Marooned
Por Carlos Zaldívar
Sabes, ésta podría ser simplemente una carta de amor tan común y corriente como cualquier otra que existiese en esta masa de tierra y agua. Pero la gran diferencia consiste en que los protagonistas somos tú y yo. Simple, ¿no?.
El inicio ya lo conoces, hace nueve años, pero últimamente Dios nos golpeó (y más a mí) fuertemente en ese objeto ubicado encima de mis hombros. Hechos importantes como provocar el destino fueron imprescindibles para dar principio a esta segunda parte de la historia, una historia de amor.
El primero. Ubicados en un palco del Auditorio Nacional. Miguel Ríos nos invitaba a pararnos, lo hicimos, y además de escuchar y gozar, sentimos y vibramos con canciones hechas poemas como “Santa Lucía” y “Todo A Pulmón”. Al son y a las palabras de “...Dame Tus Manos, Siente Las Mías...” ejecutamos tal acción y la sorpresiva sensación fue como recibir doblemente un impacto sentimental, emocional y amoroso. Realmente fue un momento inolvidable, que actualmente vive en tu corazón y en el mío. ¿Estás en proceso de enamoramiento?
Después sale a la venta el más reciente CD de El Tri, Sinfónico, que por causas del mismo destino no lo pude adquirir en dos intentos que se tornaron fallidos en el mismo instante de visitar MixUp. Así que me convierto en alguien especial y sabiendo en la manera de cómo “matarme” (de felicidad) me obsequias tal compact disc. Al otro día recibes un cassette con todas las canciones que trae el CD El Tri Sinfónico. Sencillamente al canción de “Triste Canción” se convierte en tema de plática. Su impresionante y dolida letra, su triste música y el violín descargando el mismo sentimiento nos hacen vibrar: está excelente la canción.
Cuatro de junio. Tanto tú como yo queríamos encontrarnos ese día, felicitar y ser felicitada. Me encantas. Te admiro y me gusta verte... y verte bailar. Y así lo hice. Sabes que bailaría contigo, pero no una canción que me gustara sólo a mí (The Doors), sino que nos gustase a ambos. Y sucedió a tempranas horas del día siguiente. A punto de que el amanecer hiciera presencia y repentinamente escuchamos “Santa Lucía”, “Todo A Pulmón” y “Triste Canción” principalmente. El destino lo volvimos a provocar, consciente o no, pero fue provocado.
Bailamos. Esa sensación vuelve a habitar en nuestra mente y corazón.
¿Curioso? Más bien creo en la causalidad y no en la casualidad, ¿y tu?
Nunca he faltado a una sesión de “Sultans of Swing”, pero sabes que tu importas demasiado para mí, así que accedí con bastante gusto y emoción a tu petición de llegar tarde a aquella.
Ante de entrar al cine, nos sentamos y platicamos (besos previos), y de pronto el beso más increíble fue recibido con demasiada emoción ya que un beso de tal magnitud al estar ENAMORADO equivale a no sé cuantos kilotones de dinamita pura convertida en polvo de amor. Simplemente sucedió. Y me “mataste” de por vida.
Sabes, estas en ese proceso de enamoramiento, apenas lo estás asimilando y esperaré a que lo aceptes. Si llegase a suceder esto seremos una pareja llena de felicidad. No te preocupes por sentir lo mismo que yo rápidamente, sólo Dios sabe el tiempo necesario que necesites. Sólo Él.
No te prometo nada, todo te lo demostraré. Además recuerda que en amor no hay condiciones, sólo el res
Y que mejor evento para cerrar con broche de oro ese diecinueve de junio por la noche, sentados y de pronto escuchar la maravillosa canción de Pink Floyd que emula todos los sentimientos, desde la tristeza hasta la felicidad por el amor, para rectificar que todavía cuento con la capacidad de amar. Amar a una gran dama. Marooned, se titula dicha canción, ubicada en el CD de “The Division Bell” y que también habita en nuestra mente y corazón, así como tantos eventos hermosos que hemos de recordar.
“El amor toca a tu puerta. Puedes abrirle tu corazón o ver cómo pasa junto a él”.
Te Amo
Carlos
Junio 22 de 1999.
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