CASTIGADA, y perdonada.
LA CAMPANA CASTIGADA.
Apenas me enteré de esta leyenda e ipsofacto fui a la visita guiada al campanario de la catedral de esta metrópoli.
Pague 15 pesos para escuchar lo siguiente:
- En 1943 el campanero sube a tirar del badajo de esa majestuosa campana giratorio de 360°, pero al regresar ésta, golpea al campanero matándolo inmediatamente –
No sé quien, si obispo o cardenal o “x” compinche religioso que “castigó a la campana”
Hagan ustedes el favor, ahora la campana tuvo la culpa de la muerte del campanero (idiota, ¿por qué no se quitó a tiempo?). Y ya me imagino al religioso frente a la campana regañándola: “¡Ves lo que hiciste!”, mientras la agarraba a cachetadas y continuaba: “Ahora te voy a castigar”… y, ¡madres! que le quita el badajo.
Y así transcurren años hasta llegar al 2000, año de un tal jubileo, y el obispo en turno se le ocurrió que como era el año del perdón, va con la campana, y tras breves caricias, “Estás perdonada”, y, ¡madres! que le manda poner el badajo.
Por eso hoy se llama, “la campana perdonada”.
Hoy, la campana se encuentra en restauración. (Por cierto, ¿ya se habrán dado cuenta que la campana es un objeto inanimado?)
¡Háganme el grandísimo favor!
A fin de cuentas es una leyenda más.
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