¿DETRÁS?
Por Carlos Zaldívar
Recientemente, en plática social, comentamos qué tan cierto o no, es la frase "Detrás de un gran hombre hay una gran mujer". Y otras frases completan a la anterior, formando aforismos o meras metáforas, frases objetivas o subjetivas, serias o sarcásticas, reales o irónicas. El meollo de la plática fue el dar la pauta a la interpretación personal y el significado de ser una "gran mujer". ¿Qué entendemos por "gran mujer"? ¿Cómo definir a una gran mujer?
A muy pesar de muchos la "gran mujer" mexicana es la mujer abnegada y sumisa. La que cocina, lava, plancha, lleva y recoge a los niños(as) a la escuela, prepara las pantuflas para el esposo y al nuevo día, lo mismo. A esa mujer le decían que para superarse y realizarse como mujer debería trabajar. De tal manera, ahora: lava, plancha, lleva y recoge a los niños(as) a la escuela, prepara las pantuflas y trabaja, y al nuevo día, lo mismo. Única diferencia: duerme menos, se cansa más y es considerada una "gran mujer". Patético.
La gran mujer de otros países es símbolo de trabajo en la empresa, de viajes, de reuniones laborales y sociales y de éxitos continuos. Pero desconoce el cajón donde sus hijos guardan los calcetines. Su casa (no hogar) es una empresa, y la vigila desde fuera. Patético también.
Mi opinión (y probablemente rechazada por muchos) de una gran mujer es sostener un punto de equilibrio en todos los aspectos de su vida. Laboral, social, intelectual, física, emocional y ¿por qué no? religiosamente.
Gran mujer, aquella que ama a su familia, que ama a su trabajo, con capacidad de convivencia dentro de su medio ambiente. Aquella que se ha realizado, es quien acepta sus errores y fracasos, porque está consciente de que cada uno de ellos es una inversión para un éxito seguro. Porque los conocimientos, sabe que son sus nutrientes y no los rechaza; los acepta, los digiere y en ocasiones los transforma en resultados óptimos.
Esa gran mujer, ¿Debe estar siempre "detrás" de un gran hombre? ¿Delante de él? ¿Por qué no en paralelo? Con él, junto a él, siempre compartiendo.
Precisamente ése, es el objetivo de la convivencia entre una pareja; compartir todo. El hombre no está obligado a mantener a la mujer, ni ella a cocinar; simplemente es obtener aquel punto de equilibrio, el de llevar vidas paralelas, de ser "grandes" personas y "compartir" esas vidas. Compartir.
Obviamente existen grandes mujeres sin pareja. Simplemente se adaptan a la situación y no por ese hecho dejan de ser "grandes"
Para ser una gran mujer, no intervienen factores como edad, físico, nivel socio económico ni religión. Sencillamente, comparten su vida.
Un factor importante para no perder ese punto de equilibrio, además de la convivencia, es nunca perder la capacidad de "querer" y "amar", capacidad que ha perdido su dignidad y es frecuentemente deteriorada por la sociedad.
Mayo 1999.
1 comment:
Noooo por Dios un tema increíble, digno de acompañarlo con rico café y por supuesto con una grata compañía (tú) estoy de acuerdo en que la frase se debe de cambiar de "detrás de un gran hombre, hay una gran mujer" lo dijiste bien, no es "detrás" "adelante" es a un lado, una gran mujer es justa aquella que tiene o busca día a día ese equilibrio en las 7 dimensiones del ser (físico, emocional, espiritual, social, sexual, familiar, profesional o material) y en especial que aparte de este equilibrio, una gran mujer es aquella que se da permiso de aceptarse como es, y de amarse para luego amar en lo imperfecto a aquel con el que comparte el día a día.
Una vez más quedo emocionada con leerte. Gracia por compartir tqm
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