Judas Priest (2005)


Judas PRIEST
El Sacerdote regresa al trono a ejercer su Pontificado

Por Carlos Zaldívar


Una de las más grandes bandas que el mundo dio a luz y la humanidad vio nacer: Judas Priest. En ese mes olímpico de 1984, se presentaron en el Irvine Meadows de California. Compré mi boleto y finalmente iría a un concierto de uno de mis grupos favoritos. Fue el tour de “Defenders of the Faith”. Aquel escenario fue un monstruoso “METALLIAN” azul con rojos muy vivos… pareciéndose al mismísimo demonio. Al terminar el concierto desalojamos el anfiteatro al aire libre, con los coros de fondo de “Defenders… of…. the… Faith…”
Además del sentimiento emocional sentía tristeza, pues al siguiente día regresaba a la selva de asfalto, con la interrogante de cuando sería la próxima vez que pudiera estar en un concierto de Judas Priest. Hoy, veintiún años después han pisado suelo azteca por tercera ocasión. Pero antes que nada quisiera hacer una remembranza a su historia y el por qué es de las más grandes bandas musicales en toda la historia. Judas Priest navega con bandera inglesa. K.K. Downing e Ian Hill decidieron juntarse en 1970 para armar una alineación de Rock en su ciudad natal, Birmingham; guitarrista y bajista respectivamente, y obvio, buscaban a un baterista y a alguien quien pudiera tomar el micrófono. Así, se agregaron Alan Atkins (quien propuso el nombre de JUDAS PRIEST, pues así se llamaba la banda que él antes tenía y que lo habían tomado de la canción de Bob Dylan: “The Ballad of Frankie Lee and Judas Priest”, y de hecho la primera alineación de Judas Priest se formó en 1967 con Alan Atkins, Bruno Stapenhill y John Partridge) en las voces y en la batería al grandioso John Ellis. De esta manera iniciarían sus conciertos en 1971. Tomaron lo mejor de Black Sabbath y Led Zeppelin y de esta manera dieron origen a un nuevo sonido que posteriormente sería la consagración del heavy metal entre los años de 1975 y 1986. Durante los conciertos de 1971, John Ellis fue remplazado por otro baterista de renombre: Alan Moore; y a finales de este mismo año, Moore fue remplazado por Chris Campbell. Durante su gira por el Reino Unido en 1973, Alan Moore y Chris Campbell decidieron dejar la banda (creo que no le vieron gran futuro) y fueron remplazados por el vocalista Rob Halford (ahora Sumo Pontífice del Metal) y el baterista John Hinch. Para 1974 visitaron Holanda y Alemania, además de seguir en el Reino Unido y antes de lanzar su álbum debut, integraron a otro guitarrista: Glenn Tipton. Y en septiembre de ese año se lanzó “ROCKA ROLLA”. Para el siguiente año, Hinch deja a la banda y es remplazado nuevamente por Alan Moore y a finales de ese año, lanzaron “SAD WINGS OF DESTINY” (maravilloso álbum). Para 1977 firmaron con CBS y lanzan “SIN AFTER SIN” y es en este álbum donde Simon Phillips (Toto, Big Country y otros) remplaza a Alan Moore en la batería y posteriormente durante la gira norteamericana, éste es remplazado por Les Binks. Para 1978 regresan a Inglaterra y lanzan “STAINED CLASS”, que sirve como punta de lanza del heavy metal para muchas bandas europeas. Este movimiento se consolida con el lanzamiento mundial de “HELL BENT FOR LEATHER” (que en el Reino Unido se llamó KILLING MACHINE) y con estos álbumes otras bandas toman la influencia de PRIEST, tanto en su sonido como imagen (piel, cuero, estoperoles y gran potencia) para ingresar al movimiento del metal inglés que se exporta a todo el mundo. En 1979 lanzan el primer álbum en vivo desde Japón, “UNLEASHED IN THE EAST” y es aquí donde Les Binks deja la banda y es sustituido por Dave Holland, quien duraría mucho tiempo como discípulo de Halford; en 1980 lanzan “BRITISH STEEL” con los súper hits de “Breaking The Law” y “Living After Midnight”; en 1981 sale al mercado “POINT OF ENTRY”; en 1982 se lanza “SCREAMING FOR VENGEANCE” destacando las rolas “You’ve Got Another Thing Coming”, “The Hellion” y “Electric Eye”; dos años después, en el año olímpico de 1984 nace “DEFENDERS OF THE FAITH”. Es en este año cuando Metallica da sus primeros pasos en la escena del heavy metal. Para el año de 1986 Judas Priest lanza “TURBO” y se convierte en el primer álbum de Judas Priest en vender un millón de copias solamente en América; para 1987 lanzan otro álbum en vivo: “PRIEST… LIVE!”; en 1988 nace “RAM IT DOWN”; y para 1990 Dave Holland es remplazado por el inigualable Scott Travis (naciendo la alineación que da vida a la mejor banda de metal de todos los tiempos) y lanzan “PAINKILLER”. En esta época de inicios de los noventa, Rob Halford decide hacer una pausa en la carrera de Judas Priest y se dedica a dar oportunidad a jóvenes metaleros, formando bandas como FIGHT, TWO y HALFORD. Mientras tanto en 1996 Tim “Ripper” Owens toma control de las vocales de Judas Priest para sacar en 1997 el álbum “JUGULATOR”; en 1998 lanzan “LIVE MELTDOWN” en vivo; 2001 ve nacer a “DEMOLITION” y poco tiempo después editan el DVD de la misma gira: “DEMOLITON, LIVE IN LONDON”. Todos estos álbumes han estado acompañados de decenas de cd’s en vivo, dvd’s de conciertos, y por cierto existen copias de conciertos de Black Sabbath con Rob Halford en las vocales, el más reciente de 2004 en Philadelphia. La primera vez que visitaron nuestro país (con The Ripper en las vocales) fue como teloneros de Megadeth en 1998 en el Palacio de los Deportes; y para el 2001 regresan por segunda ocasión llevándose un rotundo éxito como banda principal en el Teatro Metropolitan. Posteriormente en la gira de HEADBANGERS en enero del 2001 viene Rob Halford con su banda: HALFORD, y además de su propio repertorio, incluye 2 rolas de Judas Priest: Living After Midnight y Breaking The Law, y es aquí donde nos heredó un buen sabor espiritual, y nos sedujo a no perder de vista su carrera y el posible de regreso al micrófono con Priest. Era necesario, pues nunca será lo mismo ver a “otro” que no sea Halford rodeado de sus discípulos Tipton, Downing, Hill y Travis, paseándose en su Harley por el escenario. Y así sucedió. Judas Priest visita por tercera ocasión la ciudad de México y por primera vez con la alineación más fuerte que haya tenido: con Rob Halford en las vocales. La emoción que sentimos al recibir la noticia de la llegada de Judas Priest nos invadió de pies a cabeza y la adrenalina en nuestras venas y neuronas comenzó a viajar a grandes velocidades. Los boletos los adquirimos con casi dos meses de anticipación. Necesitábamos estar en misa con ese Sacerdote… con quien realizamos nuestra primera comunión hace ya casi treinta años. Deseábamos escuchar sus lecturas desde el “Rocka Rolla” hasta el “Angel of Retribution”. Y así sucedió. El sábado tres de septiembre de este año (después de celebrar la antífona de la comunión con una previa sesión de Judas Priest) nos dirigimos al domo de cobre, templo donde se ofrecería la homilía. Ansiosos e instalados ya en el primer nivel del santuario, dimos la calurosa bienvenida a Tommy Aldridge, excelente baterista que acompaña a Whitesnake en esta gira como teloneros de Judas Priest. Aldridge dio muestra de por qué es uno de los mejores cinco bateristas de este planeta, lleno de humanos, y pareciera que él se asemeja a uno de ellos. Aldridge ha tocado con Ozzy, Black Oak Arkansas, Pat Travers, Gary Moore (breve inclinación), Vinnie Moore, Ted Nugent, Thin Lizzy y Whitesnake entre otros. Arrancaron con “Burn” de Deep Purple y a partir de ahí la música comenzó a penetrarnos lentamente hasta llegar al orgasmo cerebral, y más aún, múltiple cuando vimos la increíble actuación de Aldridge en un solo de batería con baquetas, brincando, extasiado y ansioso por sacar a esa fiera que lleva dentro, aventando las baquetas, tocando con las manos, y finalmente golpeándola hasta encontrar el placer en sus tambores… y luego… descansó. La época de Whitesnake con Coverdale sigue en lenta decadencia, motivo por el cual Tommy Aldridge se lleva la primera y segunda lecturas… para luego dar la bienvenida al gran Sacerdote. Llenos de euforia y alcaloides en nuestros fluidos internos y en punto de las nueve horas con treinta y cinco minutos… se apagaron las luces, y desde el fondo de las tinieblas aparece el “ojo eléctrico” en una manta enorme y llena de azules vivientes. En ese momento sabíamos que Rob aparecería de entre la oscuridad con su sotana oscura. Tipton, Downing, Hill y Travis ya estaban entrados con “The Hellion” como introducción para “Electric Eye” y así iniciaron los altísimos decibeles y conforme avanzaba la rola, Rob apareció. ¡Fabuloso! Estábamos frente a toda una leyenda del metal. Halford ahora con muchos más años (recordando ese video de “Rocka Rolla” de 1974 cuando apenas era un jovenzuelo veinteañero con larguísima melena rubia) y con mucha más experiencia, madurez y algunos tatuajes en la dermis cerebral. El escándalo, griterío, euforia y alabanzas a una de las bandas más grandes de rock en el planeta, estaban sacudiendo al domo. Primera vez que sentí que el recinto de Churubusco y Añil estaba gozando de movimientos telúricos locales. Nuestros cuerpos vibraban al compás de la voz de Halford. Continuaron con “Metal Gods”, esa rola que tanto honor hace a sus creadores; y al término de ésta, Rob recorrió de derecha a izquierda saludándonos, con su brazo izquierdo simulando la bendición que todos merecíamos y habíamos esperado tanto tiempo. Recibimos su bendición placenteramente y a sus palabras de “Viva México” continuaron con “Riding in the Wind” tal y como se inicia el álbum “Screaming for Vengeance”. Los paseos de Halford en el escenario eran lentos, pero con demasiado cuidado, como si revisara el suelo, el elevador que utilizaría y las banderas en los extremos. Simulaba vigilar a sus discípulos, y nosotros gozamos de su voz y del “tambaleo” de sus jinetes guitarristas, Tipton y Downing. De ahí regresaron al “Sad Wings of Destiny” para continuar con “The Ripper” con la que recordamos a su anterior vocalista, y que siempre supimos que sería temporal. Un álbum que introdujo todo un himno al metal con “Victim of Changes” que aparecería después. ¡Como olvidar aquellos años de la primaria donde disfrutábamos aquellos Long Plays! Los setenta. Regresando de estos milisegundos de recuerdos escolares, Halford inicia con “A Touch of Evil” para dar un toque de éxtasis y maldad a la ermita donde estábamos reunidos. Por fin, una del “Angel of Retribution” y a las palabras de “Judas Priest is Back” y al escándalo impresionante de todos nosotros… Rob se lanzó con “Judas is Rising” y “Revolution”, sencillos del nuevo álbum y que hacen alusión a esta banda que será inmortal. En una paseo por las nubes, Rob ondeó y plantó aquellas banderas blancas en seña de conquista de este pueblo (recordé las mismas banderas blancas de “Blue Oyster Cult”) y ambas recibían el viento acumulado por miles de voces. “Point of Entry” fue representado por “Hot Rockin’” y “British Steel” por la grandiosa y número uno “Breaking The Law”, misma con la que esperábamos a la Harley tripulada y dominada por Rob. Pero no salió, y sólo aguardamos angustiados al siguiente track. De aquí el viaje duró ocho años, hasta llegar al “Ram it Down” y exponer su “I’m a Rocker” con una potencia y sentimiento de pertenencia a la misma, que sólo las vocales de Rob podrían interpretar. Hubo una pausa… Rob agradeció nuevamente, y con otro “Viva México” las luces se volvieron tenues. Se colocaron dos pedestales con guitarras acústicas al frente. Los dioses de las guitarras, Tipton y Downing salieron del fondo y se posicionaron frente a ellas. Me emocioné, porque estaba seguro de la rola que vendría… aquella mismísima que compusiera Joan Baez en 1975 y que apareciera en el álbum del mismo nombre: “Diamonds and Rust”. Esta ocasión fue interpretada en su versión acústica con un sentimiento tan profundo que el corazón de Rob pareciera palpitar rápidamente. “Diamonds and Rust” aparece en el “Sin After Sin” en una versión un poco más pesada y rápida; y vuelve a aparecer en su gira por Japón en el “Unleashed in the East” con otra versión más pesada y metalera que logra penetrar nuestros oídos y despedazarlos en millones de trozos milimétricos de acero. El domo de cobre a media luz producida por miles de encendedores recibió a “Diamonds and Rust” con nostalgia, misma que Rob la finaliza con estruendosas vocales clamando pasión: “Diamonds and Rust… Diamonds and Rust… Diamonds and Rust… Diamonds and Rust…” La nostalgia fue interrumpida por el estruendor de “Deal with the Devil” donde todos pactamos con Mefistófeles y le agradecimos nuestra presencia ante el gran Sacerdote. Y que mejor rola para servir de introducción en la exploración de las profundidades de la muerte visualizada en “Beyond The Realms of Death” incluida en el “Stained Class” de 1978. Y así la banda inglesa continuó con la homilía… “Turbo Lover” incluida en “Turbo” apareció desde en un viaje de diez años donde la velocidad en las cuerdas acelera el paso. De hecho el British Steel de 1980 da inicio a una madurez metalera donde las cuerdas se destacan por su rapidez y la voz de Rob tiene largas duraciones. Es aquí y en esta época que se fabrican los cimientos para bandas como Iron Maiden y Def Leppard entre muchas otras. Por eso son los “Padres y Dioses del Metal”. “Hellrider” del nuevo álbum “Angel of Retribution” dio continuidad a la palabra de los Dioses y de ahí al gran himno al metal, en una regresión infernal con “Victim of Changes” donde verdaderamente sentimos vibrar desde nuestros huesos, con la voz tan aguda y potente de Rob, hasta nuestras más delgadas neuronas (o las que nos quedan, después de tantos años de metal a altos decibeles) y llegar casi a una implosión que pudiera despedazar todos nuestro organismo. ¡Que delicia! Apareció “The Green Manalishi” y “Painkiller” que a los primeros instantes supondríamos que aparecería la Harley. Pero no fue así. Seguíamos ansiosos por verla, pero mientras eso sucedía disfrutamos del “matasanos”… y al finalizar hubo una gran pausa. Fueron segundos que parecieron toda una eternidad. La euforia era desbordante y a los pocos segundos, se oyó rugir a la tan esperada Harley Davidson, montada por ese Sacerdote portando negro en cuero y piel, lentes oscuros y gorra de rebelde. Empuñó y mostrando el saludo “metalero” se dejaron venir con “Hell Bent for Leather” del álbum del mismo nombre y en una regresión a 1979. Fue impactante, pues era una rola que no la esperaba con la motocicleta. Quedamos más que satisfechos, sabiendo que faltaban demasiadas rolas y que no habría tiempo. Se notaba la felicidad en el rostro de Halford y pareciera que la homilía sería eterna. Eso no importaba… sólo el momento y nosotros en el templo. Hubo gritos eufóricos, aplausos, brincos y aclamaciones a la banda y llegó el encore: ¡Priest….! ¡Priest….! ¡Priest….! ¡Priest….! ¡Priest….! ¡Priest….! Y regresaron. El final estaba cerca, aunque estábamos conscientes de que esos momentos estarían plasmados en ambos hemisferios de nuestro cerebro… para siempre (mismos que recuerdo al escribir estas líneas) Y surgió “Living After Midnight” del mismísimo “British Steel” y provocando recuerdos de aquellas travesuras nocturnas de la secundaria y preparatoria. Halford continuó con un solo de vocales invitándonos a gritar y a gozar… mismo que sirvió como introducción para la última rola titulada “You’ve Got Another Thing Coming”, donde recordamos aquel video semi censurado por degollar a un simple ser humano. Se finalizó con el mismo álbum del inicio: “Screaming for Vengeance” en punto de las once horas con cuarenta minutos… casi a medianoche. Espero que a la par de esta lectura tengan de fondo musical a “Diamonds and Rust” para poder digerir espiritualmente las palabras sagradas y recordar (o hacer recordar) la actuación de Halford y sus discípulos en una gran homilía para sus fans mexicanos. Ahora, sólo basta esperar el regreso en un tour cercano, esperar el cuarto álbum de Halford como solista y esperar a que la banda pudiera ser eterna, por los siglos de los siglos. El Metal es una religión creada por el hombre, culto e intelectual, descendiente del Rock, del Blues y del Jazz, y de los mismos clásicos como Dvörak, Paganini y Bach entre otros. Judas Priest, una de las bandas más grandes que la humanidad ha visto crecer, reproducirse… y que espera nunca ver morir. Después, ya nada será igual. Con una especial dedicatoria y admiración a todos los Headbangers que asistimos a esta misa, y que sabemos que ya cualquier día será bueno para morir. Comentarios: carlos@zaldivar.org.mx

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