Maricruz

Maricruz en Mix.
Tantos años de ser melómano y otros tantos de escuchar la radio que puedo afirmar que hoy, ya no
hay radio que transmita excelente música. De hecho, todo terminó con la desaparición del aire de
Rock 101. Y la radio se murió. Quedan sólo los vestigios de aquella estación, por la web. Las otras
estaciones no han evolucionado, siguen estancadas en la época de los años setenta a los noventa.
Dejé de escuchar la radio hace varios años. Hoy, con las plataformas que hay en la red y las estaciones
que transmiten en línea, existen un sinnúmero de opciones de alta calidad. Escucho principalmente
Radio Ultra, en Moscú; Classic Rock Lounge, en Londres y KNAC, en Los Ángeles. Ah, y escucho MIX
FM 106.5 en Querétaro, en los recientes 6 meses.
¿Por qué?
Si hace años dejé escuchar radio en México porque las estaciones de radio siempre ponen sus mismos
treinta discos cada semana. Pero eso ya es sabido por todos, amén de que los locutores están
conscientes de eso y como uno de ellos me comentó: - Soy simplemente un marino, no soy el dueño
del barco – y sí, ni hablar.
Locutores que me han aburrido hasta el tuétano, que hablan de metáforas pendejas al estilo Coehlo
todos los días; hablan de que todo depende de un dios, y sólo les falta rezar antes de cada rola que
programan; otros que hasta se traban al hablar; unos que se pierden y se sumergen en temas
intrascendentes; y otros que aturden con su voz y obligan a apagar la radio.
Pero, hoy… he encontrado a la locutora idónea, cuya voz tan perfecta en tono y timbre te atrapa,
esa voz que disfrutas y que no cansa. Esa voz que es de una locutora única, con chispa, talento, y una dicción perfecta, con temas que interesan y otros que traen recuerdos y algunas
reminiscencias que habías olvidado. Esa voz es el motivo por el cual escucho esta estación, 106.5 en
el FM de la radio, en las mañanas y por las noches. No siempre puedo escribirle, pero ahí está ella,
tras el micrófono; y yo, tras los audífonos.
Esa voz que a nos hace el día llevadero con buenos comentarios y “buena vibra”, que sin importar las
rolas, las disfrutas cómodamente.
Esa voz corresponde a Maricruz Martínez, de quien, por cierto: ¡Muero por un autógrafo!
carlos@zaldivar.org.mx