una cría con su madre y algunos escoltas, ballenas machos, que luchan por permanecer cerca de la hembra para asegurar la copula.
Es importante recalcar que nuestros “aventureros” asistieron a ese lugar bajo permiso especial y con bastante cautela, ya que existen “embarcaciones no autorizadas” que pueden asustar, y algunas veces hasta golpear, a los cetáceos.
Este avistamiento duro poco más de una hora y decidieron dejarlas ya que había muchas embarcaciones en la zona.
El segundo avistamiento fue sólo de una cría, pequeña con su madre, y duró muy poco ya que la corta edad de la cría y la poca tolerancia de la hembra hacia las embarcaciones hicieron que ambos se sumergieran y ya no pudieron observarlas. En ese recorrido se acercaron a las Islas Marietas (zona protegida porque es un importante refugio de aves migratorias) y algunos tuvieron la suerte de observar a una tortuga marina, una medusa azul “fragata portuguesa” y a algunos pájaros bobos de patas verdes y patas amarillas y otras especies endémicas.
También visitaron un centro de investigación donde se estudia a los mamíferos marinos, principalmente ballenas. Aquí recolectan la información de los especímenes varados, ya que de otra forma no se sabría nada sobre la especie. También vieron esqueletos de crías de ballenas jorobadas y de especies raras. Les explicaron la diferencia entre los misticetos (ballenas con barbas) y odontocetos (ballenas con dientes) que generalmente se confunden.
Al siguiente día en Nuevo Vallarta visitaron otro cocodrilario en las instalaciones académicas del CUC (Centro Universitario de la Costa) donde además de cocodrilos, también observaron tortugas, escucharon pláticas sobre la evolución de los cocodrilos y su relación con el medio ambiente, sus características físicas y sus adaptaciones al medio, que les ha permitido sobrevivir en su ambiente y permanecer igual en sus características físicas a lo largo de millones de años. ¡Maravillas de la naturaleza!
En la tarde visitaron el malecón de Puerto Vallarta y aprovecharon para conocer y comprar artesanía de la zona.
“Todos los días contamos con alimentos tipo buffet que fueron de gusto de todos. Por las tardes los guías del campamento organizaban actividades académicas lúdicas para retroalimentar los aprendizajes adquiridos durante el día, y disfrutamos mucho el aprender con diversión” – comentaron Gina y Lupita.
Durante el viaje los alumnos se fueron integrando y fue tanta la cohesión que en la última cena se sintió mucho compañerismo. Durante la fogata expresaron todos sus sentimientos y experiencias del viaje y del grupo.
“Los quiero mucho” – gritó Juan Pablo a sus compañeros.
El final de la aventura se acercaba, sabían que debían regresar a la ciudad y nuevamente a clases; eso si, con la consigna de planear otro viaje para el próximo ciclo escolar, no sin antes dejar huella de esta gran convivencia.
Al día siguiente, viernes, regresaron a México, cansados pero contentos, arribando al College a las 11:30 de la noche.
De nuevo en el College, continuamos con las clases.
Próximo destino: “Sorpresa”.
Febrero 2007
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