Marylin Manson (Nov 2004)


Marilyn Manson

El Reverendo en tierras guadalupanas.

Por Carlos Zaldívar

Ni el alboroto de la gente (por llamar así a la ignorancia vertida en dos patas y un cerebro envuelto en celofán) pudo detener la presencia de este músico controvertido en tierras regiomontanas. Y la historia se repite similar o mayor a lo sucedido hace seis años en la ciudad de México. Mismas protestas para quedar en vergüenza ante el primer mundo. Así pues, llegó el esperado siete de noviembre para entrar al recinto situado en el Autódromo de la ciudad, el Foro Sol. Emprendimos el viaje para asistir a la misa que celebraría el Reverendo Manson (beatificado, canonizado, idolatrado y pontificado por Antón S. Lavey) junto con un trío de grupos que jugarían el papel de “monaguillos”.

Sería una larga misa, casi uno de esos retiros evangelizadores donde la gente reza, canta se alegra, y al final extiende los billetes en forma de agradecimiento; pero aquí eso no bastaría. Debíamos concebir y ser partícipes del mensaje de Brian Warner, personificando al Reverendo Manson, en el escenario. Al filo de las dieciocho horas dio inicio a la primera lectura, a cargo de los finlandeses de Apocalyptica, quienes ahora se convirtieron en trío de cellos agregando una batería. La esencia la perdieron y esta primera lectura dejó (a mi manera de pensar) mucho que desear y poco por disfrutar. Unos minutos para cambiar instrumentos y la segunda lectura estaría a cargo de Mudvayne, quienes alguna vez se caracterizaron por tener pintura en el rostro y esta vez vinieron como partícipes en una playa nudista; al igual musicalmente.

Apareció un escenario oscuro, tenebroso y lleno de alegría (como una espiga dorada por el sol) y como fieles servidores masoquistas se desplomaron los músicos y dos extravagantes coristas (por no decir mujeres de la vida nocturna, fácil y perversa) a los pies de Manson. Daba inicio el evangelio de ese temprano ocaso con violines prestados del ángel de las tinieblas. Apareció de entre las penumbras, vestido de negro, físicamente más degradado en estos últimos años, pero conforme avanzarían los cánticos sagrados demostraría su madurez musical durante este lapso. Y después de terminada la sesión de insultos, lluvia de vasos y papeles; iniciaba con la rola “This is the new shit”, a la que le siguieron “Rock is dead”, MObscene” con bailes extravagantes, eróticos y sado masoquistas por parte de sus “coristas” quienes siempre estuvieron dispuestas al sometimiento del Reverendo, “The dope show” y “Doll Daga”; pero aún faltaban palabras sagradas. No dejaba de incitar a los discípulos de esta religión, quienes sólo creen en el hombre como tal; jugaba y revoloteaba como cuervo atisbando a sus presas, esas dos hermosas mujeres carentes de alma.

Tras un alarido desgarrador de Manson, entonaron los primeros acordes de lo que sería la ovacionada y espectacular “Sweet Dreams”, misma que los Eurythmics estelarizara algunos lustros atrás, misma rola que cualquier sordo mudo podría detallarnos explícitamente; y es que el personaje de Brian Warner se transformó en un infantil suicida sádico. Con esta homilía, Manson personificaba todas las obras de sus principales seguidoras, que por cierto estaban en la primera fila del Foro Sol, sentados unos junto a otros mirando y alabando a un colega, estaban ahí Lavey, Sade, Freud, Nietzsche, Teresa de Calcuta, Juan Pablo, Dalai Lama y San Agustín entre otros; y más atrás se veían los hologramas fantasmales de Marilyn Monroe y Charles Manson (honor a quien honor merece); todos aplaudiendo. Sweet Dreams fue un total orgasmo mental del cual no olvidaremos las escenas sadistas tras bambalinas (Manson y sus mujeres jugueteando) y la lujuria a su máxima expresión.

Fue un total viaje del sado masoquismo hasta lo infantil, porque el Reverendo entonaría la letra de Small World, misma que se utiliza de fondo al entrar en la pequeña lancha del pequeño mundo de Disneyland junto a otros niños. Esa misma tonada que alborotaría las casi cuarenta y siete mil almas aclamándolo. Y con esta suave escena, aparece el Reverendo vestido de Mickey Mouse, tergiversándolo malévolamente, quien entre sonrisas y blasfemas, nos deleitó con un show inimaginable para todo espectador, incluyendo al señor Walter E. Disney. Simplemente todo un maestro en el escenario del mal.

Las nubes ennegrecieron la luna, y llegado el encore, se desató la bestia del Apocalipsis, cerrando con broche de oro: “Beautiful People”. ¿Qué más podría ofrecernos el señor de la polémica ancestral? Seguramente vivimos en “La Época Dorada de lo Grotesco”. Amén.

La despedida estuvo a cargo de KoRn, buenas rolas y muchos gritos. Nada fuera de lo normal.

The Doors (Oct 2004)

THE DOORS (of the 21st Century)

Las reminiscencias del Rey Lagarto

Por Carlos Zaldívar

“If the doors of perception were to be cleansed,

Everything would appear to man as it is, infinite”

William Blake

Jim Morrison y sus puertas arribaron a esta ciudad en junio. No pude asistir por razones de generación y cuentan las crónicas que fueron presentaciones espectaculares y casi censuradas. Rebeldía, drogas, sexo, y si le agregamos el dolor de la matanza en octubre pasado, son los factores que hicieron de estos cuatro conciertos, de los más grandes en la historia del rock. Era el año de 1969, en el Forum.

Veintiocho años más tarde, los que vivieran bajo la sombra del Rey Lagarto, Ray Manzarek y Robby Krieger; acompañados por Eric Burdon, Leon Russell, Michael McClure y otros, organizaron un Tributo a JIM MORRISON. Este evento de larga duración fue en el Toreo de Cuatro Caminos, también en la ciudad México. Fue el segundo arribo de los Doors; esta vez, sin Jim. El escenario adecuado, mucho alboroto y más rock.

Cinco años más tarde Ray y Robbie deciden reagruparse, pese a los problemas con John Densmore; y regresan a los escenarios con el nombre de THE DOORS OF THE 21st CENTURY. Sólo les faltaba revivir al ángel y esencia de los Doors, y tan sencillo, que alinearon a Ian Astbury, vocalista de The Cult para hacer el papel del “Impostor de Jim Morrison”. Y el trabajo fue bueno. Objetivamente puedo escribir que el escenario fue el equivocado, el Auditorio Nacional, el ambiente tampoco fue propicio pues las reglas de no fumar, no beber ni organizar un slam se permiten en ese recinto. Al repertorio faltaron decenas de canciones. Dentro de los veteranos del rock que asistimos, se colaron algunas chavitas, que parece que no les avisaron que el Rey Lagarto había fallecido hace treinta y tres años, y pensaban que era quien estaba tras el micrófono. Algunos otros pedían “Gloria” sin saber que esa rola no es de los Doors. El repertorio estuvo remasterizado gracias a la tecnología de hoy (y que extrañamos el teclado sencillo y poderoso de Manzarek). Y otros detalles más.

Subjetivamente, puedo afirmar que fue un concierto muy bueno. Pudo tomarse como un show de The Cult con covers de los Doors o un tributo a Jim Morrison acompañados de Manzarek y Krieger.

Iniciaron (si alguien dudaba que pudiera faltar) con parte de la obra de Carmina Burana, quien Manzarek tuvo bien a homenajear con un álbum a inicios de los años ochenta… e inmediatamente después llegó “Break On Through”. A partir de este momento iniciamos un sueño con la figura de Jim y recordar sus obras, poemas y desmadres que hizo en vida. Pude imaginarme por instantes que ÉL, estaba entre nosotros y recordar aquellas fotos en su visita a México.

Continuaron con rolas como “Roadhouse Blues”, “Touch Me”, “L.A. Woman”, una exquisita versión de “Spanish Caravan” y para el encore una deliciosa, larga y estridente “Light My Fire” donde comprobaron Ray y Robbie ser músicos de gran calibre y con un poder fuerte sobre los teclados y la guitarra. En algún momento se aventaron el tan meloso “No Me Moleste Mosquito” pudiendo aprovechar mejor y tocar “Love Street” o “The End” pero aún así lo disfrutamos. La imagen de Ian, estuvo a la altura de Jim, tanto en vestuario, melena y algunas actitudes. De hecho ese es un propósito de The 21st. Century… revivir al poeta maldito.

Los acompañaron el baterista Ty Dennis y el bajista Angelo Barbera.

Ahí estuve. Constaté el legado del Rey Lagarto en las personas de Ray Manzarek y Robbie Krieger. Las reminiscencias de James Douglas Morrison siguen su curso.

Cradle of Filth (Sep 2004)


CRADLE OF FILTH

La que cuna que meció (y estremeció) con lujuria a la ciudad de México

Por Carlos ZaldIvar

Una penumbra densa nos invadió el último viernes de septiembre. Las manecillas marcaban las nueve con quince minutos y los seis arcángeles de la lujuria aparecieron en las tinieblas. La lujuria y sus malditos hijos aparecieron frente a nosotros, en el Circo Volador abarrotado por miles de fieles a su religión.

Inicio una introducción tenebrosa para invocar a1 ángel del metal e inmediatamente comenzó el estruendor de "Satirizáis", incluído en su más reciente producción: "Nymphetamine". Dani Filth, líder de esta banda inglesa, es ya un icono en el ámbito del metal, su nivel intelectual literario se refleja en las letras de sus canciones, en el espectáculo lleno de lujuria total, y hasta en sus películas de terror ("Cradle of Fear", por ejemplo). Dani es sin lugar a dudas, la lujuria y la suciedad en sus máximas expresiones.

Siempre apoyado por los asistentes a la nueva catedral del metal, sacaron su mejor repertorio y sobresalieron "A Gothic Romance", "From The Cradle To Enslave" y por supuesto "Sodomy and Lust".

Cradle of Filth también se integra por el guitarrista James McIlroy, cuya melena rubia y larguísima no cesó de ondearse al compás de los decibeles formando círculos perfectos; Dave Pybus, diseñador grafico, maestro de guitarra y por supuesto el bajista de la banda; Paul, fanático de la animación por computadora y guitarrista; Adrian Erlandsson, baterista de corazón y de tiempo completo, quien refleja el poder brutal de un ser humano frente a cualquier tipo de percusiones; y Martin, buen padre de familia (al igual de Dani), cinéfilo, y quien pudiera representar a otro arcángel excomulgado del paraíso, frente a los teclados.

En esta misa apocalíptica acompaña también a Dani y discípulos, una dama, soprano, con ligero sobrepeso, vistiendo un negligé negro, corto, medias largos, y senos abundantes que dejan mucho a nuestro imaginación (la mujer exacta para fantasear lujuriosamente en nuestro intimidad) y también tres bailarinas exóticas, bellísimas, semi desnudas y con una figura demoníaca que inmediatamente nos invitaron a ser pecadores. Estos tres ángeles del mal nos deleitaron durante algunas ralas con sencillos performances lujuriosos, eróticos y sadomasoquistas. Acompañaron a la voz gruesa, aguda y tenebrosa de Dani, bailando con cráneos humanos, luces tenues, cuero negro y un enorme falo negro. Se pasearon frente a nuestras pupilas ofreciendo clínicas de lesbianismo, deseo, lujuria, sexo, amor y todo lo que conlleve a la imaginación donde se involucren tres bellos cuerpos femeninos. A todo esto, Martin, al fondo, no cesaba de acompañar con sus teclados a tan dulces expresiones corporales.

La misa sagrada de la ópera y metal estaba terminando, el cronómetro marcaba casi ya noventa minutos y el quinteto acompañado de sus damas, no mostraban ni la más mínima señal de cansancio.

Llego el encore después de la homilía, y para cerrar con broche de oro, se aventaron "Her Ghost In The Fog" que extrajeron del álbum Midian, no sin que Adrian regalara a algunos devotos sus baquetas.

Un espectacular y poderoso concierto, donde nuestros cuerpos retumbaron complacientemente y nuestros desgastados oídos disfrutaron una noche más de dominantes decibeles. Ha sido un concierto muy satisfactorio que no olvidaré en mucho tiempo, donde al compararlo con el espectáculo del Reverendo Brian Warner, éste se puede catalogar como "PG", porque Cradle of Filth... es más que "R".

Simplemente fue un concierto "muy cabrón" (no encuentro otro adjetivo) del cual mi alma estará agradecida infinitamente, y Dios y Satanás tendrán que esperar para disputársela, porque aún falta asistir a los evangelios según Nightwish, Sirenia y mil más.

Septiembre 24, 2004.

Kiss (Aug 2004)


KISS, sus conciertos.

Dios nos regaló el Rock & Roll, y fuimos hechos para amarlo.

Por Carlos Zaldívar

Una gran deuda estaba en crecimiento, con intereses musicales y sociales que en cada sueño nocturno nos hacía deambular por los cielos y pedir que fuera saldada.

La época dorada de KISS, el simple beso o los caballeros al servicio de Satanás (algo irrelevante) fue en los últimos años de la década de los setenta. Música y un super espectáculo único.

La época de escolapio austero, simplemente acompañado de un radio blanco portátil y buscando estaciones que me permitieran disfrutar de rolas de buen rock. La Pantera” fue una de ellas.

Deambular por los patios de la escuela, jugar de vez en cuando, y cuando la reta descansaba pues a sacar ese radio que hoy en día pasaría cual vil ladrillo en el portafolios.

“KISS”, palabra, logotipo sencillo pero que significaba un vida de porvenir melómano, y que aparecía al abrir los portafolios, cuadernos, estuches y cualquier hoja que estuviera destinada al cesto de la basura. Discos LP’s con portadas satanizadas por mi madre y mi abuelita abundaban por la sala en espera de ser introducidos al tornamesa, como un ritual de abre, levanta aguja, espera caída, baja aguja y slam por los sillones.

Así era una tarde de rock, rock y más rock. KISS estaba en ese repertorio.

Finalmente algunos jóvenes mexicanos se aventuraron a la tarea de negociar con el grupo para que viniera a toca a la Ciudad de México. Era el año de 1980. Estaban confirmadas las fecha para el mes de agosto, pero tiempo después, Y COMO BUEN PAÍS TERCERMUNDISTA Y FANÁTICO, se hizo de nuestro conocimiento que tales conciertos se cancelaban. ¿Por qué razón? KISS había contraído una deuda con sus fans mexicanos. La espera continuaba. Aún en este país hay enemigos del ROCK, y por ese entonces muchos periodistas amarillistas y padres de familia, se vieron involucrados en tal propaganda de desprestigio, como una lepra musical; incluso a shanik bergman (así, en minúsculas) se le juntaron otros secuaces protectores de la religión, el buen gusto y la ignorancia musical.

Pero un abono a tal deuda sucedió a finales de es mismo año, cuando KISS se dejó venir en un tour promocional que congestionó todo el Camino Real, los lugares aledaños y en general a media Ciudad de México, simplemente para demostrar que somos muchos jóvenes rockeros ansiosos de conciertos. Así la deuda de un concierto de KISS se acrecentó con los años. Pasaron muchos meses y se dieron cuenta de que KISS vendía más parafernalia y souvenirs que música, así que se desmaquillaron y empezaron giras con un nuevo rostro de KISS. Finalmente llegó el año de 1994, y ya habían pisado el Palacio de los Deportes, Guns ‘n Roses y Van Halen, así que también se anunció el primer concierto de KISS (sin maquillaje) en la gira de Monsters of Rock.

Mismo concierto no llamó la atención, poca afluencia y tan sólo por ver a unos integrantes que no conocíamos (su identidad era el maquillaje). Así que la deuda seguía.

Pasaron pocos años y el fenómeno resurgió por tanto fervor de sus fans: KISS volvió al maquillaje y con sus integrantes originales. Una nueva gira y esta vez incluyeron a México. Gene Simmons, Paul Stanley, Ace Frehley y Peter Criss se presentaron en el Palacio de los Deportes, con un súper espectáculo visual de fuego y láseres que acompañaban a altísimos decibeles y a cuatro personajes sacados del infierno.

Al inicio pensé que la deuda estaba por saldarse, pero al final, sólo bajó un poco. Simmons y Stanley se enfocaron más en el espectáculo visual que en lo musical, por lo que faltaron bastantes hits de la época dorada.

Para el año de 1999 vuelven con la gira de Psycho Circus. Para esta época la edad y el ritmo de vida, parece que anunciarían sus últimos días de rock ‘n roll. Esta vez se presentarían en el Foro Sol de esta ciudad, con otro espectáculo magno, y ahora en tercera dimensión. Excelente música, y ahora los hits se dejaron oír, pese a la mala acústica del foro. ¿Por qué no construir un anfiteatro? En fin, pasaban los meses, la deuda crecía y disminuía. Algo faltaba.

Los álbumes seguían creciendo, pero ahora en formato de CD; seguían haciendo fila frente al CD Player y algunos LP’s frente al tornamesa de los recuerdos. El ROCK se lleva en las venas y no se deja tan fácil, es una droga placentera con adicciones suculentas. Aún abro el portafolios y sigue desgastándose y despegándose aquella calcomanía de la secundaria: Detroit Rock City.

Finalmente se anuncia el “Farewell Tour”. Una gira de despedida mundial pero que esta vez no llegaría a México. Así que de ipsofacto y con el viaje a tierras canadienses, obtuve mi boleto para ver a KISS, en su última gira (aja, ¡como no!) en la ciudad de Hamilton, a pocas hora de Toronto y de Niagara, Canadá.

Esto sucede en septiembre del año dos mil. Un anfiteatro de un país del primer mundo, un lugar donde la gente no corre a esconderse ni los locatarios bajan sus cortinas de hierro y los negocios cierran puertas, todos, al ver caminar a miles de “Black T-Shirts” con imágenes de cuatro infernales seres. Un lugar idóneo para conciertos, con una distribución para sentarse cómodamente y otra para el Slam más violento que pueda suceder; una acústica del nivel que el ROCK se merece y lo que faltaría.

Para este concierto abrió un grupo nuevo que ni el nombre recuerdo, pero el segundo lugar estuvo a cargo de SKID ROW, quienes siguen al pie del cañón y dando batalla para que el ROCK se engrandezca.

El plato fuerte: KISS. Ahí parado y agradeciendo a los Dioses del Olimpo dejarme presenciar lo que sería el último concierto de los cuatro originales jinetes de Apocalipsis. Fue un concierto al máximo, en todos los sentidos, con imágenes, fuegos artificiales, luces… pero sobre todo una cadena de hit tras hit… lo mejor de lo mejor.

Pareciera que adecuaron un concierto tercermundista para un país tercermundista, en el caso de sus presentaciones aquí en México.

Al término de ese concierto, y todavía sorprendido de la magnitud y el poder que cuatro adultos pueden generar en un pequeño escenario, caminé por la ciudad.

El alboroto es controlable y la ciudad volvió a la calma. Pude disfrutar de “Beth” en la voz exclusiva de Peter Criss en un estado de romanticismo muy elitista.

Después de esta gira y como el cuerpo necesita trabajar… necesita vitaminas y energía para seguir viviendo, Gene y Paul se reúnen para editar el cuarto álbum en vivo: “ALIVE IV”, esta vez con sinfónica y grabado en Australia. Ya no están los cuatro pero Eric Carr ya casi es de la familia. Así pues, vuelven a emprender el vuelo de una nueva gira.

Y hoy, nuevamente se incluye a México dentro de las paradas. Esta vez fue el 17 de Agosto pasado, con un malísimo grupo abridor de nombre Moderatto, quienes se la pasaron brincando e imitando a algunos grupos y con pésimos covers.

Así pues, y en punto de las 9:30 horas de la noche, presenciamos el inicio de lo que sería un fastuoso concierto. ¿Por qué estaba allí? Estuve en los conciertos anteriores y también en el máximo concierto de despedida, con los cuatro originales y con un repertorio de primer nivel. La respuesta era sencilla: esta vez acompañé a Ricky y a Carlos. Presentes los tres, frente al escenario. Motivo más que suficiente, ¿no?

Arrancaron con “Love Gun” y a partir de aquí la euforia no paró…. Hasta un día después.

Fue éxito tras éxito y el espectáculo visual asombroso, y más lo fue porque por primera vez y seguramente por única vez, Ricky y Carlos lo pudieron disfrutar, para contar en un futuro lejano a sus hijos.

Gene Simmons, Paul Stanley, Eric Singer (en la bataca) y Tommy Thayer (en la guitarra) siguieron con Makin’ Love, Got to Choose, Christine Sixteen, Shout it Loud, I Want You, Psycho Circus, Unholy, 100,000 Years, Detroit Rock City y muchas más. Para cerrar con broche de oro y a las palabras de Paul: “Viva México Cabrones” se arrancaron con I Was Made For Loving You, God Gave Rock ‘n Roll To You y Rock ‘n Roll All Nite.

El espectáculo, similar al Farewell Tour será inolvidable: Simmons volando, brincando, emulando sangre por la larga lengua, y pisando fuerte con tremendas plataformas. Paul viajando por el escenario, Eric subiendo en una plataforma con todo y batería y Tommy haciendo lo suyo al compás de sus compañeros.

Todo un éxtasis acompañado de mucho estruendor, fuegos, luces, explosiones, altos decibeles, energía pura, euforia, gritos y cánticos.

Simplemente fue una noche feliz al ritmo de ¡KISS, KISS, KISS…! Y dedicada a Ricky y Carlos, para quienes esa noche será inolvidable.

Carlos Zaldívar

carlos@zaldivar.org.mx

ExpoComm 2004

EXPOCOMM 2004

Centro Banamex, Ciudad de México.

Por Carlos Zaldívar

Prerregistrados para el evento de tecnología y comunicaciones más importante en México, y después de quejarnos un poco del tránsito pesado de una ciudad con vialidad anárquica; llegamos al Centro Banamex, situado a un costado del Hipódromo de las Américas.

Se dictaría una serie de conferencias sobre tecnología de la información en el Pabellón USA, durante la mañana del día once de este mes de febrero. Fueron impartidos por personas expertas en el ramo: Moisés Polishuk, director de ASISTE; Robin Gaines del Área de Tecnología de la Información del Departamento de Comercio de los Estados Unidos; José Otero, director de prácticas tecnológicas de Info Americas; Robert Nelly de Telica Inc. E Ignacio Castro de Intel, entre otros.

Asistimos primeramente al seminario de “Tecnología para la Competitividad” donde nos

mostraron indicadores importantes sobre eventos en tecnología mundial. La magia del silicon dentro de nuestras laptops y millones de datos que navegan por la atmósfera de este planeta es ejemplo del avance de la nanotecnología en Intel , la cual es impresionante. ¿Se imaginaron en algún momento tener un billón de transistores dentro de un microprocesador?

También mostraron nuevas aplicaciones de la tecnología WireLess, como en el supermercado, donde las señoritas y jovencitos cajeros desaparecerán (y creo que terminarán de ambulantes) porque ahora al pasar nuestro carrito con la despensa, automáticamente aparecerá en la pantalla de la salida el total a pagar. Pagamos con nuestra Smart Card y en menos de 30 segundos estaremos fuera del súper.

La tecnología avanza aceleradamente, pero a nuestra opinión el uso de la misma en nuestro país sucede de manera lenta. La tecnología está aquí, pero ¿cuánto tiempo debe pasar para que un ciudadano común la utilice?

Intel comenzó fabricando memorias y otros accesorios, hoy lidera la fabricación y

comercialización de microprocesadores, una nueva era que inici ó esta empresa. “Innovar” es su misión y visión principales. Y qué mejor muestra que “Pentium 4”, “Centrino”, “Xeon”, “Itanium”, “Itanium 2”, entre otras.

Las HDTV, Laptops, pc’s, móviles, celulares, pda’s, radios y otros accesorios estarán listos

para conectarse desde cualquier taxi, banca de parque, bar, supermercado, farmacia, escuela y habrá miles de “hot spots” disponibles a cualquier hora para navegar a grandes velocidades.

Finalmente, en la tarde, asistimos a la exposición general y pudimos constatar que lo que nos platicaron, es cierto. La tecnología nos está rebasando y la realidad (una vez más) está superando a la ciencia ficción.

Cerramos el día con un delicioso y carísimo capuccino, antes de regresar a nuestra alma máter.

Comentarios: kaiserzaldivar@hotmail.com