INSTITUTO MEXICANO DE PSIQUIATRÍA
Por Carlos Zaldívar
ABRIL 1997.
Al principio, recorrer las instalaciones del instituto, nos pareció imaginar el regreso a la vida estudiantil en nuestras aulas universitarias.
Recorrimos los centros de investigación principalmente, además del centro de información, y los laboratorios.
Coincidió nuestra visita con un experimento por llevar a cabo, observar el comportamiento de algunos roedores mediante la aplicación de energía eléctrica en determinadas coordenadas del cerebro.
En el mismo laboratorio observamos a dos felinos muy jóvenes, recién operados; cuya cirugía consiste en abrir el encéfalo y colocar un conector rs-232 (paralelo) y fijarlo para experimentos posteriores. Alguno de estos experimentos es observar, y lograr medir de alguna manera, la epilepsia.
Visitamos el "cuarto de los sueños". Realmente una habitación impactante, totalmente sellada y en un lado una cama, sin ruidos alteradores, sin algún posible distractor.
¿Cómo es la vida dentro del instituto? Fascinante, sí, eso es.
Dialogar con el personal que ahí labora, opinar sobre lo que presenciamos, ser curiosos... Realmente nos lleva a pensar: ¿que necesito para estar aquí?, Y la respuesta es algo complicada.
La psiquiatría no es una ciencia sencilla, ni corta en tiempo para aprenderla y mucho menos para dominarla.
El instituto es un complejo centro de investigación, en donde se aplican otras ciencias, no auxiliares, sino complementarias: física, matemáticas, química, inglés, computación y psicología.
Si es mi decisión manejar las ciencias antes mencionadas, que recursos puedo necesitar y aprovechar para estar ahí!
Ser un investigador de tiempo completo o por lo menos dedicarnos a la investigación un tiempo suficiente, en un instituto de tal magnitud, es poder recibir muchas satisfacciones, pero sobre todo hacer muchas contribuciones a la ciencia y al progreso científico.
Esta visita, realizada en febrero del año en curso, fue muy productiva y regresamos con mucha tarea para nuestro intelecto.