OZZY OSBOURNE
¿Quién dijo que el príncipe de las tinieblas estaba ya viejo y cansado?
Por Carlos Zaldívar
“I love you all…”
Ozzy a sus fieles, en el “Foro Sol”
“I don’t understand how I’m still alive…”
Ozzy entrevistado en “The Last Supper”
Trece años pasaron para que John Michael “Ozzy” Osbourne regresara a tierras aztecas. Largos años donde su vida ha dado giros y su legado continúa en crecimiento. Los fieles seguidores de su religión estuvimos adorando al príncipe cual vil herejía en plena época inquisitoria.
Recapitulemos algunos sucesos de 1969 e inicios de los años setenta en la ciudad de Birmingham, cuando John conoce en el colegio al otrora deidad de la guitarra Anthony Iommi, y ambos forman la banda “Polka Tulk” y que después cambiaría de nombre por “Earth”. Ya los detalles los plasmé en la reseña de Black Sabbath.
Aquí ya se habían unido Geezer Butler en el bajo y Bill Ward en la batería, y basados en la el film de horror de Mario Bava, cambian su nombre definitivamente a: “BLACK SABBATH”.
Ozzy, por supuesto, en las vocales; otorgando una agudeza de tonos que combinados con la densidad musical de los instrumentos y las letras, muestran un ocultismo y extravagancia tétrica.
Con apenas veinte años de edad y un cúmulo de reportes negativos en el colegio, finalmente un viernes 13 del mes de febrero del ’69, Black Sabbath lanza al mercado su álbum homónimo, catalogándose hoy en día como uno de los mejores álbumes más oscuros, densos y pesados del metal.
Para el siguiente año lanzan otro álbum bajo el título de “Paranoid” el cual es aún más sagrado y famoso que el mismísimo Corán y
Durante esta década Sabbath editó 10 álbumes, con Ozzy en las vocales, y obvio, formando el legado que hasta hoy es imborrable. El mismo Ozzy lo declara en su website: - “Sabbath sólo hay uno” – haciendo referencia y deseando suerte a la gira de Heaven and Hell.
Todos los integrantes de Sabbath y por consecuencia social y status emocional, consumieron drogas, en aquel entonces aún puras y sin enormes compuestos químicos. Éstas, el alcohol y las mujeres nunca faltaron, pero Ozzy abusó de todos.
Para 1979 Ozzy deja las vocales de Sabbath vacantes y esta noticia causa un infarto al miocardio para todos feligreses de esta legendaria banda.
¿Quién sustituiría a Ozzy?
Ozzy trata de controlar el consumo a los estupefacientes y gracias al apoyo de su segunda esposa y quien a partir de ese momento sería la manager de
Para finales de esta década editan su primera recopilación con un célebre line-up: Lee Kerslake (Uriah Heep) en la batería, Bob Daisley (Rainbow) en el bajo, Randy Rhoads V (Quiet Riot) en las guitarras y Ozzy tras el micrófono.
El nombre del álbum es homónimo al grupo, y así surge aquella famosa portada donde Ozzy aparece en el suelo levantando un crucifijo (marca INRI, ni no mal recuerdo) con el brazo derecho.
Estaban en la secundaria, cuando ese LP lo adquirimos de importación y al día siguiente lo llevamos a la escuela… a escondidas, claro.
La escuela a la que asistía era (y sigue siendo) de corriente católica (no hay escuelas perfectas) y por esta razón tratábamos de que ese LP no se notara ante aluno de los estrictos maestros. Sabíamos de las consecuencias por llevar ese material.
De hecho, también llevábamos la grabación completa en un audio cassette, y en el receso salimos a disfrutar de: “I don’t know”, “Crazy Train”, “Goodbye to Romance”, “Dee”, “Suicide Solution”, “Mr. Crowley”, “No Bone Movies”, “Revelation (Mother Earth)” y “Steal Away”.
Y después de semejante sesión musical, nos dimos a la tarea de investigar, ¿Quién era Mr. Crowley?
Éramos Armando, Manuel y Yo. Ozzy era un joven treintañero para quien nuestra admiración acababa de nacer. Hoy esa admiración se transformó en adoración, en idolatría y en fanatismo.
The Blizzard of Ozz era como un tentáculo de Sabbath. Esa voz inconfundible sonaba a Sabbath, pero al escuchar la guitarra de Randy Rhoads, sabíamos que no era así.
Ozzy seguía por un camino paralelo a Sabbath, pero muy distante.
La siguiente obra de Ozzy se denomina Diary of a Madman, donde Bob Daisley comparte las composiciones. De este álbum sobresalen: “Over The Mountain”, “You Can’t Kill Rock and Roll” (todo un Evangelio hacia la música más culta e intelectual del planeta y también un advertencia para los no creyentes), “Diary of a Madman”, y por supuesto “Believer” entre otras.
Para marzo de 1982 (terminando la secundaria) nos entristece la noticia de que Randy Rhoads había tenido un fatal accidente cuando la avioneta donde viajaba en Florida se había desplomado. Pero la tristeza de nosotros era lo de menos, Ozzy entró nuevamente a una depresión que acrecentaba el consumo por las drogas. Afortunadamente Sharon estuvo a su lado y después de una semana volvieron al tour, sustituyendo a Randy por Bernie Torme (quien tenia su currículo con Ian Gillan).
Aunque Bernie tenía mucho entusiasmo por estar en la banda de Ozzy, el gusto no duró más allá de un mes.
Ozzy finalmente lo sustituyó por Brad GIllis y para finales de este año lanzan el álbum “Speak of the Devil” (en el Reino Unido salió bajo el nombre “Talk of the Devil”) y posteriormente lanzan un tributo a Randy incluyendo una composición de éste llamada “Dee” en honor a su madre. Ozzy aún no olvida a Randy, su gran compañero.
Sharon y Ozzy deciden lanzar material de Sabbath (¡covers de Sabbath!, irónico) y el nuevo line-up está formado por: Brad Gillis en la guitarra, Rudi Sarzo en el bajo y Tommy Aldridge en la batería.
Para el siguiente año, 1983, lanzan “Bark at the Moon” con el line-up Jake E. Lee (Ratt & Rough Cutt) en la guitarra, Bob Daisley, Tommy Aldridge y Don Airey (Rainbow) en los teclados.
Este fue otra obra inolvidable. Un álbum que nunca nos cansamos de disfrutar, tanto que la aguja del tornamesa se tuvo que remplazar. Aquella portada donde Ozzy aparecía como un hombre lobo, bajo la luna llena y emitiendo una feroz mirada expresando placer. Las rolas de este álbum: “Centre of Eternity”, “So Tired” y por supuesto “Bark at the Moon” me sacuden las reminiscencias de la primera etapa de la preparatoria.
Dos años después le sigue “The Ultimate Sin” con Phil Soussan en el bajo y Randy Castillo V en la batería. Otra gran obra metalero-religiosa, que además de tener el LP, pude comprar el video VHS en la semana de lanzamiento en Music – Plus.
Para 1987 editan en forma “Tribute” en honor al inigualable Randy Rhoads, con tracks pendientes por editar desde 1981.
Finalmente para 1988 Ozzy encuentra a quien hoy por hoy sería su guitarrista de cabecera: Zakk Wylde y editan “No Rest for the Wicked” acompañados en el line-up con Randy Castillo en la batería y el regreso de Bob Daisley en el bajo.
“Just Say Ozzy” aparecería después en forma de EP con rolas en vivo y como invitado especial a Geezer Butler (bajista de Sabbath).
Otra gran noticia: en 1991 Ozzy edita una nueva obra bajo el título de “No More Tears” y en la presentación oficial anuncia su retiro, dejando como legado final el tour “No More Tours”
Al principio nos conmocionó, pero apostamos (y obvio que ganamos) quienes dijimos que eso sería imposible. – No es el dinero, eso se lleva en la sangre y Ozzy necesita a esta religión para seguir viviendo – y para muestra… este artículo.
Para 1993 sale al mercado una edición de colección: “Live and Loud” con lo mejor de Ozzy y rolas de Sabbath. Esta edición era cartón plegable y en la portada simulaba una bocina de metal conteniendo los 2 cd’s de colección, un booklet muy completo y un tatuaje temporal.
Por azares del destino libré el robo de un cd en transporte público de esta maldita ciudad gobernada por vándalos bajo el valor de la impunidad… pero lamentablemente no pude librar el robo del mismo cd cuando al caer la noche, otros (o los mismos) vándalos dueños de lo ajeno, usurparon el edificio donde laboraba y se llevaron esta joya. En fin, algún día recuperaré esta edición completa.
Para 1995 se reeditan sus álbumes (bajo la amenaza de “No Más Tours”) y que diera pie a un nuevo álbum: “Ozzmosis” y dos años después aparecio “The Ozzman Cometh”. En este año, se reúne con Black Sabbath dentro de uno de los festivales de OzzFest (del cual no hablaré mucho, ni de The Osbournes ni de Battle for OzzFest) y que da pie a una “Reunion” oficial de Black Sabbath.
Pero antes de continuar, esta pausa es para comentar el acontecimiento inolvidable y que pensábamos que no podría pasar, aquí en México.
En septiembre de 1995 Ozzy Osbourne oficiaría misa en el Palacio de los Deportes. Los teloneros fueron “Paradise Lost” que para ese entonces no brillaron mucho, una que otra rola sí me late, pero nada más.
En aquella ocasión recuerdo el que algún feligrés le lanzó un vaso con cerveza, a lo que Ozzy respondió: - es lo justo – pues él acostumbra a arrojar cubetas de agua durante sus evangelios.
Como olvidar aquel concierto con “I don’t know”, “Crazy Train” y “Mr. Crowley” entre otras, para luego proclamar la comunión final con “Paranoid”.
Fue el Ozzmosis tour, y a pesar de no haber comprado playera conmemorativa, ahí estuve.
Para 2001 edita “Down To Earth”, en 2002 “Live at Budokan” y en 2003 sufre un grave accidente con su vehículo todo terreno, del cual tarda en recuperarse, pero al llegar 2004 vuelve con su OzzFest donde también se reúne con sus ex compañeros de Black Sabbath.
Para el 2005 lanzan un box set de 4 discos bajo el nombre de “Prince of Darkness” el cual espero que algún lector de estas líneas me lo pueda conseguir (y regalar) porque ¡falta en mi colección!
Para finales de este año y al terminar el OzzFest, Ozzy vuelve a anunciar su retiro, y bueno, ya saben el resto; para 2006 vuelve con otro OzzFest.
Y como dijera mi maestra de primaria… “y la mata sigue dando…”
Para 2007 Ozzy lanza “Black Rain” casi después de 6 años de inactividad en las composiciones y arreglos. Es una obra un poco más densa y oscura a lo de sus anteriores obras. Black Rain refleja más poder, ambición, amor y posiblemente oscuridad moral (es mi punto de vista).
Casi 8 meses después pensamos en que Ozzy anunciaría otro retiro, a punto de cumplir la sexta década de vida y con mucho quehacer con su OzzFest, pero de las mismísimas tinieblas surge la noticia de que el 8 de abril de este 2008 volvería a pisar suelo azteca. ¡Increíble pero cierto! Aún con el diagnóstico del Síndrome de Parkin (Similar al Síndrome de Parkinson, y con medicamento de por vida) la duda era: bajo que condiciones vendría.
¿Prendería al público como lo hizo en el Palacio de los Deportes?
Y llegó el día santo. Todos los fieles devotos fuimos llenando el recinto del Autódromo y escuchando a Black Label Society, grupo liderado por Zakk Wylde y quien luce poco. No cabe duda que Zakk es todo un señor de las guitarras, pero al lado de Ozzy.
Luego soportamos un rato más a Jonathan Davis y su KORN, quien continuamente bebía agua y se abastecía de oxígeno (de tanto gritar) que ya ni Ozzy a su edad.
Y por fin, inició la misa con una serie de videos paródicos a ciertas películas y series de televisión, ¡Ozzy es un genio!
Y al finalizar los videos, se escucharon por todo el recinto, los altos decibeles de parte de la composición de Carl Orff, Carmina Burana y que inmediatamente ligamos con el video Bark at the Moon.
Y al término de esta introducción… se arranca el “Príncipe de las Tinieblas” con “I Don’t Wanna Stop”, “Bark at the Moon” y “Suicide Solution”, rola donde nos presume blancos glúteos y su aún persistente agilidad para andar (no correr) de un extremo del escenario al otro.
Prosigue con “Mr. Crowley”, uno extraordinario himno al fundador e iniciador del Satanismo, Alistair Crowley (Además de Antón Lavey) y donde Ozzy hace reverencias al cielo, al mismísimo padre quien habita en las tinieblas, juntando sus manos y rezando, su frente en alto y siempre de negro. Ozzy termina la plegaria, abre sus extremidades superiores al mismo tiempo que alaba al señor y mira al cielo, luego baja la mirada a sus fieles seguidores, quienes estábamos vehementes de escuchar esa rola, y la guitarra de Zakk comienza a estremecernos: Mr. Crowley ha iniciado.
Continúa con “Not Going Away” y al terminar esta rola, pregunta si deseábamos escuchar algo de Sabbath, - ¡Pues obvio! – y se lanza con “War Pigs”, y quienes estábamos casi hasta adelante gozamos y sufrimos del efecto dominó del slam delantero. ¡Así es el metal!
War Pigs nos estremeció hasta el más recóndito lugar de nuestra alma, hurgando por todos los huecos cerebrales y trayendo a la mente momentos de la escuela… era simplemente War Pigs.
Después siguió “Road to Nowhere”, al que le siguió un solo introductorio de Zakk para “Crazy Train” y de ahí al ahora soundtrack del próximo estreno cinematográfico “Iron Man”.
Ozzy no se cansaba de alabarnos, de decirnos: - “I love you” - y sobre todo – “Do you wanna go fucking crazy?” – ¡Por supuesto que si!
Tampoco faltaron las cubetas repletas de agua que roció al frente a auditorio.
Después de Iron Man, siguieron “I Don’t Know”, “Here For You” y “I Don’t Want To Change The World” para despedirse y alborotar a los fieles, quienes bajo el mando de los cánticos - “Ozzy!, Ozzy!, Ozzy!” – provocamos el encore.
En este momento sabía que tenía que venir, si lo hizo en 1995 y casi siempre lo hace, ahora era el momento.
Ozzy y su banda volvieron a salir, y se aventaron una excelente balada, “Mama I’m Coming Home” y luego… así es… “PARANOID”!
El punto culminante, la cereza en el pastel, el orgasmo cerebral y la tranquilidad del alma.
Finalmente estuvimos en una sagrada misa donde el evangelizador aún tiene fuerzas y poderes oscuros que nos alimentan día con día. El Príncipe de las Tinieblas aún posee fuerzas (¡de no se donde!) y una voz única.
Un sonido muy bueno, y al final compartimos los diferentes comentarios sobre esta misa-concierto, quienes para muchos fue excelente y para otros les gustó más Korn.
Sin palabras.
Actual Line-Up de esta gira: Ozzy en las vocales, Zakk Wylde en la guitarra, Mike Bordin en
Ozzy, es Ozzy, y lo será por los siglos de los siglos.
Amén.
Que por cierto, creo que aún persisten las demandas contra Ozzy por parte de Bob Daisley, Lee Kerslake & Phil Soussan, por falta de pago de regalías y créditos en los álbumes donde participaron.
¿Que mordió a un murciélago? Parece que sí. Pero además en una presentación al inicio de su carrera como solista planeó dejar en libertad a varias palomas, pero nadie le creyó y no le hicieron caso. Al momento de llegar el espectáculo, no tardó más en quitarle la cabeza a una paloma con su boca y arrojarla al escenario, que cuando un guardia de seguridad lo bajo del mismo.
En otra ocasión, en estado de dopaje extremo, mató a sus 17 gatos que tenía en casa.
Ahora estas líneas tienen varias dedicatorias: a Carlos, Ricky y Regina; a mis primos, quienes gracias a ellos pude asistir a esta sacra misa; y a mis alumnos metaleros, quienes aún deben soportar comentarios discriminatorios de gente que aún le falta comprender un sentido musical más alto.
2 comments:
excelente artículo
El show de 1995 en el Palacio de los Deportes fue el 28 de agosto y no cerró con Paranoid ya que con esta rola abrió el show. Cerró con Bark at the Moon
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