Justicia a la mexicana

PONCIO PILATOS: FUNCIÓN DE 19:00 HRS A 16:00 HRS

Por Carlos Zaldívar

Siempre nos quejamos del sistema judicial que sufrimos los mexicanos y de hecho también proponemos soluciones, aún así de la proposición a la ejecución existe un gran abismo. El siguiente caso sucedió como consecuencia de una falta administrativa con solución inmediata, pero el caso fue más allá.

Siendo las 18:30 hrs me avisan que tres personas fueron detenidas por oficiales de la policía de tránsito municipal de Tlalnepantla y que una de ellas parecía ser mi hermano. Pues así fue. De inmediato me dirigí al Palacio Municipal de Tlalnepantla. Ya no estaban allí. Fueron llevados al Centro de Justicia ante el Ministerio Público. ¿Por qué? Jamás debieron ser llevados allí.

Mi hermano y tres amigos de él se dirigieron al automóvil, propiedad de uno de ellos, que se ubicaba dentro del estacionamiento de la unidad frente a la Universidad. El auto cuenta con calcomanía para dicho estacionamiento. Minutos después fueron abordados por dos elementos de tránsito municipal en la patrulla T-0130 quienes les pidieron se identificaran porque eran sospechosos al estar platicando fuera del automóvil durante varios minutos. A tal petición se negaron tres de ellos y este motivo fue suficiente para que los amenazaran con trasladarlos con el juez calificador y sancionarlos. Tranquilos, aceptaron ser llevados (ya habían llegado otras cinco unidades) ante el juez calificador para posteriormente exponer su queja ante el trato de los oficiales prepotentes.

Ante el juez calificador y los dos oficiales, mi hermano y sus amigos se hicieron de palabras (no muy elocuentes ni muy agradables), a lo cual procedieron a acusarlos de ultraje y remitidos al Centro de Justicia de la misma localidad.

Todos nos encontrábamos en el Centro de Justicia ante el Ministerio Público, José Luis Bernaldez Valencia, con quien también discutimos largamente. La lucha por la razón iniciaba y tan sólo eran las diez de la noche.

Por lo menos durante su estancia con el M.P. fueron tratados decentemente y con amabilidad. Iban al baño que se encontraba a tan sólo dos metros de la oficina escoltados por un guardia armado y detrás de ellos. Fueron despojados de todas sus pertenencias, incluyendo cualquier tipo de cordón (agujetas, collares, y hasta chamarras), cuando el único delito que cometieron fue insultar a los dos oficiales, (que en esta ciudad ya es tautología). No robaron, no violaron, no asaltaron bancos, no mataron. Sólo respondieron a la agresión de los susodichos con palabras altisonantes.

En punto de las cuatro treinta de la madrugada el M.P. se fue a dormir (no creo que pueda descansar con esa conciencia) y el abogado encargado del trámite nos informó que al M.P. no se le podía interrumpir sino hasta que dieran las siete de la mañana.

Realmente es inconcebible que pasáramos por ese momento, sin que nadie pudiera hacer algo, mientras el individuo, sujeto o mamífero en dos patas despertara a esa hora de la mañana. ¿Acaso percibe un sueldo mensual para trabajar un rato y dormir otro? Pues así parece ser.

Pedimos (algunos mendigaron) que los oficiales desistieran de los cargos y dejaran a los "presuntos delincuentes" en libertad a lo que el M.P. sólo se lavó las manos y dijo que el caso estaba totalmente en manos de los dos oficiales y que él respetaría cualquier decisión que ellos tomaran. Pues los oficiales no accedieron a nada. A nada.

Y nos dieron las siete y el pleito continuó y el M.P. decidió que fueran trasladados ante el juez penal en los juzgados de caución menor para ser fichados, procesados y enviados al penal de Barrientos. ¿Imagínense?

El traslado se realizó en un Tsuru II cuatro puertas donde metieron a seis personas en la parte posterior (¡¿?!). Ya en el Palacio de Justicia nos indicaron que fueron remitidos al juzgado primero penal de caución menor.

Al juez en turno se le explicó el caso y se le pidió que lo revisara y que por favor (nuevamente mendigando) fuera objetivo en su decisión. Su respuesta, después de una hora fue la siguiente: "por este delito no los voy a fichar ni a procesar, es totalmente ridículo". Así que seguimos los procedimientos reglamentarios para que finalmente se les otorgara su boleta de libertad (con diez mil pesos de agradecimiento).

Así es la justicia en este país. Vivimos toda una parafernalia circense cuya función fue de un lunes a las siete de la noche y terminó el martes a las cuatro de la tarde, y Poncio Pilatos nuevamente se lavó las manos.

¿Cuántos Sres. Pilatos existirán dentro del marco legal que rige este país?

Recuerden que "Los derechos no se mendigan, se piden y se exigen, y si es necesario se arrancan".

Julio 1999.

Piano (Concurso para Reforma)


MI PASIÓN

Por Carlos Zaldívar

Desde las mismísimas entrañas del universo, nací hace aproximadamente trescientos años. Llovía aquella tarde en que mis primeros acordes anunciaban la llegada de un ser proveniente de una gran Musa, Euterpe, mi madre. La representante de la música que habitó por un breve espacio este pequeño planeta cubierto por notas musicales.

Y sólo por mencionar a algunos de los amantes de mi madre, como Liszt, Spendel, Gavrilov o Pletnev, quienes aprovecharon al máximo el don de su alma vertido en sus manos.

He cambiado mucho desde mi nacimiento y desde hace cien años casi sigo siendo el mismo. Actualmente visto de smoking blanco y negro y pocas veces de blanco o tonos claros. He sido y soy inspiración para muchas almas que claman a mi creador por amor, que lloran por desamor o que simplemente gozan de vivir. Soy, pues, la pasión de muchos. Pero alguien se ha preocupado por mí, alguien me ha preguntado por Mi Pasión. ¿Acaso no tengo derecho a vivir mi vida y procrear descendientes? Pues hoy, a un paso del tercer milenio, me preocupo por mí mismo y exijo clemencia por mi vida.

Mi Pasión es Ella. Quien me inspira a sostener fuertemente mis cuerdas internas, a brillar ante las manos de cualquier músico apasionado y a sostenerme firmemente en cualquier lugar, posándome para adornar a mis compañeros, hermanos y almas en general.

Ella es, sin lugar a duda, mi inspiración, porque ahora sé que vamos de la mano, quienes nos ven juntos pueden jurarse amor eterno, porque la palabra "siempre" sí existe y tan sólo bastan décadas desde mi nacimiento para demostrarlo; pues ella es mucho mayor que yo. Ella nació para esperar mi llegada. Nació con espinas para defenderse de los que la deseaban como inspiración propia. En mi caso, ni sus rasguños ni su indiferencia casual me hieren.

No tenemos nacionalidad, somos ciudadanos eternos del universo. Ahora nuestro amor es conocido por todo ser humano que se llame conocedor de las bellas artes, de los cuentos e historias de amor, de norte a sur y de este a oeste, en el paraíso y en el infierno, en el amanecer y en el ocaso.

¿De qué color viste ella? Del único representante del amor con pasión. Rojo. Porque la música y la naturaleza (la de ella) van juntas de la mano y provocando sintonías de emoción.

Ella es conocida como: La Rosa y yo como:

El Piano

Junio 1999.

Star Wars: Episode I


STAR WARS

Por Carlos Zaldívar

Mil novecientos setenta y siete. En la taquilla del cine Apolo adquiríamos (unos amigos y un servidor) los boletos para la primera función de "Star Wars", La Guerra de las Galaxias. Fue una película emocionante y antecesora a muchos sucesos tecnológicos que podría atreverme a comparar con 2001: A Space Odyssey del controvertido Kubrick (qepd). Al final de la película (y como en muchas otras) los asistentes aplaudimos y nos emocionamos. ¿Cuál sería el siguiente paso?

Ese paso inició y no termina. Continúa y seguirá por siempre, es un legado. Tan exuberante historia nada fantasiosa que nos deja George Lucas, tan real que muchos la hemos tomado como parte de nuestra forma de vida. Crecer y vivir al lado de Star Wars, de sus personajes, de la historia, de una tradición y de muchos años paralelos a una galaxia lejana, muy lejana...

A Star Wars le siguieron filmes tan extraordinarios como la misma continuidad de un presente paralelo (tan claro como lo expusiera Einstein) hacia nuestra sociedad y forma de vivir. Fueron "The Empire Strikes Back" y "The Return of the Jedi".

De aquella fecha al día de hoy existen miles y miles de souvenirs de toda índole, los cuales los hemos hecho como una extensión de nuestro cuerpo y alma. Y por fin llegó la fecha esperada: el vigésimo aniversario de aquella primera historia. La primera trilogía que surgiera antes de la batalla de Yavin. La historia donde los caballeros Jedi forman una fuerza con dos lados. La Federación, la República, la Estrella de la Muerte, Darth Vader, Obi Wan Kenobi y Luke Skywalker son simples personajes que encarnaron en la mente de Lucas, cobraron vida y no han muerto.

La historia completa se divide en seis episodios, tres antes de la batalla de Yavin (BBY) y los otros tres después de dicha batalla (ABY). Lucas nos trajo a la pantalla grande para emocionarnos e inculcarnos la pasión por esa historia los tres últimos episodios, guardando para un futuro los primeros tres.

Ahora, a mediados de mil novecientos noventa y nueve Lucas nos trae el primer episodio de la misma historia. Tranquilamente después de veintidós años, distancia que abarca una profundidad de diferencia entre la tecnología del Episode IV (Star Wars, a new hope) y el Episode I (Star Wars, the phantom menace). Los efectos especiales, los personajes, el vestuario, la producción, la historia, la escenografía, el soundtrack y la fuerza que se apodera de nosotros, son tan sólo un pequeño ingrediente del Episode I. A éstos tenemos que agregarle la increíble tecnología del sonido THX en tres dimensiones, pero aún con mayor entusiasmo y emoción la Espera, la Tradición, el Clasicismo y nuestra Forma de Vida. Esto es lo que mayormente le da valor y más carisma a la película.

Esperamos mucho tiempo para la premiere y desde el primer segundo de la introducción de George Lucas y la primera nota a cargo de John Williams sentimos esa emoción que revolotea en nuestras entrañas. Presenciábamos, después de veintidós años, en un cine, una de las máximas producciones cinematográficas de todos los tiempos: Star Wars: Episode I

Ahora los personajes vuelven a cobrar vida y están en todas partes, nos han invadido y están al acceso de cualquiera. Pronto se apagarán para algunos y quedarán en el olvido para otros, pero para los verdaderos fanáticos seguirán dentro de nuestra mente y nunca los olvidaremos. Ahora Anakin Skywalker, Darth Maul, Jar Jar Binks y el resto de los personajes son nuestros acompañantes y confidentes en esta nueva etapa.

Terminó una larga espera, pero inicia otra: Episode II que se estrenará en el año dos mil dos. Afortunadamente el tiempo va deprisa y posiblemente en el Microsoft Word versión 2002 estaré escribiendo sobre este episodio: Mi Episodio.

Este escrito está dedicado a Angélica, una grandísima amiga y fanática de Star Wars, quien también quiere festejar los cincuenta años de Star Wars en el dos mil veintisiete, así como festejamos los primeros veinte años.

Y si la medicina y la robótica nos lo permiten, ¿Por qué no celebrar el primer centenario de Star Wars?

Carlos Zaldívar

Julio 1999.