Scorpions... Farewell Tour 2010



Scorpions
El último piquete a la Ciudad de México. ¿Será?
Por Carlos Zaldívar

A Miguel Ramos, porque en nuestra infancia prometimos
conseguir todos los LP’s de Scorpions… y cumplí.

¡Puta Madre! El “Taken by Force” no se editó en Estados Unidos. Entonces fue mi reto: conseguirlo. El LP fue imposible, pero finalmente obtuve hace ya varios años el CD alemán.
Desde la primaria, Scorpions ya formaba parte de mi discografía y en nuestras reuniones clandestinas para “grabar” música en cintas, la lista seguía creciendo.
Scorpions es ya una leyenda en el hard rock teutón, y por supuesto a nivel mundial.
Eso sí, he conseguido “Lonesome Crow”, “Fly to the Rainbow” y otros LP’s con portadas censuradas a lo largo del tiempo. Una banda que va a cumplir poco más de 45 años de haberse fundado.
Su creador: Rudolf Schenker.

Con 22 álbumes y decenas de sencillos, compilaciones tributos y demás cd’s piratas, Scorpions ha sido un ícono representativo del Rock alemán.
Su historia ya es de conocimiento de todos.
Scorpions formó parte de mi época de la primaria y secundaria principalmente, donde las calcomanías y revistas tapizaban mi portafolio y gran parte de mi cuarto en casa.
Scorpions será por siempre una leyenda, de hecho duda que realmente ésta sea la “Gira de la Despedida”. El Rock se lleva en la sangre y si realmente se van a retirar, la muerte los acechará.
Espero que dentro de algunos años escuchemos a “Scorpions: The Reunion” y no sería para menos. El Rock es una forma de vida, no es ni un hobby y mucho menos un trabajo.
Por esta banda han pasado grandísimos músicos entre los que destacan Michael Schenker, Uli “Jon” Roth y actualmente James Kotak.

Cuando vinieron por primera vez a la Ciudad de México, hicimos larguísimas colas en uno de los pocos centros Ticketmaster, allá por Tlalpan. Y ahí estuvimos, en el mismísimo Palacio de los deportes, en el año de 1994. Fue 23 de marzo.
Aquel line-up ha sido uno de los más sólidos y para mi gusto, el más fuerte: Francis Buchholz, Herman Rarebell, Klaus Meine, Matthias Jabs y Rudolf Schenker.
Su historial ya es enorme, pues dieron pauta al abrir puertas para tocar en Europa del Este y en tener de las mejores interpretaciones junto con Orquesta.

Cómo olvidar esos conciertos del ’88 en Leningrado que quedaron plasmados en un documental sobre Rock en Rusia, al lado de AC/DC.
Pues las anécdotas y experiencias han sido vastas, Scorpions forma parte de la vida de muchas personas y más aún si son de la generación que vio crecer a Scorpions, de quienes hemos constatado el avance en la edad y en la madurez musical de estos integrantes y en ser testigos de las decenas de rolas que han significado momentos importantes en nuestras vidas: Holiday, No One Like You, Always Somewhere, Blackout, Can’t Live Without You, Still Loving You y muchas, pero muchas otras más.

Alguna vez fui invitado a una secundaria a participar en su semana cultural. El tema: Las portadas censuradas de Scorpions. Y es que la censura nunca se va a terminar, y hoy en día lo que prevalece es la autocensura.
Inolvidables las portadas del Virgin Killer, Lovedrive, In Trance y las grandiosas “nalgas” en las compilaciones de “The Best of…”.
Obvio, que en aquella ocasión, las autoridades pensaron censurarme, pero el alboroto de que llevaba los LP’s originales y la insistencia de uno de los organizadores, pude terminarla.

Después de haber lanzado su último álbum, Sting in the Tail, Rudolf y compañía anuncian la Gira de la Despedida, bajo el nombre de “GET YOUR STING AND BLACKOUT WORLD TOUR 2010” con el que se retirarán y posiblemente se dediquen a aburrirse, lavar platos y a “salir a tirar la basura” (Syd Barret, 2006, qepd.)
Así que prestos, nos enlistamos en Ticketmaster para ser testigos de este adiós, o un posible hasta luego de la banda alemana.
El Palacio de los Deportes, la noche del 7 de septiembre lució “hasta su madre” con miles de feligreses que rendimos tributo al Rock, y de aplausos, gritos y alabanzas en agradecimiento a una de las bandas que también nos vio crecer.
Un agradecimiento a Scorpions, porque seguramente tendrán que retornar en pocos años.

Anoche presentaron el mejor de sus setlists para despedirse. En punto de las 8:45 pm se apagaron las luces y se lanzaron con “Sting In The Tail” para abrir boca y empezar a quemar las buenas.
Siguieron con “Make It Real” y la maravillosa “Bad Boys Running Wild”, inolvidable rola que la transmitieron en aquella estación felina de nombre “La Pantera”.
Un breve lapso, a oscuras y repentinamente las cuerdas de Matthias iniciando “The Zoo”, impresionante sagacidad tras esa guitarra.
Vino la instrumental “Coast to Coast” que de hecho ha aparecido pocas veces en sus conciertos.
“Loving You Sunday Morning” y “The Best Is Yet To Come” le siguieron a la instrumental y los aplausos eran interminables.
Ha sido uno de esos conciertos en que se siente el final cercano y las plegarias al diablo o a quien sea, para que sea un concierto eterno, aparecen.
Llegó la balada que pegó mucho, “Wind Of Change” que en lo personal rompe con el esquema del hard rock de los teutones y para mí deja mucho que desear.
Llegó “Holiday” y aquí sí, de pie y rendir honores a quien con esa rola nos marcó en muchos aspectos. Llegaron “Raised On Rock”, “Tease Me, Please Me” y “Dynamite” para que luego el extraordinario James Kotak nos deleitara con un solo de batería y percusiones de larga duración, acompañado visualmente por las portadas de los álbumes de Scorpions.
Sonaron, bajo la oscuridad, los decibeles de “Blackout” y todos al unísono: - “¡Blackout! ¡Blackout!”…
Después un solo del Sr. Jabs con sus cuerdas ensordecedores que fueron la introducción para “Big City Nights” donde Klaus se despidió y agradeció a los fieles mexicanos.
Ensordecedores los gritos por más y más hard rock.
Era hora del encore y cerraron con broche de oro al presentar “Still Loving You”, “No One Like You” y “Rock You Like A Hurricane”.

Extraordinario el ambiente de despedida a Scorpions. Inolvidable noche en la que testificamos el fin de poco más de cuatro décadas y de un legado que perdurará por siempre.
Las nuevas generaciones seguirán nuestros pasos. Y por eso quiero plasmar en estas líneas, el impulso que han tenido mis hijos, y ahora uno de mis sobrinos. Carlos y Rick (quien fue uno de los grandes ausentes) y a Iván quien ya inició el camino por el sendero del bien… el Rock.
Un saludo fraternal a mis primos Hugo y Alejandro y otro especial con llamada de atención a los grandes ausentes: Jorge, Donaciano, Memo, Mauricio, Miguel y “El Peto”.