Busto: Obra de Ivonne Chauvet. Se ubica en la entrada de la Universidad Multicultural CUDEC. |
A
diez años.
Por Carlos Zaldívar
En los recientes diez años, han existido
situaciones importantes en las que hay que tomar decisiones correctas. En ese
instante he pensado: - ¿Qué hubiera decidido Diego? ¿Qué me recomendaría? Pero
apenas hace diez años que ya no está. Afortunadamente su legado y enseñanzas me
han servido para tomar las decisiones correctas, en la mayoría de los casos,
claro.
A finales de diciembre de 2016, recibí la
invitación de Ivonne Chauvet, esposa de Diego Malpica, a un Homenaje que se
realizaría en su honor donde además se develaría un busto, esculpido por ella
misma. Este detalle me emocionó y me dio orgullo, porque bien sabe cuánto estimé
a Diego.
El primer lustro de la década de los noventa me
fue muy difícil, y regresé al Grupo Cudec.
El Ing. Ramón me dijo: “Adelante, yo te apoyo”.
A dos días de haber iniciado el ciclo escolar,
el Ing. Alfonso me preguntó: “No hemos visto lo de tu contrato y sueldo” y
simplemente le respondí: “No importa. Confío en Ud., y sé que será justo”. Así
fue.
Y esa misma semana, fui a una cita importante
con el Ing. Diego y al final me dijo: “Ya está, no te preocupes, que yo te
ayudo”.
Y así, como estás anécdotas y testimonios,
fueron las que compartimos, tanto oradores como asistentes, en su
homenaje.
El segundo sábado del año 2017, en las
instalaciones de la Universidad Multicultural Cudec, nos dimos cita para rendir
Homenaje a Diego y a presenciar la develación de Busto y Placa en su honor.
Al recibirme, Ivonne me dio un pequeño libro
sobre la vida y obra del Ing. Diego Malpica, y quedé sorprendido y me sentí muy
honrado al percatarme que mi escrito de hace diez años, estaba impreso en tan
importante libro biográfico.
En este magno evento, se recordó su vida
académica, familiar y profesional, haciendo hincapié en que su vida estuvo
dedicada a la Universidad, y a ayudar a los demás.
Las palabras que hicieron que mi piel se
erizara, fueron las de Ivonne, porque tuvo la acertada manera de hablar
directamente con el corazón, lleno de amor por Diego y por su familia. Palabras
fulminantes que lograron verter algunas lágrimas por mis mejillas. Palabras tan
certeras que imaginé voltear a mi derecha y ver sentado a Diego, gozándolas.
Palabras de Ivonne, Emilio, Diego, Griselle y
sus dos nietas. Palabras de sus amigos y compañeros. Todas muy emotivas, sinceras
y que provocan ese sentimiento de nostalgia por el protagonista.
Pero fuera de ser “palabras”, pasan a ser
testimonios reales que basta con haber conocido a Diego, y estar seguros que
son ciertas, y que son la firma y rúbrica las que atestiguan esos hechos, en
vida.
Todo está dicho y escrito. A diferencia de que
muchas personas no encuentran palabras para agradecerles tanto, a las familias
Malpica y en especial a Diego, yo sí tengo una:
“Gracias”.
Enero de 2017.
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