Alejandro Sanz

ALEJANDRO SANZ

El Reciente Padre

Por Carlos Zaldívar

La noche estaba naciendo y pareciera que la oscuridad ya había avanzado en vísperas del nuevo amanecer. No. Apenas pasarían las ocho treinta y cinco horas de la noche. El Auditorio Nacional, recinto predilecto de los músicos pop, daba la bienvenida al cantautor español Alejandro Sanz. El gran escritor, compositor, y poeta por ocasiones, daría una majestuosa presentación ante algunos seguidores, fans y miles de alocadas por él.

Asistí como espectador por primera vez a un concierto de este tipo. Aunque el respeto y la admiración deben prevalecer para las canciones de cualquier artista, en este caso pasarían a segundo plano, pues para Alejandro también es importante su imagen y la comercialización de la misma. Recordemos el fracaso de Yekina Pavón a principio de la década de los ochenta.

Inició con éxitos de su más reciente producción y luego mezcló algunos de sus primeros hits. También incluyó un popurrí que fue coreado por toda la multitud.

Se caracteriza por su gran emotividad al componer y tocar la guitarra, sus letras sobre pasión, erotismo, amor, deseos y decepciones llenan las expectativas de cualquier ser humano que pueda comprenderlo. Posiblemente sus letras expresen experiencias propias o se anteceda a hechos posibles para evitarlos.

Prominente músico y as de la guitarra que posee una voz de conquistador. Las partes acústicas dejan buen sabor de oído y sus manos llenan de una velocidad constante, suave y clara todas las cuerdas… es un nuevo tipo de caricia instrumental.

Poco antes de terminar su presentación, hizo una breve pausa musical para presentar a su equipo de colaboradores. Fue una pausa al muy al estilo de Dave Brubeck, un jazz tranquilo y de gran silencio para distinguir claramente la voz de Alejandro al mencionar los nombres de sus músicos.

Tres cambios de vestuario, dos tecladistas, tres coristas y una gran variedad de percusiones que opacaron totalmente a las cuerdas, hicieron vibrar al Auditorio. Por esto cabe destacar que no existen guitarras líderes o principales. En sus álbumes la guitarra líder es la del mismo Alejandro.

Después del encore esperado y con altísimos decibeles de los gritos femeninos agudos, regresa para interpretar una rola acústica, que dedica a varias personas, entre ellas a su pequeño bebé.

Hay que reconocer que es un artista completo: escribe, arregla, toca, produce y actúa con gran elegancia sus letras.

No soy muy fanático de Alejandro, pero reconozco que fue muy buen concierto.

¡Enhorabuena al nuevo papá!

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